La procesión infantil, a su salida de la calle San Juan.
Siempre han habido en la Baja Andalucía las procesiones infantiles de la Cruz de Mayo, en las que, sobre un cajón, se colocaba una cruz llena de flores y los niños organizaban un cortejo, con un “recaudador” que iba con una latita pidiendo: “una perrita para la Cruz de Mayo”.
Durante los años 2006, 2007 y 2008, Pepita Lena Terry que había recibido de casa de su abuelo, Carlos Terry, un pequeño pasito del siglo XVIII con un calvario de vestir, quiso que sus nietos vivieran lo que ella y sus hermanos y primos habían vivido en su niñez. Desde la casa en la calle Larga de su abuelo, sacaban ese pasito hasta la Plaza de los Jazmines y volvían a la puerta del jardín de esa casa por la calle Cielos.
Eddie, y sus amigos Valentín y Manuel, llevando el paso. Detrás la banda de cornetas y tambores, a su paso por la plaza de Juan Gavala.
Grupo de niñas de mantilla
Así, Pepita Lena y su marido Luis Suárez, restauraron las imágenes de la Virgen, de la Magdalena y de San Juan, se le hicieron nuevas “caídas”, con galones dorados y cierres bordados, al paso. También Pepita Lena hizo las insignias, el guión, bordó el estandarte. Luis Suárez hizo las astas de las insignias, y “compuso” los ciriales, Antonio Sánchez Cortés confeccionó los ornamentos para el pequeño cura, y se convocó a más de cien niños, del barrio y amigos de los colegios de los nietos, para organizar una procesión.
Cruz de Guía y estandarte. Al fondo las niñas de mantilla.
Luis de preste, a la izquierda niño con incesario, y al fondo, el aguador con un cantarito de Lebrija.
Fue la primera el Viernes de Dolores de 2006, a las 6 de la tarde desde la casa San Juan, 17. El orden fue el siguiente: Guión, Cruz de Guía, con dos ciriales, filas de niños con velas, grupo de niñas de peineta y mantilla, estandarte con dos ciriales, nueva filas de niños con velas, ciriales, incensarios, navetas, dos aguadores, con pequeños cántaros de Lebrija, el paso por cuatro niños/ñas y, detrás de él, el preste con alba, cíngulo, estola y capa pluvial.
Cerraba la procesión una escueta banda de cornetas y tambores, mandada por el pequeño corneta Juan José Cristo Cumbrera. Había tres cuadrillas de niños/ñas costaleros, ensayados por el paciente Jorge, padre uno de los niños.
La procesión en las gradas de la Prioral.
La mas pequeña, Carmen, de peineta y mantilla.
El recorrido: San Juan, Vicario, Plaza de España, entrada en la Prioral para hacer estación de penitencia, palabras del párroco, salida de la Prioral, calla Vicario, Plaza de Juan Gavala, calle Luna, Placilla, Santa María, Plaza de Juan Gavala, calle San Juan y a su “templo”. Al salir y al entrar, la banda tocaba la marcha real y durante la procesión diversas marchas. La procesión congregaba por las calles de su recorrido a numeroso público. Cuando se recogía, a todos los niños participantes, se les daba en el jardín de la casa una suculenta merienda.
Tomás de preste, con el paso detrás, antes de salir la procesión.
El Paso, con las imágenes del Crucificado, la Virgen, de la Magdalena y de San Juan
La causa de su supresión en 2009, fue porque el Ayuntamiento que había prestado toda su colaboración, exigía tener permiso del Obispado, pedir un permiso municipal con antelación, contratar una póliza de seguro y muchos requisitos más. Lo que fue una iniciativa inocente hubo de terminarse por la burocracia y porque los niños fueron creciendo y ya estaban, algunos, en edad de salir en las procesiones de “verdad”. Así que, por lo menos, se creó una cantera de nuevos cofrades.
Todos los años procesión fue recogida por Telepuerto y tuvo su eco en periódicos como el Diario de Cádiz y otros de la zona.