Adelina La O Laje nació el 19 de febrero de 1922, en la porteña calle de las Cruces, 32, junto al desaparecido Cine Moderno, casa en la que pasó la mayor parte de su vida y sus años más felices. Era hija de Carmen Laje y Joaquín La O quien, junto a su hermano Gabriel formaban una familia de las de aquella época.
1922.
Llegaba a El Puerto --a la iglesia de San Francisco-- una reliquia de San Francisco Javier, copatrono de la Ciudad, concretamente un brazo. Era alcalde de El Puerto, Manuel Ruiz-Calderón y Paz. Ese año la hacienda pública embargó el 66% de los ingresos al Ayuntamiento por débitos, y el 25% del sobrante por igual morosidad, con la Diputación Provincial. Desaparece la Biblioteca Popular sita en la calle Luna, que sería anexionada al Colegio de las Esclavas. Bodegas Osborne funda la la solera del oloroso medium ‘Solera India’ de al menos 25 años de vejez.
Ese año de 1922 año Rafael Alberti expone una muestra pictórica en el Ateneo de Madrid y publica sus primeros poemas en la revista ‘Horizonte’. Se transcriben y reproducen las Cantigas de Santa María, de Alfonso X, ‘el Sabio’ que se conservan en la Biblioteca Nacional de Madrid, a cargo del musicólogo Julián Ribera. En 1922 nacían también el coleccionista Ramón Bayo Valdés y América Martínez, la primera mujer catedrático de guitarra de España, que falleció el pasado 2010 en El Puerto. ABC publicaba en su edición de 17 de septiembre la crimen o suicidio por ahorcamiento, del sargento de carabineros retirado, Roque Fernández Regueira, natural de nuestra Ciudad. /En la imagen de la izquierda, Adelina, con 18 años de edad.
BODA Y NACIMIENTOS.
Adelina, siendo aún muy jovencita, se casó con Diego Suárez Herrera y, de aquel matrimonio nacieron sus seis hijos: Carmen, Diego, Milagros, Mercedes, Adela y Joaquín. Fue Joaquín su ojito derecho, porque al estar enfermo ella le tenía ‘una cosita especial’. Se quedó viuda muy joven, quedando sola con sus hijos pequeños y sin dinero para tirar para adelante. Luego vendrían los nietos de sus hijos mayores: Yolanda, Carmen, Marcos, Faly y Milagros y, también tuvo dos bisnietos: Oscar y Ernesto, con quienes deliraba.
A raíz de su situación económica tuvo que salir a buscar trabajo para poder llevar adelante a sus hijos, encontrando un trabajo en el antiguo Cangrejo Rojo --luego Club Mediterráeno--, donde se llevó cinco años en los servicios hasta que, más adelante, pudo conseguir una pensión del Estado que consiguió dada su situación familiar. Mientras le llegaba la pensión, y con solo 12 pesetas y un kilo de pan, tenía que hacer maravillas para llegar a fin de mes. /En la imagen de la izquierda, Adelina en plaza de Isaac Peral, en una fotografía tomada en 2010.
CARTAS POR ENCARGO.
Especial interés tiene la faceta de Adelina --que fue una privilegiada para su época ya que sabía escribir y leer muy bien--. Las madres que tenían a sus hijos haciendo el Servicio Militar o fuera de El Puerto, la buscaban para que les redactara las cartas, cosa que ella hacía desinteresadamente y solo recibía la voluntad de sus vecinos. Aún sin tener nada, Adelina ayudaban o que podía y siempre tenía las puertas abiertas para sus amigos y vecinos del Barrio Alto, barrio que la vio nacer, donde se crió y educó a sus hijos y nietos.
Adelina y su hijo Joaquín 'Manzanita'.
‘MANZANITA’.
Le gustaba mucho bailar y tomar sus cafés por las tardes en algunos de los bares portuenses, acompañada siempre por su hijo Joaquín. Fue para muchos, la madre de ‘Manzanita’ uno de los apodos de Joaquín por el cantante de igual nombre, o ‘la madre del que pide el durito’, pero para sus familiares y amigos más íntimos, era una gran mujer, buena hija, hermana, madre, esposa, abuela y bisabuela, porque no existe un rincón en El Puerto donde no la conocieran y hablaran de ella.
Un posado de Primera Comunión de su hijo, Joaquín.
El 17 de diciembre de 2012, con 90 años de edad largos, nos dejaba Adelina. Pero, hasta el último instante, estuvo rodeada de sus familiares y amigos más cercanos y siempre estará en el corazón de todos ellos y en el recuerdo cariñoso de todos los portuenses que la conocieron. /Texto y fotos: Carlos Pumar Algaba.