| Texto: Francisco Andrés Gallardo | Fotos: Fito Carreto.
El Tomate, qué culpa tiene El Tomate. Así, años antes de que Jorge Javier Vázquez apareciera por televisión con la filosofía tomatera de acoso y derribo al famoso, Pepe Ramón Perles Giner, de procedencia alicantina que fue pinchadiscos, almas de las fiestas, de la discoteca 'El Papagallo' del Hotel Fuentebravía, abrió en 1987 el Burguer El Tomate. | En la imagen, José Ramón interviene en el pub El Convento en un acto dedicado a la Vela en el establecimiento, con el entonces presidente de la Federación Andaluza de Vela, Ángel Ruiz, en la cabecera presidencia del acto.
El patio de El Convento, con el peculiar arco que le dio nombre y forma al establecimiento y desde el que partió el que sería uno de los locales de copas más afamados de la Ciudad, al que incluso acudiría S.A.R. el Príncipe Don Felipe de Borbón.
Un establecimiento de fast food de calidad con vistas a un muelle pesquero aún esplendoroso pero al que le faltaban dos telediarios. El Puerto iba cambiando la pesca de acedías por la pesca de la juega nocturna. El Puerto de noche, rival de la jet set marbellí. La Costa Casta se desperazaba y El Tomate servía hamburguesas. Pero el tomate, el de la movida de verdad, se cocía detrás del establecimiento. Junto a las parrillas estaban las primeras estancias de un pub que iba a dar mucho que hablar El Convento, también abierto por Perles.
El salón 'El Cielo del Convento' en la planta alta del pub, lugar exclusivo obra del original hostelero de procedencia alicantina.
El Convento se terminó comiendo a El Tomate y este pub de ambiente gótico, de patios, recovecos, pozos, sofás y velones, se convirtió en el centro de la movida portuense durante diez años. Quien no tomó un cubata en El Convento no sabe lo que fue una noche portuense en condiciones. En la calle Larga estaba a punto de abrir el Monasterio San Miguel, así que todo parecía tocado por un halo litúrgico y celestial.
Una reunión de amigos en el afamado local de moda de la noche portuense en los ochenta y noventa del siglo pasado.
Perles había abierto junto a su hermano Juan Luis, dedicado a negocios inmobiliarios, el pub Milord en la calle Larga en 1976. Un pub de recio estilo british que a los cinco años dejó en manos de sus empleados: Antonio Marquez, Antonio ‘Tarro’ y Juan Franco. Este último sigue en el puente de mando, en la barra de este eje de Larga que atisbó el posterior propietario de ese Convento que tuvo su mejor época en las transición hacia los años 90. Del empuje ochentero a la euforia noventera, la que daría paso al pelotazo general que ha terminado en la crisis que estamos sufriendo.
El Convento era el enlace, de ida y vuelta, con las discotecas de la carretera de Sanlúcar (Buba, Joy y Rrío, por este orden, mientras vivía un efímero esplendor la 05 en lo que el antiguo Mesón El Jerezano a la vera de la base de Rota, con el apellido Pachá. Los años expandieron el pub-discoteca de Bajamar 34 que fue perdiendo seguidores de forma lánguida aunque durante más de un lustro era uno de los nombres fundamentales de El Puerto.
Noticia en ABC, sobre el cierre del Convento en 1987.
En su apertura, en el verano del 1987, sufrió un cierre administrativo por denuncia vecinal por ruidos y, sobre todo, porque había abierto las puertas sin todos los avíos de papeles… lo habitual por este terruño de colegueos.
José Ramón Perles, en la actualidad, aparece en la fotografía junto al Delegado Comercial de Diario de Cádiz en El Puerto, Francisco Soto, en la licorería que regenta en Altea.
El nuevo siglo aquel local que había acogido muchos decenios las redes marineras, redes que se trocaron en copas, cerró. En 2010 el edificio, abandonado en el olvido de lo que fue, cayó víctima de la piqueta. Su solar, esqueleto de un Puerto que ya no es, recuerda la gloria efímera de noches sin fin.
Todo muy bien, Pepe Ramón Perles, Milord, El Convento. Sin embargo, obligado es recordar a la periodista Maribel Barrientos, amiga y excelente compañera. Diario de Cádiz, el día 25 de febrero de 2010, daba cuenta de la triste noticia de su fallecimiento: “La periodista Maribel Barrientos, que trabajó en la ciudad desde finales de los años 80 hasta hace aproximadamente una década, ha fallecido hace unos días a los 46 años víctima de una inesperada enfermedad. Maribel Barrientos vivía en Elorrio (Vizcaya), de donde era natural y estaba casada con el también periodista Joseba Gorostiza. Su desaparición ha causado un hondo pesar entre los periodistas de la ciudad, donde dejó una gran huella por su carácter alegre y su expresividad. Trabajó en varios medios como el desaparecido Periódico del Guadalete y Telepuerto para pasar en 1994 a ser socia fundadora de la emisora de televisión Antena Bahía, donde trabajó varios años en tareas informativas y como presentadora. Descanse en paz.”