Tres años antes, en 1891, Isaac Peral había pedido la baja voluntaria en la Armada. Sus esfuerzos por implantar el invento del submarino recibían numerosos obstáculos, sobre todo políticos, dada la afiliación liberal del marino. Frustrado por los impedimentos en el ámbito náutico, el emprendedor cartagenero puso los ojos en uno de las novedades técnicas que brindaba más posibilidades, la energía eléctrica.
Apostó por el futuro y tras su paso por la compañía alemana Lewy Cohetaler, que estaba instalándose en España, decidió crear su propia empresa, bastante tiempo antes de las fusiones multinacionales y las subidas de sopetón en los recibos. El Puerto había sido una de las ciudades que le ofreció cobijo en sus momentos de incomprensión. Una de las pruebas de su submarino la efectuó en aguas del Guadalete y en su truncada carrera política fue elegido diputado por la ciudad portuense, aunque no llegó a tomar posesión.
Con un grupo de inversores, algunos con intención de desquitarse de las fuerzas conservadoras, y en nombre del progreso en todos los órdenes, la firma Electra-Peral Portuense pedía permiso al Ayuntamiento en enero de 1894 para la construcción de una central térmica en el centro de la población (algo que sería inaudito en estos tiempos por motivos medioambientales, que conste).
Una finca con un amplio patio en calle Larga número 78 fue el lugar elegido para la instalación, al lado de lo que sería precisamente Plaza Peral, y al cabo de tantos años, sala de exposiciones de Caja Inmaculada, allí se instaló la llamada "fábrica de la luz".
Varias generaciones fueron a las oficinas de la esquina a pagar los recibos, tanto de la firma pionera como la que absorbió el servicio, Sevillana de Electricidad, hoy Endesa tras su posterior fusión.
El 15 de agosto, día de la Inmaculada de hace 117 años, se hizo una prueba del funcionamiento con la colocación de un alumbrado extraordinario por las calles con motivo de la festividad de la Asunción (a eso se le llama ahora marketing).El día definitivo del enganche fue el 8 de diciembre de 1894: la nueva estación térmica de la calle Larga estrenaba la electricidad en El Puerto, para admiración de los primeros clientes. En el hotel Vista Alegre se celebró la cena donde se brindó por el futuro de la electricidad en El Puerto. (Texto: Francisco Andrés Gallardo).