De izquierda a derecha, Luis Ortega Infante, Genaro González, Vicente Gutiérrez de la Rosa, Juanito Martín Vélez, Antonio Torres Santiago --gran secretario que tuvo el R.C. Portuense--, arriba, Pepín “el Barbero”, José del Cuvillo, Manuel Ojeda (padre de los Ojeda Lores), Mauricio León (padre de los León Ortega), Fernando Osborne y M. Zampaña.
Estamos en febrero de 1968. Bar La Liga, en la confluencia de las calles Luna y Nevería, próximo a la sede social del Racing. Se le tributa homenaje a José del Cuvillo Sancho, benefactor de la entidad rojiblanca, por sus simpatías con el equipo, su cariño y sus aportaciones económicas, tan necesarias en aquellos tiempos --¿y en estos?-- para sobrevivir un club modesto como el Portuense. José del Cuvillo sufría como propios los malos tragos del equipo de fútbol local, como si se tratara de algún mal acontecimiento familiar. El homenaje se celebró antes de perder la liguilla de ascenso a la Segunda División “A” de entonces, frente al Alavés en Vitoria primero y luego en el Campo de Fútbol Eduardo Dato, en El Puerto.
De izquierda a derecha, desconocido, Manuel Jarque Martínez (estamos preparando una nótula sobre el desaparecido “Chicharito”), Pedro López, Vicente Gutiérrez de la Rosa, Pepin "el Barbero", Manuel Serrano, Manuel Sánchez y Juan Cressi.
"Es cierto que siempre es mejor hacer los homenajes en vida… El generoso José del Cuvillo Sancho, mereció culminar meses después aquel más que merecido homenaje con el ascenso del equipo de su alma a la segunda división del futbol español. No pudo ser, si bien su trayectoria y entrega a los colores rojillos no quedarían empañadas por aquel desdichado partido jugado con el Alavés en el viejo Eduardo Dato en junio de 1968.
De izquierda a derecha, Genaro González, Pepin "el Barbero", al fondo semioculto, Antonio Torres Santiago, Vicente Gutiérrez de la Rosa, José del Cuvillo Sancho, Mauricio León, Manuel Ojeda y Manolo Serrano.
La expectación que había levantado el Racing en aquella temporada 67/68, del siglo pasado, fue inusitada e hizo posible que varios centenares de aficionados se desplazaran a Vitoria para presencia el partido de ida en el Estadio de Mendizarroza, después de que se superara el primer escollo de la promoción, el Club Deportivo Baleares. Mientras se jugaba el partido de futbol, las calles de El Puerto totalmente vacías, sin tráfico de ningún tipo, los porteños y porteñas, en los bares de Apolo, La Liga, Puerto Bar, Central, Los tres Reyes… estaban pendiente de la voz de Agustín Merello del Cuvillo que a través de las ondas radiofónicas nos narraba magistralmente todas las incidencias del partido de fútbol. El empate a cero logrado en Vitoria abría las puertas al anhelado ascenso.
De izquierda a derecha, Luis Ortega Infante, Vicente Gutiérrez de la Rosa, Petete Tejada y José Antonio Osborne.
Un domingo después, con el viejo Dato a rebosar, entre los miles de aficionados, incluidos muchos de la Bahía, se encontraban también, Pedro Carrasco y Ángel de Andrés, que por aquellas fechas rodaban en San Fernando la película, El marino de los puños de oro, el Racing perdía estrepitosamente, si mal no recuerdo, por un cero a dos frente al equipo de Vitoria, el Alavés, esfumándose todas las esperanzas de ascenso en aquel aciago partido. Después del desastre futbolístico se especuló sobre la profesionalidad de los jugadores, así como del desinterés de la Junta Directiva por no subir a segunda división, convirtiéndose en leyenda negra que aún perdura lamentablemente en el mundillo del futbol local.
De izquierda a dercha, Pepin "el Barbero", Antonio Torres, semioculto detrás, Fernando Osborne Vergara, Vicente Gutiérrez de la Rosa, José del Cuvillo Sancho, Mauricio León, Manuel Ojeda, Manolo Serrano y Petete Tejada.
Sí nunca dudé de la profesionalidad de la plantilla ni de su entrenador Ventura y tampoco de la Junta Directiva porque mi referencia siempre fue José del Cuvillo Sancho, excelente porteño y mejor persona al que nunca hubieran defraudados y menos venderse aquellos auténticos profesionales, como un Judas Iscariote cualquiera, hoy, después de lo que ha llovido desde entonces, todavía menos, reafirmándome, habida cuenta de los millonarios quinielísticos que ha dado el fútbol por impredecible y caprichoso que siempre ha sido y continuará siendo." Antonio Carbonell.
Nuestro agradecimiento a Vicente Gutiérrez de la Rosal, por habernos cedido, para su publicación en Gente del Puerto, las imágenes que ilustran esta nótula. Por cierto que Vicente tuvo la oportunidad de asistir a los encuentros que se celebraron en los dos campos, en los que el Rácing perdió frente al Alavés su posibilidad de ascenso a la Segunda División “A”.