En la casa número 7 de calle Larga, cuyo lamentable aspecto actual, como el de la histórica finca que le sigue, el número 9, la mansión de los Mera-Winthuyssen (ver nótula 756) es prolongadamente indecoroso y no se entiende la desidia municipal al respecto, existió desde setiembre de 1919 hasta hace pocos años una lápida conmemorativa del nacimiento en aquel lugar, el 31 de agosto de 1895, de Juan Luis Iribarren Jiménez, teniente de Regulares que, según rezaba en el texto de la lápida, “murió gloriosamente en el combate de Beni-Hogmar, en Marruecos” cinco meses antes. Finalizaba la inscripción indicando: “La Ciudad por suscripción popular le dedicó este recuerdo a fin de perpetuar la memoria de hijo tan distinguido”. /Casa núm. 7 de la calle Larga.
El acuerdo municipal para este homenaje tuvo lugar en la sesión del 9 de abril, al siguiente día de conocerse la noticia de su fallecimiento. Presidió dicha reunión el alcalde Sr. Piury, quien comunicó oficialmente a la Corporación el fallecimiento de su joven paisano, “muerto heroicamente luchando por su Patria en la zona española de Marruecos” haciendo constar el hondo pesar de los integrantes del consistorio por “tan sensible desgracia” dando las condolencias a su tío Javier Jiménez González y a su hermano Ramón Iribarren, compañero de concejo. Y la consumación del acto, es decir, la solemne inauguración, mejor dicho, descubrimiento de la lápida tuvo lugar el 8 de septiembre, después de la función de la Patrona, organizándose una procesión cívica con el alcalde y los ediles asistentes desde la iglesia Mayor Prioral hasta el domicilio donde nació, acompañados de la banda de música municipal, siendo recibidos en la puerta por el tío del homenajeado, Javier Jiménez González. /Casa núm. 9 de la calle Larga.
En la imagen de la izquierda, el padre de nuestro protagonista, Juan Luis Iribarren Olozarra, quien acompañó a Isaac Peral en las pruebas del submarino en aguas de la Bahía, casado con Amalia Jiménez, hija del empresario vinícola Ramón Jiménez Varela.
Juan Luis Iribarren Jiménez, al que la Revista portuense retrata como un joven “animoso, simpático y enamorado de su carrera, perteneciente a una de las más distinguidas familias portuenses” era hijo del teniente de Navío Juan Luis Iribarren Olozarra, poseedor de la Cruz del Mérito Naval Roja, de 1ª clase, por ser uno de los cinco oficiales que acompañaron a Isaac Peral en las pruebas de inmersión realizadas en aguas de nuestra bahía del torpedero sumergible de su invención y de Amalia Jiménez González, hija del empresario vinícola Ramón Jiménez Varela.