Juan, Salvador y Eduardo Moreno Naval.
Juan Moreno Naval tiene 56 años y desde pequeño ha estado metido en el mundo de la carnicería porque tanto su padre Rafael Moreno Porto, como su abuelo, Rafael Moreno Serrano, eran del gremio. Este portuense dirige toda la fabricación de los Hermanos Moreno, una pequeña industria dedicada a la producción de chacinas y preparados de carne en El Puerto.
En la imagen, el padre de los Hermanos Moreno, Rafael Moreno Porto, 'Lenguito', en una foto en el puesto de la Plaza, en los años sesenta. La familia vivía a escasos metros, en la calle Sierpes.
Hace ya 10 años, un amigo de Sevilla le hizo a Juan Moreno un encargo: “--Juan, allí en Sevilla hay bares que están obteniendo mucho éxito poniendo la pringá de la berza en bocadillos”. Y allá fue el carnicero de El Puerto a satisfacer al cliente “porque siempre hemos tratado de hacer lo que nos piden, es la manera de competir de las pequeñas empresas, poder ayudar a otras pequeñas empresas que necesitan productos muy personalizados, que no puede proporcionarles la gran industria”. La idea de Moreno fue hacer un producto lo más cercano a la realidad de una pringá de la berza. Así que cogió chorizo, morcilla, magro de cerdo y tocino “entreverao” y lo puso a cocer a fuego lento en una marmita. “Vimos que si cocíamos el producto en agua, nos podría, luego, dar problemas de conservación y decidimos cocer los productos en una de las estrellas de la casa, nuestra manteca colorá”.
LA MANTECA COLORÁ.
Moreno señala que la manteca colorá es como “la seña de identidad de la casa. Fue mi abuelo el que empezó a ganarse fama con ella, cuando tenía una carnicería en Chipiona”. A José Moreno Serrano lo conocían como “Lengue” por su afición a los toros. La afición, la profesión y el mote lo heredó el padre de Juan, Rafael Moreno Porto, 'Lenguito' y ahora son tres de sus hijos los que mantienen el negocio familiar [otro de sus hijos, Rafael tiene carnicería propia en el Paseo de los Enamorados]. (En la imagen diversas monodósis de diferentes patés de los Hermanos Moreno, o Casanaval, que es el nombre comercial: manteca colorá, la crema de lomo que es una versión moderna de la zurrapa de lomo, pringá para untar, patés ibéricos, crema de sobrasada, cachuela, ...)
A la derecha, Rafael Moreno Porto, con sus hijas Dori y Regla, en una festividad de los Tosantos, cuando se adornaban los puestos de la Plaza de Abastos.
En la imagen, Eduardo Moreno Naval, continúa en la actualidad con el puesto de la Plaza, números 9 y 10. Obsérvese la cabeza de cerdo cubierta de manteca colorá. Los otros dos hermanos, Salvador está en la carnicería de la calle Santa Clara, y Juan en la Fábrica de Embutidos en la calle Paraguay, por la Barriada de Sudamérica.
LA PRIMERA “PRINGÁ”.
El abuelo de los Moreno se vino a El Puerto en la década de los 40 “en los tiempos del hambre” señala el carnicero y desde entonces la familia sigue con el puesto número 9 del mercado de abastos de la localidad. El carnicero recuerda “que fueron 30 kilos de pringá los que hice”. Para que fuera más fácil de utilizar trituré el producto, pero procurando también que se vieran los trozos de chacina y de carne, para que se comprobara que “era pringá de verdad y no un paté”. Juan Moreno recuerda que a su amigo “no le fue, al principio, bien con el producto pero aquí en El Puerto la fui dando a probar y empezaron a llegar los pedidos de los bares que la ponían para desayunar. A lo tonto, a lo tonto, todas las semanas había que hacer un buen guiso de pringá para atender a la clientela”. (En la imagen el certificado de los productos de los Hermanos Moreno).
La pringá para untar, con la materia prima de la que proviene, presentada en una orza de barro y también en monodósis: la forma de dosificación de este producto de los Hermanos Moreno que está triunfando por España y Portugal.
DEL KILO A LOS 22 GRAMOS.
En principio la fábrica elaboraba la pringá en formato de un kilo ya que la clientela eran los restaurantes y bares. Sin embargo, luego, en las dos carnicerías que tienen los Hermanos Moreno en El Puerto empezaron a venderse envases más pequeños. Pero la revolución llegó hace dos años, cuando Juan Moreno se fijó en los pequeños formatos de aceite o de mantequilla que se hacen para los desayunos de los hoteles o de los bares. Juan pensó que su “pringá” podría ser una opción más de desayuno si llegaba en las cómodas monodosis. Buscó el envase y encontró unas pequeñas tarrinas de material metálico que llevan en su interior 22 gramos de producto, lo suficiente para una tostada.
UN PRODUCTO DE ÉXITO.
A partir de ahí ha llegado el éxito. Le ha cambiado el nombre al producto que ahora ha bautizado como “pringá para untar” y ha disminuido el tamaño de los tropezones ya que el público al que va destinado “valora mucho la comodidad”. Además, el producto, gracias a un proceso de esterilización, puede mantenerse hasta dos años en perfectas condiciones y sin necesidad de frigorífico con lo que es ideal para los bares y restaurantes que pueden surtirse sin miedo a que les caduque.
“Se elimina además la práctica de poner un envase grande en la barra y que cada uno se sirva. Esto, por si fuera poco, era inviable para los hoteles, que ahora pueden tener este producto típico de la gastronomía andaluza sin ningún problema”. (En la imagen de la izquierda, Juan Moreno y su hijo, en una Feria de Muestras de Alimentación y Hostelería, presentando los productos de Hermanos Moreno - Casa Naval).
Luego vendría todo sobre ruedas. A la “pringá para untar” se han unido la crema de lomo, una versión moderna de la zurrapa del lomo en manteca y la manteca colorá. El proyecto, ahora, es unir alguna oferta más a estas monodosis de desayuno andaluz. A los Hermanos Moreno, una vez logrado el producto, no le fue dificil encontrar distribuidores. (En la imagen de la izquierda, sobre la tabla de madera, dos buenas rebanadas de pan de campo con pringá de berza untada).
Lo último fue darle nombre y ahí fue la familia de nuevo la que primo. La marca de los Hermanos Moreno (Juan, Eduardo y Salvador) es “Casa Naval”, en honor al primer apellido de su madre Antonia Naval. Ahora, la fabricación se mide por miles de kilos anuales y el producto llega ya a toda Andalucía, Madrid y Barcelona “aunque aquí a la fábrica nos llaman desde muchos puntos de España interesándose por el producto” [También sirven sus productos para Portugal, con lo que la marca se ha internacionalizado, empezando por la península ibérica. Nada mejor para unos productos ibéricos]. (Textos: Pepe Monforte).
Más información en la web de Casanaval, pulsando.
Ole, la gente buena de Casa Naval y que bueno estan todos sus productos.
Un abrazo a todos