'Memento mori’ es la frase que, en la Roma antigua le decían a los generales que, desfilando victoriosos por sus calles, llevaba junto a él a un esclavo que se encargaba de recordarle que él también era un mortal, a pesar de momento que saboreaba en el desfile triunfal. La traducción no es otra que ‘Recuerda que has de morir’.
Este es un día para recordar a familiares y amigos que se han ido. En este año, sin ir mas lejos, el ex alcalde Fernando Gago (ver nótula núm. 974 en GdP), el hostelero Vicente Sordo (ver nótula núm. 014 en GdP), el artista Faelo Poullet, (ver nótula núm. 266 en GdP), el político de la transición Miguel Marroquín (ver nótula núm. 220 en GdP). Y tantos otros anónimos entre las gentes de El Puerto. En mayor o menor medida unos pasarán a le memoria de la historia y otros al olvido de los años. Todos han hecho su parte, con su microhistoria, para la historia de El Puerto. /Fotos: Manolo Morillo.
Nichos vacíos en el cementerio campal de El Puerto.
'Beate mortui qui in Domino moriuntur'.
En la cultura mediterránea, el ciprés era considerado como un árbol capaz de repeler hechizos malignos, por ello se usaba para cercar villas y caseríos. Para el filósofo Platón, el ciprés representaba la inmortalidad del alma. Para los romanos, este árbol era el símbolo sagrado de Plutón (dios de los difuntos), cuya frente se coronaba con esta conífera. Además su raíces crecen de forma vertical, no levantando lápidas ni enterramientos, desprendiendo su resina un olor carácerístico que repele a los depredadores.