Juan Luis Bootello Reyes nace el 22 de mayo de 1931, --año en el que se proclama la II República que duró hasta el golpe de estado de 1936--, hijo primogénito del matrimonio formado por Luis Bootello Campos y Victoria Reyes González, fueron además cinco hermanos: Juan Luis, José María, Emilio, Alfredo y Fernando, de los que solo sobreviven el primero y el último. La vivienda familiar estaba en la calle Palacios, 32. Estudió en el Colegio de Carmelitas y con Alfonso Cárdenas, en la calle Luna, frente al desaparecido Teatro Principal, A partir de los 10 años estudiaría, interno, en el Colegio de los Marianistas de Jerez, haciendo la reválida en Sevilla. Su tío Emilio Bootello, era el propietario del famoso transporte local conocido como 'el autobús de Bootello'.
Existen en España, a fecha de hoy 152 personas con el apellido Bootello, --de procedencia portuguesa--, lo que lo convierte en el 3656 apellido más frecuente, con 17 censados en la provincia de Cádiz.
Juan Luis estudia la carrera de Medicina en la Facultad de Cádiz, junto a otro porteño, Eduardo Pastor Nimo, finalizándola en 1955, partiendo de nuevo a Sevilla para hacer la especialidad en Pediatría. La cátedra de Pediatría estaba en el Hospital Macarena. A continuación le ofrecen la oportunidad de ser médico interino del Seguro de Enfermedad, y entra a formar parte de lo que hoy se conoce como la Seguridad Social, en 1959. Recuerda nuestro protagonista que el día que más visitas atendió en la Consulta 'del Seguro' hizo record con 169, a los que había que añadir las visitas domiciliarias y las que atendió en su consulta privada.
Juan Luis, en el centro de la imagen, con un grupo de pediatras, durante un paseo fluvial por el Guadalquivir. A su derecha el médico portuense Eduardo Pastor Nimo. A su izquierda Eduardo Molina Font, Manuel Vidal y Jaime Aparicio Santos.
Juan Luis, que ha salvado muchas vidas, entre ellas la de quien esto suscribe y la de su hijo, estuvo ejerciendo hasta casi los 70 años, hata el año 2001 en que se jubila, aunque siguió prestando sus servicios en su consulta privada en la calle Micaela Aramburu, y más adelante en la Polimédica Girme, en la calle Los Toreros. Estudioso toda su vida --"no me quedaba mas remedio, si quería estar al día"--, siempre ha estado pendiente de libros, revistas, informes médicos, congresos, ... No eran aun los tiempos de internet, de cuyas facilidades se dió cuenta cuando aprendió a manejarse en la red, una vez finalizada su vida laboral, con la jubilación.
Juan Luis, con su hija África, que en la actualidad reside en Ginebra (Suiza).
Se casó en 1962 con María Dolores Ruiz Paullada, también de la profesión pues ha sido enfermera técnica en laboratorio. Disfruta de su jubilación felizmente en su casa de la Costa Oeste. De dicho matrimonio ha tenido una hija, de nombre África, Licenciada en Derecho que vive en Ginebra (Suiza), trabajando en una entidad bancaria.
Juan Luis junto a Eduardo Barco, tras la captura de un venado. A la izquierda de la imagen, el ponferradino Eduardo Bodelón Velasco, que vive en El Puerto.
Aficionado desde chico, como su padre, a la caza y la pesca, es además un gran aficionado taurino que incluso hizo sus pinitos en el mundo del toreo, poniéndose delante de algunas becerrillas, junto a su padre en los tentaderos de Osborne y Villamarta, entre otros. Pero era miope y como afirma "¿quien ha visto un torero en aquella época con gafas?".
Con la captura tras un día de pesca, con su buen amigo ya desaparecido, el abogado sevillano Juan Manuel Jiménez Minaya, en agosto de 1993.
EL INSÓLITO CASO DE POLIO.
Atendió 36 casos de polio, considerada una epidemia, caracterizándose como 'parálisis ascendente' y había que llevar a los pacientes a Cádiz, y tratarlos en un 'pulmón de acero'. En cierta ocasión tuvo como paciente al hijo de un camarero del Bar Los Pepes, que venía con una carta del catedrático de Cádiz que lo daba por desahuciado, en la que incluso le decía que el paciente no llegaría vivo y tendría que firmarle el certificado de defunción. Pero Juan Luis no se amilanó y el niño salió adelante, trabajando conjuntamente con la familia: consiguió salvarlo y además quedó sin secuelas, siendo un celebrado caso en el que el colega gaditano se interesó por la praxis que Juan Luis había aplicado.
Con antiguos compañeros del Colegio de los Marianistas de Jerez. De izquierda a derecha Miguel Ballesteros Morales, José Luis Gener, José Manuel Escobar y Juan Luis Bootello.
UN NIÑO NUEVO.
En otra ocasión, estando en consulta con su enfermera, una señora llevaba a su hijo --que era anormalmente delgado-- con frecuencia. Al pequeño paciente lo había sometido nuestro galeno a infinidad de pruebas, sin dar con la causa que le producía aquella delgadez extrema, por lo que ya desesperado Juan Luis le dijo, inocentemente, a la madre: "--Ya lo único que me queda por probar es hacer un niño nuevo", a lo que la madre, con todo el desparpajo del mundo y ante la sorpresa del médico le respondió: "--Don Juan Luis, si no lo hace es por que usted no quiere". Nunca más se le ocurrió utilizar aquella expresión en una consulta.
En el Lago de Le Man en Ginebra.
EL 'SOMBRO'.
Otra vez, en consulta, se presentó un matrimonio con su hijo. Y entre exploración y pruebas, el cabeza de familia le preguntó a nuestro médico "--¿Sabe Vd. lo que es un 'Sombro'?, a lo que éste le respondió de forma negativa. "--Si, hombre, es como un fantasma", abundaba el padre del chiquillo, ante la mirada de asombro de Juan Luis que, se reafirmaba diciendo que "--Yo no creo en fantasmas", observando como, por detrás, la madre del paciente le hacía señas con los ojos, de forma afirmativa. Y terminó explicándose el ingenuo e inocente hombre: "--Que si, don Juan Luis, que yo he tenido una experiencia dolorosa con un 'Sombro'. Un día llegué a mi casa, y en el dormitorio, mi mujer me advirtió que detrás de la cortina había un 'Sombro'. Como yo tampoco me lo creía me acerqué a ver y no vea Vd., don Juan Luis, la guantá que me dió el fantasma". Cuando el médico cayó en la cuenta, ante la insistencia de la mujer en sus señales oculares y lo insólito de la historia, Juan Luis no tuvo más remedio que darle la razón.
Vivienda y consulta que mantuvo Bootello, en Micaela Aramburu, donde estuviera el Hotel Vistalegre.
En la placidez de su casa, viviendo su jubilosa jubilación.
No mostramos fotografías antiguas de nuestro protagonista dado que en un incendio fortuito que se produjo en la casa materna, en Micaela Aramburu, se perdieron infinidad de efectos personales, entre otros las fotografías familiares.