918. COLEGIO DE LAS CARMELITAS. Desde 1893 (y II).

(Continuación). Pero volvamos a la enseñanza. A los niños, una vez dominaban los palotes y silabeaban con fluidez, se les ponía a escribir con tinta. Este superior escaño requería un cabillero de madera y varios plumines de acero, además de un tintero, que, empotrado en el pupitre, permitía mojar la pluma en la tinta cada … Sigue leyendo 918. COLEGIO DE LAS CARMELITAS. Desde 1893 (y II).