Jorge Thuillier Pérez, porteño nacido en la calle Santo Domingo 28, desciende de una familia bodeguera de origen inglés que se estableció en nuestra Ciudad en 1840, al socaire del negocio de la crianza y exportación de vinos. Jorge, profesor de Instituto, anda muy vinculado a Sevilla, donde vive e imparte clases en el Instituto trianero G.A.Becquer, donde en la actualidad es Jefe de Estudios y profesor de lengua castellana, literatura y taller de Teatro. Licenciado en Filología Moderna, no pudo acabar la carrera en la facultad de Cádiz, como había prometido la administración académica de la época y en Sevilla terminó los cursos 3º y 4º. Allí conoce a los socialistas Rodríguez Ibarra, Paco Fuentes y a un brillante Alfonso Guerra, quien con dos carreras a sus espaldas y regentando la Librería Machado, era el único que se atrevía a mostrar su desacuerdo en las aulas con el profesor de turno, e incluso proponer temas de debate durante las horas de clase. Su otro compañero porteño, en Cádiz, Emilio Flor, consiguió la licenciatura en la Universidad de Salamanca. Durante 18 años ha compatibilizado la docencia a los más jóvenes con la formación al profesorado. Su vinculación con El Puerto es de amor odio, pues entiende que la Ciudad que lo vio nacer, y a la que vuelve con frecuencia, prefiere olvidar su pasado y dejar que duerma el sueño del olvido, “quizás por el nombre que, no por casualidad, tiene nuestro río”, afirma. Está casado con Victoria Nieto, hija de Manolo Nieto, el Jefe del Despacho Central de Renfe de siempre: la oficina que había frente al Parque Calderón. Tiene dos hijos: Sergio y Raul, rompiendo la tradición de los Jorges en la familia desde que el primer George Thuillier Burrow llegara a nuestra Ciudad al filo de la mitad del siglo XIX. (En la fotografía, Jorge Thuillier Pérez, en el catamarán sobre el río Guadalete -río del Olvido-).
Jorge Thuillier, sentado a la izquierda, con los miembros del Departamento de Lengua Castellana y Literatura (hasta el curso pasado) del Instituto de Enseñanza Secundaria Gustavo Adolfo Becquer de Sevilla.
ATENEO DEL VINO.
Es presidente del Ateneo del Vino desde su fundación, en diciembre de 2002, cargo que dejará en próximas fechas y que tiene entre sus fines “Promover y defender el patrimonio cultural que representa el mundo del vino, en sus aspectos productivos, lúdicos, arquitectónicos, artísticos etc. e instar ante la sociedad en general y ante las instituciones y Autoridades en particular, cuantas peticiones, acciones o pronunciamientos fueran necesarios en orden a la defensa de la cultura del vino”.
Campo de Guía: Río Guadalete, Palacio del Marqués de la Cañada. Ermita de Guía. Vista parcial del Plano de proyecto ubicación de unos cuarteles de entrenamiento militar, en los muladares de la Ciudad, que con el tiempo sería ocupado por el urbanismo bodeguero del XIX. (Ilustración del Archivo Militar de Segovia).
El Ateneo del Vino alegaba ante el Plan General de Ordenación Municipal que «En general todo parece promover la desaparición del rastro de la actividad bodeguera en la zona de Campo de Guía, con la consiguiente perdida de identidad y valores, para la ciudad y la cultura del vino. En orden a que esto no suceda, ya que sería una perdida irreparable para la identidad colectiva, el desarrollo turístico y el patrimonio edificado, solicitamos sean tenidas en consideración una serie de alegaciones que realizamos y se establezcan las determinaciones urbanísticas que permitan la pervivencia de los edificios de bodegas con su volumetría actual y usos acordes con su interés arquitectónico, sin olvidar apuntar la responsabilidad moral que recae en los gestores de la ciudad que decidan borrar una huella de tanta raigambre e importancia.» Pero Jorge no es muy optimista ante la desgana generalizada con el mundo del vino y su cultura. «En El Puerto solo quedan francotiradores de la cultura que, individualmente, luchan por la supervivencia de nuestras señas de identidad.
LOS THUILLIER EN EL PUERTO. GEORGE, EL FUNDADOR.
El tatarabuelo de Jorge, George Thuillier Burrow, había venido desde Exeter, Condado de Evon, Inglaterra, a mediados del siglo XIX, acaso dejando atrás una familia con la que no volvió a tener lazos, estableciéndose en El Puerto. La leyenda familiar, afirma que se instaló con su amante Ann Bradhaw y el primero de los hijos que tuvo con ésta, Lucía, para luego engendrar a otros vástagos ya en España: Adolfo, Augusto, Laura, Eduardo y Julia. No se sabe a ciencia cierta si compra una bodega fundada en 1840 o es el mismo George su creador en esa fecha. Manejaba negocios de movimientos de dinero y banca y el floreciente comercio de los frutos de la vid se presenta ante sus ojos. El caso es que, ya metido en el mundo de la vinatería y la exportación, se dedicó a hacer vinos de autor, siendo premiados sus caldos en los certámenes de Madrid , en 1857 y en París, en 1878. Sus restos mortales se enterraron en el Cementerio Inglés existente en la carretera de Jerez, situado donde hoy se encuentran los aparcamientos del Centro Comercial El Paseo. Inexplicablemente el Camposanto que servía de última morada a los emigrantes ingleses que no se convertían, fue destruido mediante un extraño acuerdo entre el Ayuntamiento y el Consulado Inglés, finalizando la década de los noventa del siglo pasado. El Cementerio Protestante y su demolición, darán para otro reportaje, en su momento. (En la imagen George Thuillier Burrow. Foto: XXXXXXX y L. Hernandez. Ancha, 12. Cádiz).
EDWARD THUILLIER BRADHAW.
La familia afirma desconocer por que razón, el bisabuelo de Jorge, Edward Thuillier Bradhaw, tercer hijo varón y quinto de los seis hermanos que formaron el núcleo familiar, fue el segundo Thuillier que gestionó los intereses bodegueros de la firma, ahora denominada Edward Thuillier. Aunque es bien cierto que también aparecen etiquetas del apellido familiar, con el nombre de Augusto Thuillier, posiblemente debida a una escisión de la firma, pero esa línea familiar no tiene continuidad. En los membretes de la empresa, tanto en español como en inglés, se deja constancia de la fecha del establecimiento de la bodega: 1840 así como su vocación exportadora al mundo de habla inglesa. A los 29 años, ya casado, vivía en la calle Palacios, 59. Era una persona culta e instruida, que poseía una amplia biblioteca bilingüe, y que, además se dedicaba a la docencia: dirigía una Academia de Segunda Enseñanza, aficionado a la pintura y a pintar... era todo un humanista. A su muerte en 1903, deja en herencia los siguientes bienes: Vivienda y Casco de Bodega de 1320 metros en calle Zarza, 4. Hacienda, tierra y viñas en el Pago Rincones de Jerez de seis y tres cuartos de aranzada. Otra finca rústica de tierras y arboleda de nueve aranzadas en el Pago de La Laja y, nótese el apunte, el Palco Núm. 6 del Teatro Principal.
Un aspecto interesante de las familias vinateras de procedencia inglesa en el marco de Jerez era la consanguinidad entre los matrimonios. Esta endogamia hacía que se casaran entre ellos varias generaciones cruzando los apellidos de modos que todos continúan formando una gran familia: Osborne, Terry, Domecq, Gordon, ... Como afirma Mariano Arnal: «La razón de ser de todo sistema endogámico es defender la homogeneidad de un grupo, de manera que éste se mantenga siempre igual a sí mismo y perfectamente diferenciable de todos los demás. La unidad del clan es la razón suprema.» Pues bien, en la familia Thuillier tenemos un caso de endogamia: Edwar Thuillier Bradhaw y su hermana Julia casaran a sendos hijos suyos, primos hermanos entre sí. (Ilustraciones: Papel de Cartas de Edward Thuillir. Negativo en piedra para imprenta de etiqueta de Augusto Thuhillier. Etiqueta Generica. En la ilustración a color, Julia Thuillier Bradhaw).
JORGE THUILLIER SOLARES
Así, el hijo de Edward, Jorge Thuillier Solares, se casará con la hija de Julia y del abogado y comandante retirado de origen portugués, Hilario de Pina Sousa, Julia Pina Thuillier. El matrimonio entre primos está hecho, siendo éstos los abuelos paternos de nuestro protagonista, el actual Jorge. Los negocios no le fueron bien al tercer Thuillier quien, antes de la Guerra Incivil invierte gran parte de su fortuna en Bonos de la República. Está claro que se equivocó y tuvo que liquidar el negocio -pero no la marca, que sigue siendo de sus herederos- y diversas propiedades, marchando a Madrid con sus hijos. Regresó, luego de vivir tres años en la capital de España y se instaló de nuevo en la casa familiar, un edificio del siglo XVII, que comprara su padre, Edward, en la calle Santo Domingo, 28, esquina con San Bartolomé, adquirida a los Dominicos, --anteriores propietarios del inmueble hasta la Desamortización de Mendizábal-- esquina por frente al Convento de Santo Domingo hoy Instituto de Enseñanza Secundaria. (En la fotografía, el matrimonio formado por Jorge Thuillier Solares y Julia Pina Thuillier, en la cancela de la Casa Familiar, en Santo Domingo, 28, antiguo 18).
JORGE THUILLIER PINA.
Llegamos al cuarto Thuiller, ya fuera del negocio familiar de los Vinos y la Exportación: Jorge Thuillier Pina. Ejerció la profesión de maestro, había sido habilitado con el Magisterio Express después de la guerra -realmente el magisterio no fue su vocación- primero en el Hospitalito y al final de su vida laboral. En medio estuvo prestando sus servicios profesionales en la administración de la Metalúrgica de Miguel Castro, fábrica que se dedicaba a la fabricación de chapas para botellas, latas para conservas, y otros envases. Jorge, el padre de nuestro Jorge actual, conoció a su mujer Rosario Pérez Prieto menor que él en nueve años, durante unas vacaciones de ésta en El Puerto, pues es natural de Sevilla. Tras un largo noviazgo de 10 años se casó en 1951. Tuvieron cuatro hijos, tres de los cuales se dedican a la enseñanza -precisamente la profesión que no era la ilusión de su padre-, Jorge, que es Jefe de Estudios en el Instituto G.A.Becquer de Sevilla, Milagros, profesora en el Colegio Grazalema, Javier es especialista de la Armada en la reserva y Apoderado en Cádiz de Osuna, y Macarena, Directora del Colegio de Las Nieves. Hoy su viuda, Rosario, tiene 80 años, y vive con su hija Milagros en la casa familiar de la calle Santo Domingo, a la que su marido, en vida, le hizo un remozado y resanado de fachada para deleite de los viandantes. Un hijo de Javier, de nombre Jorge, es el sexto Thuillier que lleva este a modo de gentilicio desde que el apellido inglés se instalara, por primera vez, en las calles, tierras y bodegas de El Puerto de Santa María. (En la fotografía, Jorge Thuillier y Rosario Pérez, a principio de la década de 1950 del siglo pasado).
Desde el solar del que sería Colegio La Salle, se pueden contemplar diversos cascos de bodegas e incluso en medio de los dos, el arranque de la calle Zarza donde, en el número 4, la familia Thuillier tenía una nave de crianza. Posiblemente el actual casco de bodega que alberga en su interior a la firma Avila Fornells, junto a la Barriada José Antonio, fuera la bodega familiar.
Casa familiar de los Thuillier, en Santo Domingo 28. Lo que se considera inexplicable es que, en un edificio catalogado, dentro del Casto Histórico, protegido por la Ley del Patrimonio Histórico Andaluz, tenga tantas agresiones -visibles-, en su doble fachada: hasta seis discos de tráfico, pegados a la pared entre prohibiciones, stop, y reserva de espacio para la Fundación Alberti y carga y descarga; amén de cableados de fachada: telefónica, alumbrado público, alumbrado general. Del cajetín de telefónica, el anuncio fluorescente y el aparato de aire acondicionado no vamos a decir nada. ¡Y don Jorge Thuilier Pina se gastó unas perras en darle prestancia a la fachada!
soy tu prima pepi,no te veo desde que tenia 14 años por lo menos,y cuando te he visto me he sorprendido,pues he vuelto a esos años eres identico a tu padre.me gustaria saber de vosotros (el E-mail es de mi hija) besos a todos de tu prima.
Es sorprendente, gracias, estimado José María, por facilitar este posible reencuentro.
Contrariamente a lo afirmado por el redactor, la línea procedente de Augusto Thuillier Bradhaw sí tuvo continuidad, aunque fuera del negocio familiar. En la actualidad, somos seis biznietos y unos catorce tataranietos los que nos repartimos por Madrid, Valencia, Santander y Canarias.
Un pequeño lapsus, la Academia permaneció abierta solamente durante tres veranos, los de 1969, 1970 y 1971 y no a finales de los años 70.
Recuerdo que los primeros pasos de Jorge Thuillier Pérez dedicado a la enseñanza los dio en los veranos de finales de los años 70. En unión con otros compañeros, Faustino Navas, Antonio Muñoz Cuenca, Antonio Carbonell, Paco Arniz Sanz, Ana María García Ufano y Gaspar Luis Ramírez Perea quienes contando con la colaboración del Padre Ramón González Montaño, abrieron una academia para dar clases de recuperación a los chicos y chicas suspendidos en junio. Se llamaba academia San Marcos, primero estuvo en el Edificio de Acción Católica en la calle Larga y posteriormente en el Colegio “Mercedes Carbo” esquina calle Larga y Federico Rubio. El alma mater de AFANAS, el padre Ramón González Montaño, aprovechando que las aulas del Centro de enseñanza “Mercedes Garbo” durante el verano permanecían vacías, por el descanso veraniego del alumnado discapacitado, consideró que era acertado contribuir a la recuperación del alumnado que se había descuidado durante el curso. Por aquel entonces Jorge ya era novio de la que hoy es su esposa, Victoria Nieto. Y fueron testigos de la llegada a esta ciudad de “la Mama del Millón “, Mercedes Garbo cuando la inauguración del citado Centro de AFANAS. Mercedes Garbo fue participante del más espectacular de los concursos de Televisión Española (TVE) "Un Millón para el mejor". Desde entones la sociedad española tomó mas conciencia de los discapacitados. Mercedes aprovecho el momento y además de ganar el premio puso de manifiesto su situación al decir que todo cuanto había hecho era para ayudar a un hijo discapacitado. Corría el año de 1.968.