José María García López es un castellano de Ávila que vive y escribe en El Puerto. Actualmente liberado de dar clases de Literatura en el Instituto de Santo Domingo --es licenciado en Filología Hispánica-- se dedica ahora, íntegramente, a escribir. ¿Ese vértigo le hará feliz?.
José María García López is a Castilian from Avila who lives and writes in El Puerto. Having just been freed from giving Literature classes in Instituto de Santo Domingo (Secondary School) - he has a degree in Spanish Literature - he now dedicates himself fully to writing. Will this challenge make him happy?
Ha publicado libros de diferente temática y contenido y es los suficientemente premiado por la crítica, jurados y público como para que haya pegado ese salto al infinito que supone vivir de la literatura.
- En poesía, Sombra Derretida (1988), con el que obtuvo el Premio de poesía erótica Cálamo/Gesto 1987, y Memoria del Olvido (Renacimiento. 1994), Premio de poesía Rafael Alberti 1992;
- En trabajos de investigación, Platería Religiosa en Úbeda y Baeza (1979), del que es coautor.
- Ha colaborado en revistas como La Balsa de la Medusa, Revista Atlántica, Claves de Razón Práctica o Campo de Agramante, entre otras literarias, con artículos y ensayos sobre cine, teatro, pintura y poesía.
- También ha tocado la traducción de los clásicos: Fenicias, de Eurípides, en una versión en prosa rítmica (Ediciones Clásicas, 1998), y Antígona, de Sófocles (2001).
- En novela, La Ronda del Pecado Mortal (Seix Barral, 1992), novela que obtuvo una excelente acogida crítica. El baile de los Mamelucos (Seix Barral, 2002). Su penúltima novela es Infame Turba (RD Editores, 2006). El pasado noviembre ha presentado en la Asociación de la Prensa de Cádiz su último trabajo de ficción, aunque es una novela moralista, El Pájaro Negro (Calambur, 2008), sobre el conflicto en Irak.
Nuestro paisano José María hace un gran alarde del dominio imaginativo y capacidad expresiva que le han hecho merecedor de una excelente acogida crítica y el reconocimiento de ser «uno de los mejores practicantes de la novela histórica en España».
José María, con José Prudencio López Campuzano, Director y Presentador del programa 'Encuentros con los Libros', de Onda Jerez Televisión, tras la grabación del mismo. En el centro, Amalia Vilches que recientemente ha publicado una excelente biografía de Fernando Quiñones.
UNA NOVELA MORAL
«Habrá quien piense que “El pájaro negro” (Calambur, 2008) rompe la trayectoria novelística de José María García López -abulense del 45, afincado desde hace mucho en la Bahía de Cádiz-, que en 1992 se dio a conocer con “La ronda del pecado mortal”, título al que seguirían “El baile de los mamelucos” (2002) e “Infame turba” (2006). Pero no es así: existe una coherencia en sus pretextos -ese oriente próximo a veces tan lejano- y en su trasfondo, aunque esta vez haya atenuado el barroquismo de su estructura, que mereció elogios contundentes de críticos como Miguel García Posada o de escritores como José Manuel Caballero Bonald, quien aseguró que practicaba “una literatura en estado puro”.
En “El pájaro negro”, mantiene la pureza pero se deja contaminar por el compromiso. El propio autor ha asegurado que esta obra, ambientada durante la matanza de Irak que todavía prosigue, es fruto de una toma de conciencia y, en cierto modo, se trata de una novela moral: “No me importa el resultado de las elecciones de Irak –afirma Rosa, la narradora, en la última página del libro- y sí el rosario de muertos para llegar hasta aquí, los que acaso ya calculan los carroñeros de Estados Unidos y aliados para su próxima invasión de Irán u otros países de Oriente”.
Si en anteriores novelas, García López había sido minucioso en la reconstrucción de la historia, ahora aplica esa misma técnica o esa misma devoción a la actualidad. No sólo recopila datos de esa masacre desde la invasión de 2003, sino que los analiza con la precisión de un periodista de los de antes o como un observador riguroso de lo cotidiano, desde el expolio del museo de Bagdad a la historia profunda del país. Hay un hilo conductor de esta narración, la música callada de Ziryab, también llamado El Pájaro Negro, que revolucionó las costumbres andalusíes del siglo IX y que desembarcó en las costas de Cádiz rumbo a Córdoba, desde Bagdad. Su ritmo palpita en el yisr as sirat, el canto que se oye en una de sus páginas como un “prodigio de melancolía y sobrehumana belleza”, en un mundo en llamas. Y subsiste un pesar constante, la muerte en atentado de Alejandra, la protagonista de esta peripecia cuya presencia y ausencia marcan su argumento: “Alejandra perdió su vida, o se esfumó literalmente de este mundo, el día 18 de noviembre de 2004 en los alrededores de la mezquita de Abu Hanifa, al noroeste de Bagdad. El hecho, que tuvo lugar a los pocos días de la muerte de Arafat y la ejecución de la cooperante Margareth Hassan, fue uno más de una serie que conectaba con los masivos ataques norteamericanos de por esas fechas a reductors zuñes localizados en ciudades como Tikrit, Ramada, Falluja, Bagdad…”, explica García López.
Es una historia trágica, pero al mismo tiempo una historia de amor trágico, a punto del triángulo, una hipótesis que encierra mucho de parábola, porque quizá vivimos aislados de la realidad en una jaula de oro que sólo la muerte o el dolor abren a la vida y a la muerte. Pero lo que puede llamar poderosamente la atención de los lectores, es la incorporación del periodismo como elemento narrativo a través de la publicación de una serie de supuestas entrevistas que no sólo explican acontecimientos, sino posturas individuales frente al conflicto que tanto ha marcado, por cierto, la historia española del último lustro.» Juan José Téllez. (El Boletín - Informativo para el Ocio y la Cultura en El Puerto y la Bahía de Cádiz)
EL BAILE DE LOS MAMELUCOS
«En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso, debo concluir aquí, en Aram, mi oficio de cronista y emir mameluco. Mi relato, al cual no sé qué fe concederá la Historia, no puede ser como otros, pues los hechos que incluye arrancan de una flecha que me era destinada. De una visión fantástica al resplandor del sol.
En as Sukhna, muy cerca de al Kawn, mi joven amigo, Zahir Muhammad al Muqaddim, y yo mismo, Ashraf al Muakhkhir ibn Sayyed, hemos gustado la muerte, un águila de bronce abatida en la tarde, como tantos de nuestros Hombres. El destino de Zahir y el mío, antes tan juntos, han quedado hoy partidos como un árbol en cuyo centro hubiera caído un rayo. Él se lanza adelante en forzado galope, mientras yo retrocedo en viaje intermitente a mi pasado. Por lo demás, la cosecha de este año está siendo especialmente trágica. Así lo atestiguan las numerosas cabezas clavadas en picas y las torres cónicas hechas de cráneos humanos que he ido dejando atrás. También ha muerto, según dicen, aunque no en mi presencia, nuestro sultán, as Salih Hajji, y el gran emir Barquq ha huido hacia los altos de Hawitet, perseguido por El Cojo Timur, caudillo de los tártaros.» De "El Baile de los Mamelucos". José María García López