Es la inocencia hecha persona. Manuel Rodríguez Sánchez, conocido cariñosa y popularmente como Manolo “el Polvorón”, nació en Sanlúcar de Barrameda el 14 de diciembre de 1964, en una familia con escaso poder adquisitivo. El apodo por el que todo el mundo le conoce se lo puso, desde el cariño que le profesaba, José Antonio Luna, el desaparecido director del Centro de Educación Especial El Madrugador, «por el aspecto tan redondito que presentaba y la inocencia que siempre tuvo» y que hoy mantiene.
Manolo ingresó muy pequeño en el Centro que la Diputación Provincial tiene en Puerto Real para niños, la conocida como Casa Cuna. Luego pasaría por un centro de Málaga, para a continuación ser atendido en el Colegio Valcárcel de Cádiz y con posterioridad en el Centro de Educación Especial del Madrugador, ya en El Puerto. Allí se tomaron por él un especial interés, tanto el Director Luna Riel, al que Manolo recuerda con afecto, como el Secretario del Centro, Faustino Navas quien se propuso enseñarlo a leer y que cuando creía que lo conseguía, se dio cuenta que Manolo se aprendía de memoria las páginas para agradarlo. Fue un día en el que le “leyó” la página que tocaba, con las letras boca abajo. (Manolo es feliz con un micrófono en la mano, cantando, como sucede en muchas de las celebraciones en las que participa).
Al desmantelarse este Colegio de Diputación, Manolo cambia de centro e ingresa en AFANAS, en el Centro “Mercedes Carbó”. Hace 30 años era un adolescente con apenas 15 años. Pasaba los fines de semana y periodos vacacionales junto a otro compañero de AFANAS de apellido Gilabert, en casa el coadjutor de la Parroquia de San Marcos, Miguel Ángel Morales Jerez. Durante aquel periodo hacía vida común con los integrantes de la comunidad parroquial de la incipiente iglesia de La Milagrosa a la que fue destinado el cura Miguel Ángel: Paco Puyana, Luis Perdiguero, José María García Máiquez, Faustino Navas. En ese periodo adquirió cierta soltura ya que apenas hablaba cuando llegó a aquel grupo llegando a salir bastante desenvuelto.
Con los compañeros del piso asistido de la calle Antonio Machado. Arriba de izquierda a derecha, Fernando, Carmen, Lourdes, Begoña, María del Mar. Agachados, José Luis, Raul y Manolo.
Manolo hace ya años que dejó la Residencia de la calle Larga de AFANAS y vive, junto a otros compañeros, en un piso asistido subvencionado por la Junta de Andalucía, pero igualmente atendido por AFANAS, en la calle Antonio Machado, en la Barriada Malacara. Vive aquí desde hace tres años. Anteriormente habitaba en otro piso asistido en la calle de Los Moros. Aquí les enseñan a ser autónomos para el día de mañana: a hacerse la cena, a limpiar, a lavar y planchar la ropa. Seis personas entre monitores y limpiadoras, en tres turnos, atienden a los ocho residentes del piso asistido donde vive Manolo.
Con Chari, la monitora del piso asistido por la Junta de Andalucía.
Además, trabaja vinculado a AFANAS en la Granja de Huevos Lodelmar, repartiendo (que no partiendo se apresura a señalar Manolo) huevos por distintos lugares de la Bahía de Cádiz. Un día laboral en la vida de Manolo empieza muy temprano. Se levanta a las 5:30 de la mañana y a las 6:15 sale para el trabajo, empezando la jornada laboral a las 7:00 de la mañana hasta las 13:00 horas. Por la tarde descansa dedicándose a sus múltiples aficiones, según sea la época del año, acostándose a las 10:30 u 11:00 de la noche.
De portero con gorra --ya no ejerce-- en un partido de Futbito en el Polideportivo.
En cuanto a aficiones, Manolo las tiene todas según sea la estación del año, aunque algunas son permanentes. Juega al Futbito con el equipo de “La Andreíta” con el que ha ganado algún premio; recuerda que fue portero en El Madrugador, pero ese puesto no le gustaba. Cuando le metían algún gol siempre decía muy apesadumbrado que «porque me tiene que pasar a mí esto», por lo que cambió rápidamente. Antes era un asiduo asistente a los partidos del Racing Club Portuense.
Un joven Manolo en una Fiesta de Carnaval, antes de disfrazarse, luciendo pelo.
Los miércoles asiste a la Asociación Musicarte, donde están preparando el musical “La Bella y la Bestia” que estrenarán en la Sala CAI el sábado 16 de enero. El año pasado participó en una chirigota muy propia “Los Hueveros”. Este año participará en una chirigota en la que van de Belén Esteban y Jesúlín de Ubrique, en la que Manolo interpretará al torero; «Ya era hora» afirma, «que me tocara a mí ser el protagonista» y es que Manolo todavía puede interpretar el papel de galán.
Ayudando a la Hermandad del Nazareno, portando una escalera en la procesión.
Sale en la Hermandad de los Cerillitos, los martes, aunque acompaña a las Hermandades de La Borriquita, El Olivo y El Nazareno, de chaqueta o ayudando, como en el caso del Nazareno, portando la escalera que se usa para salvar los cables o por si hay que subir al paso. Con el Resucitado, el domingo, va de chaqueta y de aguador. Ha sido paje con el Cartero Real (Faustino Navas) y con Luis Benvenuty (Rey Melchor) y este año cuentan con él en la Hermandad del Dolor y Sacrificio para que haga también un papel real. «Ya era hora de que me tocara a mí», vuelve a decir Manolo. El día 4 de enero, a las 5 de la tarde, estará en el Centro Comercial El Paseo vestido de Baltasar. (En la imagen, caracterizado de paje del Rey Negro. Es algo que le encanta, participar en la Cabalgata de Reyes).
Le encanta la Feria y cantar --hay algunos vídeos de Manolo circulando por internet en Youtube-- y en alguna ocasión, con permiso por escrito, se desplaza a la feria de su ciudad natal, Sanlúcar.
ENTREVISTA POR FERIA
En el año 2006, Diario de Cádiz publicaba en la Feria una entrevista con Manolo. "Tiene la feria la mar de ajetreada: por las mañanas reparte huevos de Lódelmar para abastecer un buen puñado de casetas, después queda con los amigos y por la noche, o si se tercia en una de estas tardes tan amplias, lo verán en un escenario con sus recreaciones musicales. ?Manuel Sánchez tiene 40 años y así, a secas, podría pasar desapercibido.? Pero si detallamos que es El Polvorón , el sobrenombre adquiere todo su sentido.?" El mote me lo puso José Antonio Luna, pero no sé por qué", explica con sus ojos vivos, esos ojos de mirada de niño con los que se asoma a la feria, para divertirse a lo grande.? Manolo tiene novia, se llama Sandra, y está muy contento con ella : "ha llegado el momento de sentar la cabeza", asegura con esa ingenuidad con la que se ha granjeado el cariño de todos los que lo conocen.? Ya ha tenido unas cuantas novietas, "bastantes", asevera, y con su novia quiere disfrutar de todos los días de la feria en la compañía de amigos como Antonio, el que le acompaña al jaleo y las palmas en todas sus actuaciones.? En la "presente temporada", El Polvorón presenta un nuevo espectáculo, encarnando nada menos que a Falete, la criatura surgida desde las entrañas de Jesús Quintero.? "A mí me gusta cantar también por Siempre Así o por El Barrio", detalla su catálogo.? Manuel está siempre a la moda musical, pasó de Raphael a Ricky Martin y llegó a desembocar en Bisbal, su ídolo durante bastantes ferias.?" Bisbal se mosqueaba porque lo imitaba muy bien", deja caer con esa retranca particular Manolo .? Así que si en una de estas noches se pasa por la caseta de Afanas podrá contemplar un recital completo de El Polvorón , con el que disfrutan amigos, conocidos y desconocidos".? (Foto: Fito Carreto).
Este gran fresco, pintado en una tapia junto al Monasterio de la Victoria, representa a nuestro protagonista.
Manolo tiene en su cuarto un cartel que reproduce al graffitti de más arriba, que fue usado para un cartel de convocatoria juvenil.
"Me da igual alguno se mete conmigo o se ríe de mí, yo imito y subo al escenario porque me gusta, y ya está", zanja Manuel ante algún comentario impertinente que ha podido escuchar en determinada ocasión.? Cuando pisa el tablao y suena su música, no se lo piensa dos veces.? En este año tiene apalabrado intervenir en la Caseta Municipal, mañana sábado por la noche, y en un programa de Telepuerto.? Su feria, de coca cola, "no tomo ni una mijita de vino", confiesa, chocos y tortillas, sus tapas favoritas, comienza a las tres de la tarde y desde entonces hasta que el cuerpo aguante.? También le gustan muchos los cacharros, pero el año pasado sufrió "un jamacuco" en una atracción de terror.? "Estuvieron a punto de llamar una ambulancia del susto que me llevé", rememora. ?Trabajador, implicado con su gente y su ciudad, sentimental, niño grande, Manolo nunca puede pasar desapercibido allá donde va.? El remate: Su mejor feria."
Con Pepe Galán y otro acompañante, posando durante una zamobomba en la Peña Taurina 'El Rabo'.
Manolo tiene un bajo cociente intelectual --lo que antiguamente se conocía como oligofrenia (del griego “poca mente”)--, pero eso no ha impedido que se sienta integrado laboral y socialmente. Pero sobre todo es y se siente muy querido por cuantos le tratan y se relacionan con él. «Yo soy Manolo, el Polvorón de El Puerto», afirma.