La leyenda afirma que, dos días antes de el gran crack de la bolsa de New York, Rockefeller se encontraba leyendo el diario mientras le limpiaban los zapatos. El señor limpiabotas le dijo a Rockefeller que había notado una gran agitación entre sus clientes, todos ellos grandes financieros, y que estaba seguro que algo terrible iba a ocurrir en la bolsa. Por increíble que parezca, el magnate millonario hizo caso de ese aviso y retiró prácticamente todas sus acciones del mercado, cosa que le permitió salvarse de la ruina completa.
José Serrano, 'el Serranito', con su caja de betún, cepillos y trapos, recorre las calles arriba y abajo y recala en algún bar donde le dan, además de unas monedas por su trabajo, algo de cariño. Y un café. Porque Juan, como la Real Academia de la Lengua Española, a los zapatos los limpia, los embetuna según el caso y le da lustre, o esplendor. Ejerce su oficio en El Puerto, aunque es de Jerez, pero no se le nota.
José Serrano, 'el Serranito', with his tin of shoe polish, brushes and cloths, he walks the streets and ends up in some bar where they give him, apart from a few coins for his work, a bit of affection. And a coffee. Because Juan, like the Royal Academy of Spanish Language, gives shoes a clean, polishes them if needs be and gives them a bit of shine, or returns them to their former splendour. He works in El Puerto, although he’s from Jerez, but you would never tell.
José, Presto en la faena, en la calle Larga en el Bar Vega, con Blas Segura. (Foto A. Gaitán Fariñas).
Si hablamos ahora de cine, la tercera obra maestra del neorrealismo , tras las películas de Rosellini "Roma Ciudad Abierta" y "Paisá" es "El Limbiabotas" (Siuscià).
Aborda el delicado tema del malestar social en una Nápoles estremecida por la guerra y por la ocupación norteamericana. La narración se acerca al estilo documental, con actores escogidos en la calle y escenarios reales, sin ninguna reconstrucción ficticia. La película, premiada con un Oscar en 1947, se apoya en un sólido guión firmado por Cesare Zavattini y Sergio Amidei. Pasquale y Giuseppe son amigos del alma y, de alguna manera, colegas. En efecto, para hacerse con algún dinero trabajan de "sciuscià" (contracción del inglés "shoe shine", limpiabotas). Pasquale es el mayor de los dos, es huérfano y vive con los padres de Giuseppe, quienes a su vez se mantienen con las ganancias de los chicos. Los amigos están unidos por un intenso afecto y comparten un sueño: comprarse un caballo blanco. Con un "trabajito" sencillo, que consiste en entregar una partida de mantas a una adivina, el deseo se hace realidad. Pasquale y Giuseppe compran el caballo y se presentan ante los demás limpiabotas, que no pueden creer lo que están viendo. Pero la felicidad de los dos muchachos dura poco, la adivina denuncia que le han robado las mantas y la policía los arresta a ellos. Sin saber que se han involucrado en un robo, Pasquale y Giuseppe acaban ante el juez, que los envía al reformatorio. Aquí, en espera del juicio, conocen a otros muchachos, delincuentes y descarriados. Entre malos tratos e incomprensiones, sufren una experiencia dolorosa que los cambiará hasta el punto de arruinar su amistad. La fuga resulta más dramática que la detención y termina en una tragedia. (R.A.I.)