Dicho sea sin pasión,
esta es una población
buena, bonita... y barata
pero con muy mala pata
--perdónese la expresión--
Existe aquí una Victoria
llena de amenos jardines
que, en quitándoles la noria,
no es ya Victoria, es la gloria
pues tiene hasta serafines.
(Como tales considero
a muchas paisanas bellas
y al que me juzgue embustero
venga y véalas, y ellas
les harán ver que no exagero.)
Tenemos aquí un vergel
a orilla del manso Lete
(frase de un vate novel)
o a orillas del Guadalete
(hablando sin oropel)
que es (El Vergel) en verano
el sitio más delicioso
que puede hallar un cristiano
que busque dicha y reposo
y aire de mar puro y sano.
Si es a nuestro Teatrito
no le falta requisito,
pues hoy está de tal modo
que es precioso, no bonito,
con luz eléctrica y todo.
Y en cuanto al circo taurino
verdadera obra de arte,
todos los elogian sin tino
aquí, y en Vitigudino
y en Madrid... y en cualquier parte.
Pues bien. Ahora digo yo:
Si el pueblo como se vé,
vale mucho ¿Por qué
no brilla como brilló
épocas atrás? ¿Por qué?
Por dos sencillas razones.
Primera: porque en el día
viven muchos de ilusiones,
y eleva a otras poblaciones
la diosa Novelería,
que cuando quiere encumbrar
a un pueblo, nos toma el pelo
y al fin, nos lo hace tragar
como el mejor, por su cielo,
por su suelo y por su mar.
En época no remota
gozó El Puerto estos favores
y hoy ya no vale una mota.
¡Puerto ReaL, Chipiona y Rota
son muchísimo mejores!
Esta es la primera razón.
La segunda es la siguiente:
que hay en esta población
mucha gente, mucha gente,
que tira a su perdición,
porque en lugar de atender
a remediar nuestros males
no atiende más que al poder,
pero por satisfacer
ambiciones personales.
Y, ¡claro!, en estos manejos
se pasan horas y horas
y por cuidar sus pellejos
no se cuidan de mejoras,
nio de obras, ni de festejos.
En otras ciudades, trata
de hacer algo en Municipio;
por esta, nadie se mata...
y aquí de la "mala pata"
de que os hablaba al principio.
Manuel del Río y García.