Fernando Terry Merello (1935-2009), era el mayor de diez hermanos del matrimonio formado por Fernando C. de Terry del Cuvillo, oriundo de Irlanda y de Isabel Merello Álvarez-Campana, oriunda de Italia. La familia residió en la llamada Quinta de los Ruiz Golluri, en la calle Cielos, núm. 2, finca que en la actualidad ocupa el Hotel Duques de Medinaceli. El cabeza de familia fichó para trabajar con la familia, en concreto para dar clases de equitación y luego de bellas artes, a Juan José Botaro Palmer, con nótula xxx en Gente del Puerto, quien les instruyó en diversas disciplinas, dada la afición ecuestre de su progenitor. Su tatarabuelo, Santiago Terry, fue diputado de las Cortes de Cádiz y redactor de la Constitución de 1812.
Se licenció en Derecho por la Universidad de Deusto, aunque los exámenes los realizaba en Valladolid. Fernando fue presidente del Consejo de Administración de Bodegas Fernando A. de Terry, desde 1959 hasta la venta de la empresa en 1983. Estuvo casado con Elisa Osborne Vázquez, hija del Conde de Osborne, con quien tuvo cinco hijos.
Bodegas Terry fue fundada por Fernando A. de Terry y Carrera, quien dió nombre a la sociedad vitivinícola, empezando su actividad en 1835, siendo refundada en 1865, pasando por diversas vicisitudes hasta que la reflota, ya en el siglo XX, el padre de nuestro protagonista, Fernando C. de Terry, quien llegara a ser alcalde de la Ciudad entre 1941 y 1943, y que contó con la ayuda del Conde de Osborne , alcalde que le sucedió, para levantar la actividad; en concreto le llegó a prestar el embotellado de Osborne del que carecían los Terry.
Los hijos de Isabel Merello y Fernando Terry del Cuvillo, en la boda de Milagros Terry, en la Puerta del Sol de la Prioral. El pequeño que aparece a la izquierda es Tomás Terry Merello y el que está a la derecha es Fernando Terry Merello. El guardia que está a su derecha es cl conocido con el sobrenombre de 'Merengue'. Década de los cuarenta del siglo pasado. (Foto: Juan Bottaro Palmer. Colección: José Antonio Castro Cortegana).
El padre de nuestro protagonista era una persona muy emprendedora, con un fuerte carácter, pero también muy buena gente, que ayudó tanto personalmente, como desde la bodega a muchas familias. Ese carácter le valió el sobrenombre de 'el Levante'. (En la imagen de la izquierda, Fernando C. de Terry y del Cuvillo. Dibujo a carboncilla de Torres Brú).
Con la llegada de Fernando Terry Merello a la gestión diaria de la empresa, se produjeron una serie de discrepancias en la familia, segregándose sus tíos, los hermanos Carlos y Javier Terry del Cuvillo (propietarios del 25% del accionariado de la bodega, por cesión graciosa de su hermano Fernando C. de Terry) y fundan la bodega con esa razón social, en la calle Valdés, en unos cascos de bodegas pertenecientes a la antigua firma de Álvaro Picardo. Es la que en la actualidad se conoce como Bodegas 501, que comercializa también el Fino Marinero. Por cierto que un familiar de estos Terry les preguntó que «--Por que crear una nueva bodega si en El Puerto» --exagerando-- «hay qunientas». «--Pues esta esta será la bodega 501» y así se le quedó la marca. Hubo, también, algún litigio a nivel nacional e internacional por el uso de la marca Terry, fallando los tribunales que a ambas empresas les correspondían usar su apellido como reconocimiento de marca. Todos los años, esta rama de los Terry celebraba con una misa en la iglesia de las Esclavas, el aniversario de la constitución de la nueva empresa.
Las cuatro botellas de los vinos principales de Fernando A. de Terry, en la década de los setenta: Fino Camborio; Cream Descarado; Oloroso Fandango y Amontillado Santa Cruz. Más adelante se recuperaría 'Maruja' que se comercializaría como Fino y también como Manzanilla.
En la actualidad, la Bodega Fernando A. de Terry, S.A. pertenece a Beam Global España S,A., filial de Beam Global Spirits & Wine Inc., el cuarto mayor grupo mundial en la elaboración y comercialización de bebidas espirituosas, que a su vez es la división de vinos y licores de Fortune Brands. Esta bodega fue comprada a Pernord Ricard, propietaria de los antiguos negocios de Allied Domecq España, empresa que había comprado la Bodega Pedro Domecq, S.A. y que a su vez adquiriera al entramado de empresas de Rumasa por la que tenía una opción de compra, las bodega que fundara la familia Terry. (En la imagen, Carlos de Terry y del Cuvillo).
Patio de los Olivos de Bodegas Terry.
Certificado de Empresa Ejemplar, otorgado por el dictador Franco, en 1964.
LABOR SOCIAL Y SINDICAL
Pero volviendo a Terry Merello, contemporáneos suyos en la Bodega, recuerdan que "heredó de sus padres el cariño por los trabajadores" y destacan que desde su llegada que desde su llegada a la firma bodeguera, la empresa fue convirtiéndose en un modelo en toda la comarca desde el punto de vista de las ventajas sociales para los empleados, ya que por ejemplo se puso en marcha el primer economato para los trabajadores de la bodega y entre otras cosas, se le llegó a otorgar a la firma la Medalla de Empresa Ejemplar, con el beneplácito de los representantes de los trabajadores. Es anecdótico que el presidente del Consejo de Administración tomara café, de forma asidua, con el presidente del entonces Jurado de Empresa, Pepe Marroquín, algo que en la década de los sesenta del siglo pasado era algo impensable en otras bodegas de la zona vitivinícola, donde las relaciones entre directivos y plantilla estaban mucho más jerarquizada. Por cierto, que el nucleo de CCOO de la Vid, en la clandestinidad, estaba en Bodegas Terry).
La Bodega El Carmen.
Las bodegas de Terry se caracterizaba por respetarle y guardarle el puesto de trabajo a los trabajadores que eran disidentes del régimen político y que sufrieran detenciones a causa de sus ideas. Era muy avanzada socialmente, como ya hemos señalado. Existían becas para estudiantes de trabajadores, e incluso ayudas médicas y alimenticias (otorgadas para seguir un régimen alimenticio adecuado para combatir enfermedades) que dependían de una Junta de Acción Social, conocida por los trabjadores de Terry como 'Los Humanos'.
Fernando Terry, en la recepción del reconocimiento a Bodegas Terry, como Mejor Empresa del Año, en el Palacio del Pardo; iba acompañado por el jurado de empresa, Manuel Selma, a quien el dictador Franco estrecha la mano.
Siendo ministro de Relaciones Sindicales, el dirigente García Ramal, y estando en Cádiz en visita institucional, le concedieron a Bodegas Terry la Medalla de Plata al Mérito Sindical. Los representantes de los trabajadores no asistieron al acto de entrega de dicha distinción y, por escrito, explicaron sus motivos: estaban en desacuerdo con la redacción del proyecto de Ley Sindical que por aquel entonces se estaba redactando, empero, en dicho escrito hicieron constar que era de justicia y estaban por ello de acuerdo, con el galardón concedido a Terry, siendo recibidos en audiencia al día siguiente por el ministro.
Como se puede apreciar las relaciones entre los trabajadores y la empresa eran modélicas, tal es así que cuando se hacían pintadas en las fachadas de las bodegas, reivindicando alguna cuestión, Terry se salvaba pues las peticiones que se hacían ya Terry hacía tiempo que las había puesto en marcha.
Isabel Merello, flanqueada por el alcalde de la Ciudad en 1963, Luis Portillo, el Cardenal Bueno Monrreal, y detrás el Conde de Osborne, durante la inauguración del Colegio de La Salle, del que fue benefactora la madre de nuestro protagonista. (Foto: Rasero. Archivo Municipal).
SU MADRE, ISABEL MERELLO.
Isabel Merello, la madre de nuestro personaje, era una persona muy querida en la Ciudad, quien también le inculcó el hacer el bien por los demás. Había sido presidenta durante muchos años de la Cruz Roja local, impulsora junto con el Conde de Osborne, del Colegio La Salle, hermana mayor de la Archicofradía de la Esclavitud de los Milagros, creadora de viviendas sociales para los trabajadors de bodegas, y su labor humanitaria y caritativa la hicieron merecedora, allá por 1963, de la Orden Civil de Beneficencia. Fue impulsora de las Galas de la Cruz Roja que se celebraron en nuestra Ciudad a beneficio de la institución. En el año 2007 volvieron dichas galas a celebrarse en nuestra Ciudad. El 4 de enero del pasado 2009, se inauguró en la Costa Oeste el Parque Isabel Merello, Vda. de Terry.
FRANCO EN EL PUERTO.
Era un gran aficionado a la caza y, al igual que su padre, era una magnífica escopeta, llegando a ser Campeón de España de Tiro de Pichón. Tuvo oportunidad de asitir con Franco a algunas cacerías y, además, Franco por esa circunstancia fue huesped de los Terry, primero en el domicilio familiar de la cale Cielos, núm. 2 y luego en la finca de San José del Pedroso, donde se realizaban dichas cacerías. La relación de Franco con los Terry vino a través de Eduardo Merello Yaseras, quien había sido Subsecretario de Industria en un gobierno del dictador y alto cargo de RENFE.
A la derecha de la imagen, Fernando Terry en una cacería con Franco que aparece el tercero por la izquierda. La instantánea está tomada durante la cacería celebrada en Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real) entre el 16 y 18 de octubre de 1959, en la que se abatieron 4801 perdices. Las placas de gelatina bromuro, permanecieron sin ver la luz en el Ministerio de Información, luego de Interior, hasta que en 1986 por medio de Tierno Galvan se restituyeron al fotógrafo. Y el historiador José López de la Franca, amigo del fotógrafo y propietario en sus archivos ha dado a conocer a la opinión pública. (Fotos: Eduardo Matos Cuesta. Colección José López de la Franca).
Los más antiguos cuentan que en cierta ocasión, estando Franco alojado en la casa de la calle Cielos, la guardia personal del Jefe del Estado impidió el paso a uno de los trabajadors de la familia, a lo que Fernando Terry padre reaccionó abroncando al General Muñoz Grandes, ayudante de Franco: "Que sepas que cualquier trabajador de mi casa tiene paso libre por cualquier sitio de ella, porque gozan de mi confianza", le dijo. Genio y figura.
AGRICULTOR Y GANADERO.
Tras su salida de Bodegas Terry en 1983, como presidente del Consejo, Fernando se volcó en sus otras grandes pasiones: el campo y los caballos. Su familia, propietaria de varias fincas en la provincia de Cádiz se dedicaron durante mucho tiempo a la cría del ganado caballar. Entre la caballa equina española destacó siempre la ganadería del Hierro del Bocado, con los caballos cartujanos de Terry que fueron imagen de la marca, junto a Margit Kocsis, con nótula núm. 568 en Gente del Puerto. En 1948 Fernando C. de Terry se hizo con una punta de caballos cartujanos y fue creando la famosa ganadería y sus instalaciones: el Museo de Carruajes, el Guadarnés y las Cuadras y Caballerizas de Terry en la calle Cielos.
Las fincas de San José del Pedroso --en los términos municipales de Puerto Real y Medina--, Espanta Rodrigo --entre Jerez y El Puerto--, La Micona --Puerto Real-- y La Laguna en El Puerto, ocuparon su tiempo y administración.
Fallecía en Barcelona, el 1 de diciembre de 2009, tras no superar una complicación cardíaca de la estaba siendo atendido desde hacía años en una clínica catalana, a la edad de 74 años.