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Juan Antonio Maldonado Gordon , como así lo bautizaron hace 78 años, pertenece a una conocida familia ecuestre jerezana y es nieto, padre, hermano y tío de grandes jinetes.

A las once de la mañana de cada día, Oñete llega a la cuadra de Vistahermosa desayunado y preparado para hacer su entrenamiento diario. Una horita, o dos, es suficiente para mantener el esqueleto engrasado. «--Cuando estoy sobre el caballo no me duele nada», sostiene. Previamente le ha robado un pitillo a uno de sus amigos del club. «--Si me fumo el cigarro y luego monto un rato, alivio la conciencia». Oñete es una malva pie a tierra, pero sobre su montura se calienta. «--A mí me gustan los caballos un poquito peleones». ‘Hugo’ es un ejemplar de quince años, guapo, castrado y retirado de la disciplina de salto. Quince años es una buena edad para un caballo. En teoría, a estas alturas de la vida equina uno se vuelve pacífico, pero Hugo no. Su sangre le delata y mantiene el vigor de los cinco años. Así que la mezcla a Oñete le entusiasma. «--Es fuerte y eso me gusta».

Aún así, las cosas han cambiado. Hace dos años, Oñete sufrió una caída saltando una mesa estática de los merenderos del pinar de La Puntilla, en El Puerto, que le hizo plantearse seriamente las cosas a caballo. «Tuve que sopesar si seguía saltando o seguía montando sin asumir riesgos. Si a estas alturas me rompo una pierna por caerme saltando tendría que estar cinco o seis meses en reposo. Y esto a mi edad supondría una retirada forzosa. Así que decidí no volver a saltar y seguir montando».

...continúa leyendo "1.283. JUAN ANTONIO MALDONADO GORDON. Oñete el jinete."

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