Lo cierto es que en la Chicha Yeyé los desayunos comienzan con un problema y es que elegir, porque la oferta es tan atractivo que cuesta trabajo contestarle al camarero a la pregunta “--¿Qué va a queré?”
Para empezar tienen varios tipos de panes que van desde el mollete hasta uno de cereales o de centeno, todos ellos elaborados por panaderías locales como Roque o Las Cañas, situada a pocos metros del establecimiento. De todos modos la idea de Chantal Olivares, la cocinera de La Chicha Yeyé es comenzar a elaborar sus propios panes y quiere empezar por el de centeno.
Solucionado el tema del pan viene el problema de que ponerle por lo alto. A la oferta habitual del aceite de oliva virgen extra o las mantequillas se une una original propuesta y que son unos patés vegetales de gran interés tapatológico. Los van variando, en función de la verdura que Chantal encuentra en el mercado aunque lo habitual es que lo tengan de tomates o pimientos asados, de berenjenas, de calabaza o de champiñones. Concretamente los inspectores del Colegio que realizaron la visita probaron uno de tomates asados que iba de maravilla con el aceite y también otra de las curiosidades del local, unas mermeladas también hechas por ellos. En este caso fue una de arándanos.
A destacar también la ración generosa. En el caso del pan de centeno te ponen tres rebanás de tamaño mediano y en el caso del pan de cereales la pieza es también de las que te dejan bien preparado para soportar la mañana. Dos valores añadidos más que apuntar. Primero desayunar en su terraza al pie del castillo de San Marcos y segundo el precio. El pan, cafelito y lo de poner por lo alto sale por dos euros. También tienen croasanes y tartas caseras. Creemos que debe apuntarse la visita en la agenda de los tapatólogos dedicados al estudio de la Desayunística. /Texto y fotos: Pepe Monforte.