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1.511. PAQUIRRI Y ‘EL FEÍTO’. El portuense que acompañó al torero en su última corrida.

De aquel fatídico 26 de septiembre de 1984, hace tres días se cumplieron 28 años de la trageria. De amanecida y procedente de Logroño, Francisco Rivera Pérez “Paquírri” aunque por separado de su cuadrilla, llegó a Pozo Blanco.

Paquirri (Antonio Velázquez) entra a la plaza de toros de Pozoblanco en una escena de la tv movie 'Paquirri' de Telecinco.

Después de un par de horas de descanso, a la hora prevista, su cuadrilla se dirigió al sorteo. Nada hacia presagiar la tragedia que se encadenaría horas más tarde. Se hicieron los lotes, y se procedió al sorteo. El Toro Avispado, había sido rechazado en nuestra Plaza Real, poca gente sabe, que la camada entera de la Ganadería de Sayalero y Bandrés fue tentada a vara. No digo que esto fuera el desencadenante de la tragedia pero pudo influir? Antes de la Corrida, el ambiente, dentro de lo que cabe, era de alguna manera distendido. Paco de manera inhabitual, jugo unas partidas a las cartas y se congratuló, de haberles ganado alguna que otra partida Camino de la plaza, comentó, con alguna que otra sonrisa.. "--.¡Señores, que serios estáis!" 'El Feíto' --Gregorio Cruz Vélez-- sin poder contenerse le espetó: "--Claro, como te lo has llevado todo!" La carcajada fue sonora, y es que efectivamente, se había llevado la nada desdeñable recaudación de doscientas pesetas. Y es que era como un niño grande, travieso y simpático.

Monumento a Paquirri delante de la Plaza de Toros de El Puerto.

Como ya he dicho todo parecía buenos presagios. La corrida, cerraba el ciclo en España, y podía parecer de –mero trámite-, pero… sobrevino la tragedia. Con la perspectiva de los años, todo parece un cúmulo de despropósitos y muy mala suerte. Ya casi todo esta dicho, pero… tras el telón, quien sabe si quedan muchas preguntas, que desafortunadamente, nadie responderá. Lo que no es justo es el cruce de acusaciones, de por qué a nadie se le ocurrió el traslado en helicóptero. Y yo me pregunto: ¿quien tenia la facultad de decir la gravedad existente? Acaso, esa persona no debería haber evitado el traslado, dada la gravedad? En fin ya no tiene sentido.

Cómo cada tarde de corrida, buscaba ocupación, pues llegada la hora me tendría centrada y dejaría de pensar en los escalofriantes sonidos de los clarines. Esa tarde, elegí el planchado de la ropa, al siempre temido sonido del teléfono, el corazón me dio un vuelco; la plancha cayo de bruces al suelo y casi me lesiono el pie.

La noticia de la cornada me dejó temblando, y solo pude articular: es muy fuerte? "--Y… ¿que ha sido con el capote?" No podía creerlo, mi nerviosismo fue en aumento, busque la emisora de Radio Nacional, pero no dieron nada, hasta que…… otra llamada me heló la sangre. Esta vez, fue Mili mi cuñada, había visto el Telediario, y me preguntaba si me había enterado. Ilusa de mí le dije: "--Sí, ya Gregorio me ha dicho que Paco ha tenido una cornada". La otra me decía: "--Pero ¿ha muerto?" "--Qué dices, no!, ha sido grave, pero…. muerto?" Si me hubieran pinchado, ni lo habría sentido. Efectivamente la Televisión, inmisericorde, daba la noticia del fallecimiento, del diestro. ¡Cómo era posible! Paquirri por su preparación, y por su profesionalidad, era un coloso, y un toro no iba a poder con él. Eso a todas luces era imposible!

Gregorio herrando, junto a Isabel Pantoja y Paquirri, metido a ganadero.

En décimas de segundo, recordé, todos los gratos momentos, vividos en mis visitas a Cantora. Tanto Paco como Isabel, fueron encantadores, y realmente, me siento honrada, de haber asistido a su enlace con Isabel Pantoja, y al bautizo de su hijo Francisco-Kiko-.Siempre le agradeceré, -precisamente en el bautizo-, como rodeándome por los hombros, me dijo: señora, perdóname, que te quite a tu marido tantas veces, pero... es que me hace falta. Esta pareja, tenía arte, a raudales y demostraban, lo grandes que eran con sencillez y sinceridad. Durante días, Gregorio y yo nos sentábamos, sin hablar contemplando su foto, nuestro pesar era hondo, y grande nuestro respeto, admiración y sobre todo agradecimiento. ¡Hasta siempre Maestro! (Texto: María Jesús Vela Durán).

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