Estimado Sr Suárez,
He dado con esta página por casualidad, buscando información sobre mi familia y, al leer su artículo, ¿Portuenses?, me he quedado sorprendida de la exactitud con la que retrata a los paracaidistas que aparecen por nuestra ciudad. Y si me lo permite, me gustaría aportar un nuevo grupo: portuenses emigrados. Ahí me incluyo.
Nací, me crié, me casé y tuve a mis hijos en esa nuestra ciudad. Por cuestiones laborales, mi marido y yo tuvimos que marcharnos. De esto hace diecisiete años. No encontrábamos trabajo, y la oportunidad se nos dio fuera. Como tantos y tantos amigos, compañeros y familiares.
Al leer su artículo, me pregunto si tanto paracaidista que ha pasado por nuestra ciudad, con su política pucherona y de pelotazo, no habrá causado que los propios portuenses hayamos tenido que marcharnos de nuestro querido Puerto, porque ahí nunca encontrábamos oportunidades.
Yo vi muchos casos de paracaidistas que pasaban por delante nuestra, como pensando que nosotros somos tontos de remate porque somos pacíficos y simpáticos (¿o no?), pisándonos el trabajo, diciéndonos que no éramos profesionales y demás paparruchas que tantas y tantas veces nos han contado ya. Veo que no soy la única que se ha dado cuenta de que dar tanto poder a tanto personajillo es un reverendo error.
Playa de la Muralla.
Cuando voy a mi pueblo (para mí siempre será mi pueblo), la alegría me embarga al ver las primeras luces de Valdelagrana... pero acto seguido, se me caen dos lagrimones "como garbanzos", que diríamos por allá. ¿Que ha pasado con nuestros pinares? ¿Qué fue del Camino del Aguila? ¿Y la playa de la Muralla, que le pasó? ¿Y las chocitas de la Calita?¿Y la Huerta, donde comprábamos cigarrillos y bebidas los jóvenes? ¿Y donde se va la gente ahora cuando quiere comerse la tortilla en el campo? ¿Los niños del Puerto ahora que hacen?
Monumento a Muñoz Seca en la Plaza de Isaac Peral.
Ya no juegan en las calles. Qué pena de Plaza Peral, con ese rinconcito dedicado a Don Pedro Muñoz Seca (otro ilustre portuense, que parece que a veces se olvida)... todo lleno de graffitis y medio en ruinas...
El desaparecido Tabernón de Merello, en la calle Santa Lucía.
Que pena de tantas y tantas tasquitas que han tenido que cerrar porque la gente iba a chiringuitos como "Costa Casta", que encima de cobrarnos un dineral por un cubata (permítame el lenguaje coloquial) de garrafón, dejaban sin negocio a medio pueblo y se lo llevaban calentito para Madrid, dejaban la plaza del Castillo hecha un asco, a los vecinos (amigos de toda la vida) sordos, ... y encima, el nombrecito... insulto indirecto directísimo a las chicas portuenses, entre las cuales me incluyo. Que sepan que hemos sido castas porque en realidad, los paracaidistas no nos han interesado nunca... bueno, para novietes de verano, jaaaajajjaaja... y nos hemos casado con portuenses, que bien nos dijeron nuestras madres que de los de fuera, ni la hora... a ver si se piensan que somos bobas... anda yaaaaaaaa!
Disculpe este pequeño exhabrupto, pero la ocasión la pintan calva para mi pequeña queja, que llega con veinte años de retraso. Gracias por leerme, y enhorabuena por su artículo. (Texto: Mila Sánchez Matabuena).