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410. MARÍA MERELLO. La transmisión oral.

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María Merello Álvarez-Campana nació hace 85 años en la calle Luna40,  el 26 de julio de 1924, casa en la que viviría hasta los 26 años. Fueron 14 hermanos y entre el mayor y ella, que era la mas pequeña, existía más de una generación de diferencia, con lo que, curiosamente tiene sobrinos de más de 70 años. Por cierto que el desaparecido periodista Agustín Merello (nótula núm. 262) era su sobrino favorito y a su hermano Faly (nótula núm. 306), lo recuerda también con afecto pues ella fue su confidente.

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La familia Merello Álvarez-Campana, en 1930. De pie, Carmen, Pepa María, Agustín, Rafael, José Ignacio, Jesús e Isabel Merello  - con el tiempo, Vda. de Terry- con abanico. Sentados: Luis Merello, la madre Mari Pepa Álvarez Campana Rivera; los tres vestidos de marineros: Francisco, Estanislao y Serafín, Mila, nuestra protagonista, la mas pequeña María y el padre, Jesús Merello Gómez.

Vivían junto al Teatro Principal por lo que padecían las colas e incluso, los niños, a hurtadillas veían algunos espectáculos, sorteando la prohibición de los mayores, desde una ventana que, en la azotea, daba al Teatro.  Estudió interna en un buen colegio en Sevilla, como premio a su actitud con los estudios: el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús del Valle. Allí, curiosamente, se da otra paradoja, pues conoce -de verdad- a su hermana la segunda, monja de aquella congregación, con la que se llevaba algo más de 20 años de diferencia. Lejos de tener facilidades, la monja apretaba a María para que, sin tener privilegios, destacase. Eran muy estrictos. «--Allí trataron de educarme; no se si lo consiguieron. Creo que sí», afirma con una sonrisa que casi siempre permanece en su cara.

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El Teatro Principal y, a continuación, la casa donde nació y vivió María Merello, hoy destruida y sede de un banco.

JUGANDO A FINALES DE LOS AÑOS VEINTE.
De pequeña jugaba a todo, con la particularidad de que la estricta educación de la época impedía que niños y niñas jugaran juntos. Si alguna vez jugaban juntos en el jardín de la casa de la calle Luna,  (aquel jardín donde el sobrino de María, Faly Merello plantó una perra chica, a ver si crecía dinero y para sorpresa suya, con el tiempo se instaló allí un banco: El Banesto)  la voz de la madre organizaba a los niños con los niños y las niñas con las niñas, aunque sus hermanos inmediatamente anteriores eran varones. Bailar el trompo con la guita, montar en bicicleta, juegos de bolindres de barro, jugar con zancos hechos de madera, ...

ignaciovaldessancho_puertosantamariaMaría se casa en 1950 con Ignacio Valdés Sancho, hermano de Joaquín, fundador y director de la Revista 'Diez Minutos'. Aunque nacido en Sevilla, su familia materna y su propia madre era de El Puerto, emparentado con el bodeguero Hipólito Sancho García, padre del historiador Hipólito Sancho de Sopranis. Vivieron, a partir de entonces, en la planta baja de una casa de la calle Pagador, 16., donde tendrían de vecino a alguien que, con el tiempo, alcanzaría justa fama de escritor. Tuvieron siete hijos: Francisco de Paula (+), María, Berta (+), Ignacio (Director de Arte de Diario de Cádiz), Fernando, Berta y Jesús.  (En la imagen Ignacio Valdés Sancho).

EDUARDO MENDICUTTI
En aquella casa vivían en la planta baja y en el primero tuvieron a un vecino que hoy es un prestigioso escritor y columnista: Eduardo Mendicutti, con nótula propia en Gente del Puerto núm. 065; a su padre lo habían destinado a El Puerto como químico de la Fábrica de Botellas. Ya iniciada la década de los cincuenta del siglo pasado, María entretenía a sus hijos mayores: Francisco y María, a sus sobrinos Ignacio y Carlos Merello del Cuvillo y a Eduardo Medicutti con cuentos, rimas y juegos. Eduardo pedía permiso y bajaba a escuchar las narraciones de “Tía María” como la llamaba.

eduardo_mendicutti_puertosantamaria¿Acaso fue ese el origen literario del escritor? Veamos que dice propio Mendicutti: «Siempre cuento que mis precoces, bochornosos y --en su momento-- celebradísimos inicios literarios tuvieron que ver con Rafael Alberti, aunque es verdad que de un modo tan indirecto que a lo mejor más de uno piensa que eso es coger el rábano por las hojas.  El caso es que, cuando yo tenía 6 o 7 años y vivía en El Puerto, una vecina nuestra, María Merello, prima hermana de Alberti, nos contaba a sus hijos y a mí y mis hermanos, sobro todo en las tardes de lluvia, unos cuentos fascinantes que no he vuelto a leer o a oír en ninguna parte: al cabo de muchos años, María Merello me reveló que eran cuentos que ella había oído en su casa y que seguramente acabarán perdiéndose porque nadie los ha escrito nunca. Bueno, yo una vez escribí uno. Quiero decir que, un buen día, arranqué unas páginas de un cuaderno escolar, las doblé por la mitad y las cosí por el canto con un hilo, para fabricar un libro, y allí escribí una historia cuyo encanto al parecer no conseguí estropear del todo con mi, por lo demás, comprensible torpeza. Cuando los mayores de la casa leyeron el cuentecito cayeron todos en trance: «--Este niño va a ser un Pemá», repetían una y otra vez, arrebatados de admiración. Pero María Merello, en un momento en el que estábamos los dos a solas, con una sonrisa entre cómplice y pícara, me dijo: «--Al principio, todos los escritores se inspiran en otros, ¿verdad?». Porque ella sabía que aquel cuentecito estaba calcado de uno de los que ella nos contaba, pero no me delató. De haberlo hecho, y por culpa de la vergüenza, seguro que yo no habría vuelto a escribir jamás una sola palabra. No lo hizo, María Merello no le contó la verdad a nadie, y  eso me ayudó, como ninguna otra cosa en la vida, entonces y en el discurrir del tiempo, a descubrir el encanto, el desafío, el dolor, la alegría y el compromiso de la escritura. Solo puedo decir que siempre que se me ocurre preguntarme por qué demonios escribo, recuerdo aquellas tardes lluviosas de El Puerto, la voz levemente afónica y el acento delicado de María Merello, aquellos cuentos fascinantes que nos contaba, y hay en todo eso un eco misterioso y seductor de los versos de Alberti, un parentesco raro y enigmático que me permite evocar el feliz descubrimiento de la escritura y llena de sentido y necesidad el sinuoso empeño de escribir».

vespa_1955_puertosantamariaUNA MUJER EN VESPA.
En los cincuenta del siglo pasado, María también era popular porque era la primera mujer que viajaba en una moto Vespa, expresamente traída de Italia, de color verde claro. A finales de la década, en 1959 se van a vivir a Cádiz, ya que la profesión de marino mercante de su esposo lo requería, por su vinculación con CAMPSA, donde fue una persona muy querida. A su jubilación vuelven a El Puerto, a Las Viñas, a la calle Lagar, y con la desaparición de Ignacio Valdés, en abril de 2002,  cambia de nuevo de casa a su vivienda actual en la Costa Noroeste de El Puerto, donde recibe visitas de sobrinos y sobrinos nietos, además de las de sus hijos.

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En la imagen celebración de las Bodas de Oro de María Merello e Ignacio Valdés, celebradas en el año 2000. La fotografía está tomada en las escaleras del altar mayor de la Iglesia Mayor Prioral. Fila superior, de izquierda a derecha: Fernández, Raul, María, Jesús e Ignacio Valdés Merello; nuestra protagonista María Merello Álvarez Campana y su esposo Ignacio Valdés Sancho; Berta Valdés Merello, Maite Delgado Roig. El grupo de chicas jóvenes está compuesto por Berta Castro Valdés, Marta Valdés Delgado, Pía Muñoz Valdés, Lucía Valdés Delgado, Ana Muñoz Valdés y María Valdés Delgado. Volvemos a la izquierda de la imagen y, con el traje estampado, Ana María Osborne Gordon; en el primer escalón, de izquierda a derecha, Pepa Martín Salvador, José Muñoz Marrero, Margarita Parra Reguera,  y les siguen los niños Blanca e Ignacio Valdés Parra, Ana María Valdés Osborne, Teresa Valdés Delgado, Fernando Castro Abellan, y en el suelo Ricardo Castro Valdés y Fernando Valdés Osborne.

mariamerello_ac_manos_puertosantamariaCUENTOS, POESÍAS Y JUEGOS.
Como ya hemos señalado, María siempre destacó por su capacidad narrativa y de escenificación de cuentos y tradiciones populares y juegos de otra época. Y aún hoy sigue, con una memoria envidiable, cautivando a sus nietos y sobrinos nietos que se acercan a saludarla e incluso al autor de esta nótula, al que ha hecho una impagable representación de como dar vida a un ratón confeccionado con un pañuelo y un imperdible, como podemos ver en la fotografía adjunta. Practica la papiroflexia y, en general tiene habilidad para construir cosas con las manos. Independientemente de que Gente del Puerto tiene previsto recoger de su boca cuentos y poesías, hemos querido traer a esta página un par de poesías donde números y rimas, van de la mano. (En la imagen inferior, jugando a la 'gallinita ciega').

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Cuanto descansan...
Una hora duerme el gallo,
dos el caballo,
tres el santo,
cuatro el que no es tanto,
cinco el peregrino,
seis el teatino,
(clérigo regular de San Cayetano)
siete el estudiante,
ocho el caminante,
nueve el caballero,
diez el majadero,
once el muchacho y
doce el borracho.

Al carnero quieto.
Si bien María nos lo relata como poesía, en algunas partes se jugaban como una variante del “Salto del Múa”.

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Una es la rueda de la fortuna,
Tu y yo somos dos,
dos gorriones y un cipres, tres,
tres cuchillos y un planto, cuatro,
cuatro curas descalzos y un San Francisco, cinco,
cinco príncipes y un rey, seis,
seis sotanas y un bonete, siete,
siete carneros y uno mocho, ocho,
ocho borrachos y uno que no bebe, nueve,
nueve cántaros y  uno de miel, diez,
diez cántaros y uno de bronce, once,
once batatas y una berenjena, la docena.


22 comentarios en “410. MARÍA MERELLO. La transmisión oral.

  1. Eduardo Merello Castellanos

    Igual que a mi primo Santiago Merello Lafuente,me gustaría compartir
    historias con mi familia gaditana

  2. marisol

    he conocido por casualidad esta pagina hoy 13/03/2012 me ha hecho mucha ilusion,he visto que primos de los que hace muchisimo tiempo no se nada,dejaron un cariñoso recuerdo para tia Maria al que me sumo. Si me podeis facilitar el correo de LUCHY MERELLO DEL CUVILLO Y EL DE Mª LOURDES MERELLO G. os lo agradeceria.un abrazo marisol

  3. manuel alvarez campana

    Estaria muy interesado en saber quienes eran los padres de mari pepa alvarez-campana rivera... Gracias por cualquier informacion al respecto.

  4. joaquin valdes castrillon

    Una gran mujer a la que todo el que la conoce la quiere. Un beso tia María

  5. Joaquin Merello LopezdeMeneses

    ¡Hola, Tia María!,
    despues de leer lo que te dice Agustín, cualquier comentario resulta superfluo.
    Puedes estar orgullosa de todo lo que te queremos, sobrinos y demas parientes, por que te los has sabido ganar a pulso. Siempre has estado ahí, acogiendonos sin reproches a los despegados y con el mismo cariño para todos.
    ¡Que regalo tan estupendo hemos tenido al poder ser de tu familia!
    Un beso muy fuerte. Joaquin Merello.

  6. santiago merello lafuente

    Cuanto añoro no haber tenido contacto con la familia gaditana.
    Mi ascendencia es :
    Julio Vicente Merello Cerisola
    Julio Merello Alberti
    Eduardo Merello Llasera
    Javier Merello Laviña
    Santiago Merello Lafuente

    ¿Alguien tiene historias de la familia que lo le importase compartir conmigo?

  7. Mª Lourdes Merello

    LO SIENTO TIA MARIA,
    por estar tan lejos y
    no poder acompañarte
    los domingos en las cartas,
    pero pronto llegaré
    y el tiempo recuperaré
    y jugando contigo
    palizas le daremos al enemigo.

    (¿ Crees que tengo futuro como poeta?) Muchos besos de los dos. Dice Luis que si fuiste pionera con la vespa no te has quedado atrás con el ¨"ratón".

  8. Agustín Merello

    Hace unos cinco años, te escribí unas palabras que se quedaron en un cuaderno sin conocer más mundo que la estantería de mi salón. Fue tras verte una tarde de 2004 en la que decías estar muy torpe, algo triste y cansada. Sin creérmelo del todo. Me marché sabiendo que decirte pero permaneciendo callado.

    Al llegar a casa, me puse a pensar en ti, rompiendo ese silencio empecé a contarte que….

    27 de noviembre de 2004

    Muchos son los años.

    No soy una persona jovial, aún en mi veintena, muchos te consideramos un ejemplo de juventud, eterna ternura y una persona amable, amable de amor, a la que todos amamos.
    ¿Cómo es posible sino, que todos recordamos las visitas a tu casa con tanto cariño?

    Miles de imágenes de la casa de Gabriel Matute, de Las Viñas, con Tío Ignacio y con mi padre corren ahora mismo por delante de mis ojos y se me escapa una sonrisa, mueca acompañada del brillo vidrioso de unos ojos a los que una lágrima se les escapa. Se me acelera el corazón, ¡que de amor me has regalado!

    Me dices que estas muy sola pero ¿cuántos estamos aquí?, ¿no nos ves? Otra lágrima es de alegría y es por ti. La triste alegría del paso del tiempo. El tiempo pasa y hace que nos creamos viejos cuando el viejo es él.

    No puedes negar la edad
    recordando tanto pasado.
    Las hojas al ir cayendo
    las pasaremos a tu lado.

    El paso del tiempo es como el vaivén de las olas y en la vida siempre quedan clavos de amor a los que aferrarse.

    El vaivén de las olas prisioneras
    suena a acordes de esperanza,
    veo más libre al mar que ruge
    que a las gaviotas de esta playa.
    ¡Mojad los pies de mi alma marinera!
    Os ordeno que así sea
    ¡Mojadlos! ¡Fríos! ¡Amor que quema!
    Llorando un grito, ¡amor me queda!

    El amor es lo más importante para comprender esta vida. El cuerpo, responda o no, no a de importarte pero ¡ay, tu cabeza! que no se la lleve el cuerpo, niégate a la falacia de creer que es una carga, ni para ti ni para nadie. Más para ti que para el mundo.

    ¿Por dónde escapa la mar?
    ¿por dónde el amor que os tengo?
    ¿dónde os dejo la sal?
    ¿dónde os dejo mis besos?

    Con todo mi amor tu ahijado

    Agustín Merello

    REDACCIÖN ha escrito: Agustín, como se nota que eres un dignísimo hijo de tu señor padre, añorado y querido por tantos... Un placer que escribas en Gente del Puerto, que es también tu Puerto, como lo es de tu madre y de tantas buenas gentes, tantos buenos Merellos, como tu madrina. Un abrazo.

    José María Morillo.

  9. Jesús Valdés Merello

    Para mi, es fácil hacer buenos comentarios, pues es mi madre y además muy orgulloso de ello, pero no os podeis ni imaginar la cantidades de anécdotas, cuentos, relatos, gente que conoce con su respectivo árbol genealógico, historias, vivencias etc. en la "fonda del sopapo" de Cádiz y El Puerto de Santa Maria. Chicos y mayores, siempre nos hemos quedados embobados, un beso muy grande jefa.

  10. kuky del Rio

    Mis recuerdos son los dias tan estupendos que pasámos en las Viñas, nosotros recien llegados de Vigo,yo lejos de mi familia, y tú y tio Igncacio hicisteis de abuelos de mis niños,contandole cuentos y haciendole juegos, escribiendo esto se me saltan las lagrimas recordando los buenos momentos que pasamos y sigo pasando los domingos jugando a las cartas.
    Un beso muy grande.

  11. Elisa Terry

    Olé lo moderna que eres Tía María que hasta sales en internet!

    Nos encantan tus relatos. Te queremos mucho.

    Un beso de parte de Alvaro.

  12. LUCHY MERELLO DEL CUVILLO.-

    Guapísima Tía María, por noticia de tu hija María te hemos visto y leido en los papeles de "Gente de El Puerto", así de tan importante como de buenísima eres; hemos disfrutado de lo lindo.
    Se nos agolpan muchísimos y buenísimos recuerdos tuyos, imposible ahora de referir, todos tan imborrables como cuando me acompañaste en los nacimientos de mis tres primeros hijos a los que les diste su 1ª toma de agua, mientras su padre Florencio dormía rendido con las gafas puestas.
    Te llevaré a mis nietos para que le hagas lo del ratón.
    Muchísimos besos de Luchy y también de Florencio que te los da pero con "repicoteo".

  13. Bernardo Rodríguez Caparrini

    Buenos días. Leo arriba, refiriéndose a Ignacio Valdés Sancho, que estaba "emparentado con el historiador y bodeguero Hipólito Sancho de Sopranis".
    Hipólito Sancho de Sopranis fue, desde luego, un notable historiador. Pero no fue, hasta donde yo alcanzo, bodeguero. El Hipólito Sancho de la casa vinatera "Alfonso & Hipólito Sancho" era Hipólito Sancho García, padre del historiador, quien formó sociedad para la exportación de vinos con Alfonso Sancho Mateos en 1905 (con bodega en c/ Aurora nº 23, donde hoy se ubica la bodega Gutiérrez Colosía).
    Un saludo

    REDACCION ha escrito: Muchas gracias Bernardo, ya hemos corregido y completado la nótula con la rectificación que nos haces y que, con mucho gusto, publicamos.

  14. Carmen Merello del Río

    ¡¡ Tía María!! no tuve la oportunidad de conocer a mis abuelos pero tuve la suerte de conocerte a ti. No olvidaré nunca los domingos en las Viñas, ¡¡lo bien que lo pasábamos!! y lo importante que eres a la hora de contarme quien es algún Merello que yo no sé y me pierdo, situándome en el árbol genealógico de la familia, familia tan grande y que tanto me gusta.

    Es un placer pasar un rato a tu lado.

    ¡¡Un besito!!

    Carmen

  15. MEME Y BALDOMERO ANDRADE

    Querida Maria nos ha encantado tu vida hasta este momento, esperamos que siga igual de interesante durante mucho tiempo.
    La abuela Mercedes te manda un fuerte abrazo, le ha gustado mucho y se ha emocionado, esperamos verte muy pronto. Besos Meme y Baldomero

  16. Pia Muñoz Valdes

    Oleee mi abuela!!!! Nadie como tú recordando historias, contando cuentos, entreteniendonos tardes enteras con tus juegos y siempre con una sonrisa.
    Mamán (como la llamamos sus nietos), eres estupenda!!!
    Un besazo

  17. Jaime Andrade

    Casualmente he entrado en esta página de gente de El Puerto; admito que me ha encantado y admirado la vida de Dª María Merello, a quién desde aquí, y con gente que la quiere mucho, le mando un beso muy fuerte y a su hija María, mi tía.

    Abrazos!!.

  18. Vicente

    María me ha encantado leer la vida de tu madre, aunque la conocí muy poco. Me ha encantado ver la foto de tu familia cuando tus tíos y padres eran jovenes, me ha hecho recordar mi niñez, cuando "tío José Ignacio" (que era como yo lo llamaba) ya que estaba prácticamente casi todos los días en su casa de la Calle Larga, con tus primos Jesús, Ignacio y Vicente, que era con los que más me trataba por motivo de edad. Me acuerdo que un día Vicente y yo nos metimos en el laboratorio que tenía Fernando y nos fabricamos algo que apestaba a "perros muertos" y cuando llegó él no dio una bonca de padre y señor mío. De tu tío Agustín, también me acuerdo bastante pues José Ignacio nos llevaba al Caseron a pasar las tardes con tus primos.

    Un fuerte Abrazo.

  19. Luis Suárez Ávila

    El inmenso caudal de materiales tradicionales que posee María Merello es único. Eso explica el neotradicionalismo de la poesía de su primo hermano Rafael Alberti. Todos los Merello, además de ser gente encantadora, han contado y cantado infinidad de canciones y romances y cuentos. Tenían uno de Capirucho y Trabajila que recuerdo. Lo cité en mi conferencia sobre el tradicionalismo de Alberti "Consecuencias y secuelas de los buenos principios: el neopopularismo en Rafael Alberti", con motivo del Centerario de su nacimiento. Decía:"" O "Capirucho", otro arrumbador de la bodega, al que Rafael dedicó una nana en "Marinero en tierra" y del que en la casa de los primos Merello yo he oído cantar la retahíla dialogada entre dos arrumbadores -- Capirucho y Trabajila-- de:
    -¿Adonde vas, Capirucho,
    con sotana y con mochila?
    voy a casa de Merello
    a llevar estas vasijas.
    -Adiós, adiós, Capirucho.
    -Si me llamas Capirucho
    te llamaré Trabajila.
    -¡Capirucho!
    -¡Trabajila!"

    También escribí:
    "Los Alberti, los Merello, son unos grandes inventores de mundos fantásticos y fabulosos contadores; tienen una prosa gráfica, simbólica, tanto oral como escrita envidiable; tienen el don de hacer amena cualquier historia. Recuérdese, por ejemplo, a Jesús Merello y sus libros de cacerías. ¿Habrá prosa con más donosura?. Rememórense los escritos de Agustín Merello y sus artículos de cada día, en prosa necesariamente de urgencia, pero tan galana, almacenada ya en las hemerotecas para perpetua memoria. Acordémonos de los sucedidos contados, en cualquier tertulia, por Agustín, José Ignacio, Luis, Serafín, Estanislao o Paco Merello que adquirían la categoría de obra literaria.
    Los Alberti y los Merello tienen el garbo natural de saber contar cualquier cosa. Hablando normalmente, construyen una especie de maravillosa prosa poética, tocada de unas pizcas de fantásticos ingredientes que la hacen sublime. Hasta cuando cuentan mentiras y trolas veniales."
    Pues todo eso puede decirse de María Merello. Su memoria tradicional es un auténtico tesoro. Debiera coger un magnetofón y hablarle todo lo que sabe para razón y memoria de las generaciones que vengan.
    Enhorabuena, María.

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