Era febrero de 1896, nacía un varón y moría una mujer en extrañas circunstancias en El Puerto de Santa María, atendida por un médico que no la vió pues tuvo en todo momento la cara tapada. El niño, de nombre Ramón, nace el 11 de febrero de 1896 en la calle Cruces, núm. 20. La madre, de nombre Ramona, muere a la edad de 31 años, con 10 días de diferencia, como se puede comprobar en la hemeroteca municipal: Ramona Montesinos y Canccino, del Señorío de Villaralto, enterrada sin lápida por su madre, Ramona Canccino y su viudo, Antonio Aguilar Tablada, conde de Ripa, con la que tuvo una hija legal, Rafaela Aguilar-Tablada Montesinos. Este luego reconocería a tres hijos que tuvo con su sirvienta, Juana Cobos. (En la imagen, Ramona Montesinos Canccino).
La historia comienza cuando Ramona, queda a los 11 años huérfana. Hija única y por tanto heredera universal del cordobés Juan de Dios Montesinos y Neyra, abogado, catedrático, fundador de la Escuela de Bellas Artes de Córdoba, Maestrante de Ronda, Comendador de la Orden de Carlos III,... fue asesinado por cuestiones políticas en Sevilla, muy joven.
Con 14 años, Ramona se casa con el Conde de Ripa y marchan a vivir a El Carpio. Tienen una hija que ingresaría en un convento. Pero, además, el conde tendrá tres hijos con su criada Juana, a los que acabaría reconociendo. Despechada, Ramona regresa a Córdoba y desde allí, viaja, alterna, hace vida social en las casas bien, entre ellas la de los Romero de Torres. Allí conoce a un joven Julio, atractivo, incipiente pintor, que la deja supuestamente embarazada durante la Feria de Mayo en Córdoba, y que acabaría dando a luz, a escondidas, en El Puerto en febrero de 1896. La madre murió, a los 9 días, en un domicilio distinto al del parto, en la calle Jesús de los Milagros, 21. ¿El óbito se produjo por fiebres puerperales? ¿Serían fiebres tifoideas, como certificó el facultativo Plácido Navas el 20 de febrero de aquel año? ¿La mandaron matar tras el parto?, se pregunta su supuesta bisnieta, María Fuencisla Herrera, que está buceando en documentos del pasado.
Esquela publicada en la Revista Portuense el 20 de febrero de 1896.
El niño, Ramón, es cuidado por su abuela, que figura como madrina de su bautizo, según consta en los archivos de la Iglesia Mayor Prioral de El Puerto, siendo criado en la zona cordobesa de 'El Brillante'. A los nueve años, el seis de noviembre de 1905, lo inscriben como suyo en los Juzgados de El Puerto, un matrimonio de edad avanzada a los que Ramón ni siquiera conoce: los Herrera Ibañez, de Sevilla, vecinos del Palacio de Dueñas, en la calle San Felipe, número 7; cobraron 5000 pesetas de la época por el servicio. Con 15 años, muere su abuela Ramona. Entonces viaja a EEUU y posteriormente a Francia, costeándose el periplo con un cuadro que le regala Romero de Torres y que por cierto aparecería años después en un mercadillo americano y joyas de la familia.
A la izquierda, Julio Romero de Torres, a la derecha, su supuesto hijo, Ramón Herrera Ibáñez.
El pintor Julio Romero de Torres, en su estudio con una modelo y Ramón del Valle Inclán.
En Francia tendría descendencia, dos hijas que tuvo con una mujer poderosa, información que estamos pendiente de constratar con organismos oficiales franceses. El 8 de julio de 1936 Ramón Herrera Ibáñez se casa con Cecilia Rodríguez Ruíz, prima de los Ansón Oliart (naturales de Don Benito. Badajoz) y nacen José Ramón Ramón, Cecilia y María Luisa Herrera Ruíz, esta última vive en Australia. Ramón siempre supo que los padres que conoció como tales, los que figuraban en los papeles, no lo eran. Incluso le llegaron a decir que fue fruto de una relación de su madre, la marquesa, con un Lord Inglés, acaso ¿para desviar la atención sobre el pintor?
En la actualidad, María Fuencisla Herrera, hija de José Ramón y nieta de Ramón Herrera y supuesta bisnieta de Julio Romero de Torres y de Ramona Montesinos y Canccino, del Señorío de Villaralto, trabaja recopilando documentación e incluso piensa solicitar pruebas de ADN si, como sostiene, es descendiente del pintor cordobés. Fuencisla, funcionaria del estado, vive en Bellver de los Montes, un pueblecito de Zamora, que ha estado en El Puerto interesando diversos documentos, consultando archivos sobre el parto y fallecimiento de sus supuestos abuelo y bisabuela. Esta es su historia, la historia que María Fuencisla nos cuenta y que quiere compartir con Gentes y Habitantes de El Puerto.
(En la imagen de la izquierda, María Fuencisla Herrera, en una pose comercial de su espectáculo: La Reina Loba).
En la Opinión de Zamora, pulsando sobre la imagen, se publica un reportaje firmado por José María Sadia, sobre Fuencisla Herrera, donde completa la historia que nos cuenta en Gente del Puerto.