"Sonríe aunque sólo sea una sonrisa triste,
porque más triste que la sonrisa triste,
es la tristeza de no saber sonreír."
A Sonia, camarera del Cafetín, vestida de faena y de calle.
Sonia Barba Cuevas, es hija de José Antonio Barba Garcés, que regenta el Bar 'Aquí te Espero', en la calle Valdés, casi enfrente de la Plaza de Toros, y sobrina de Pedro, camarero de toda la vida del Bar Vicente. La profesión de Sonia no le ha venido por casualidad...
"Esquina a la calle Santa María continúa abierto El Cafetín, también conocido desde hace muchos años como el Café Moderno. En 1895 era una taberna de los hermanos Sinforiano y José Molleda Colosía, llegados a nuestra cuidad desde el valle cántabro de Herrerías en 1874, cuando eran niños. Antes, un pariente de éstos, Eladio Díaz Colosía, tuvo aquí instalada, en la década de los 70 y 80, una fábrica de fideos; industria que ya se había establecido como tal, en una primera etapa, 1800. Acaso a ella pertenecieron las grandes vasijas que en los años 50 se descubrieron en el subsuelo, donde siguen. En 1913 en negocio, ya con el nombre de Café Moderno, estaba en manos del portuense Juan Carvajal Vázquez, quien lo mantuvo hasta fines de los 30. En 1913 y 1914, asociado con Luis Bononato, estableció una sucursal en el Parque Calderón; y otra, a solas, entre 1925 y 1927.
Como decimos, fue en los últimos años 30 cuando tomó el local José López Herrera, aunque por poco tiempo, pues en 1941 pasó a ser de Ángel Sordo Díaz, de sólida tradición familiar en el gremio, como tuvimos ocasión de mencionar en el anterior capítulo. Quienes tengan edad para ello, ¿recuerdan sus seis barriles? Cuatro a un lado: de amontillado El Caballo (Osborne), de fino Menesteo (Osborne), de fino C (Cuvillo) y de moscatel de la bodega de Manuel Rodríguez Garrido, el de Los Caracoles; al otro lado los de la manzanilla Argüeso y fino Tambor de la taberna La Burra. Muy solicitado fue también un estupendo tinto, de un tal Nicanor, de Cádiz, establecido en la calle Sacramento, que traía “el Tragelia” en el vapor. Y aquellas botellas, alargadas, de casi un litro, de la cerveza Cruz Blanca (cuyo depositario en El Puerto era Ezequiel Cortínez, quien llevó, en la plaza de la Pescadería, la taberna La Lucha), envasadas en cajas pesadísimas. Desde 1968, cuando murió Ángel, continúa llevando el establecimiento su hijo Maximino. Se reformó en 1965, cuando perdió el cuarto reservado que tenía junto a la casapuerta de Santa María, por donde entraban las mujeres –sólo las mujeres- tras tocar un timbre, objeto de deseo de algunos puñeteros chavales, que sabían que el dependiente, para abrir la puerta, tenía que dar un rodeo cruzando el salón interior y la cocina. En 1975 adquirió el aspecto actual, ampliado hace tres años con un servicio de confitería." Enrique Pérez Fernández Tabernas y bares con Solera. Una historia de la hostelería en El Puerto de Santa María. Año 1999
El Cafetín en 1958. Tras el mostrador, Maximino y Ángel Sordo; delante, de izquierda a derecha, "Aguilocho". Juan, "el Pirata", Antonio Guerra, "Juan Villarreal", "el Rubio". Rafael "el de las Aguas" y Antonio "el Gallo". (Foto Colección Manuel Guerra)
Caricaturas de Ruiz Cuevas, realizada el 30 de diciembre de 1985. En ellas aparecen, de camareros de sala, a la izquierda Rafael Troncoso y Julio Barcia; en la Barra, de verde oscuro, hablando con éstos, el propietario Maximino Sordo Alonso. En la cocina/churrería Juan Pauyata; y detrás del mostrador, a la derecha, Eduardo Mora y Juan Angulo, de verde claro. No estaba Sonia, pero si preguntan dicen que es la que está a la izquierda de la foto, sentada en la estantería. Era muy pequeña entonces...