Mañana se celebra el LVII Festival de la Canción de Eurovisión. Hace 44 años tuvo lugar el 6 de abril de 1968, la edición XIII de este certamen en el Royal Albert Hall de Londres, (Reino Unido). La presentadora fue Katie Boyle y Massiel, que representaba a España, ganó el concurso con la canción ‘La, la, la’, obteniendo 29 puntos. El segundo puesto fue para el representante británico, Cliff Richard, que con la canción ‘Congratulations’ quedó a un punto de España. Francisco Andrés Gallardo nos cuenta como se vivió en España y en Europa y Pepe Mendoza como lo vivió El Puerto.
Europa, mal decían, comenzaba en los Pirineos y España entonces era diferente. El ‘Euro' era una ilusa utopía, y el festival de Eurovisión era una oportunidad para codearnos con United Kingdom-Guayon miní, for poins, y con Suitserlán-Le Suisse, sí puá, donde los llorosos emigrantes hispanos asistían por la tele a los fiascos musicales de Conchita Bautista y Jorge Sepúlveda. En 1968 ETA daba su primer golpe, nos preparábamos para irnos de Fernando Poo y Sidi Ifni y Manolo Fraga hacía ya tiempo que había abierto las puertas de Santiago para que se tostaran los nórdicos.
José Luis Uribarri anunció ante las cámaras que el representante de TVE al Festival de Eurovisión era «un joven español de nuestros días, con sus problemas e inquietudes pero desprovisto de afectación, melenas y atuendos extraños.
Por eso hemos elegido a Juan Manuel Serrat».
La canción ganadora de Eurovisión 1968, interpretada por Massiel. En el minuto 1:30 nuestra paisana Merche Macaria.
La canción: 'La, la, la', compuesta por los dinámicos Manuel de la Calva y Ramón Arcusa. El Noi de Poble Sec se lo pensó dos veces, recibió presiones de todo tipo, y se escapó con la excusa de que «por imponderable o cantaba en catalán, o nada». No quería ser el representante de Franco ante Europa. Por supuesto que era impensable que el Imperio fuera representado por `otra lengua'.
MERCHE MACARIA.
El coro de voces estaba elegido desde hacía tiempo. Tres jóvenes de la escuela de Canto de Madrid: María Jesús Aguirre, Cristina Fernández y la portuense Merche Valimaña Lechuga ‘la Macaria' (con nótula 047 en GdP), conocidas para siempre como el Trío La, la, la. Serrat fue sustituido a última hora por Agustina de Aragón, digo Massiel. Merche Valimaña recuerda que la delegación española iba «de cateta». Las chicas del coro no cobraron ni una peseta por acudir a Eurovisión y hasta los breves trajes que lucían se lo tuvieron que confeccionar ellas mismas. /En la imagen, Merche Valimaña, 'la Macaria'.
VOTACIONES.
Cliff Richard y su `Congratulations' eran los favoritos en el `euro' de hace 30 años.
Diecisiete países -incluida la Yugoslavia de Tito- participaban y las máximas puntuaciones -6 puntos- iban a parar al británico en las primeras llamadas. Pero se produjo el milagro en Londres. España fue arañando votos y el jurado de Madrid era el penúltimo en puntuar.
Entre los miembros estaban Pilar Miró y Natalia Figueroa. Todo apunta que hubo una rectificación de última hora. España no dio ni un punto al Unaitid Quindom. Alemania era la última en votar. Seis puntos para España y ninguno para la pérfida Albión. Massiel ganaba por un solo punto (29 a 28) y el `La, la, la' saltaba a la inmortalidad cotidiana. Estos días, Televisión Española recuerda la gesta, que en aquella noche resumió el llorado locutor Jesús Alvarez con el lema «España y los españoles somos así». (Texto: Francisco Andrés Gallardo Alvarado).
La tanqueta de Leganés arrasó en Londres. Reacciones posteriores.
AQUELLA NOCHE EN EL PUERTO.
La noche del sábado 6 de abril de 1968, el maestro Rafael Ibarbia subía, impasible el ademán, al escenario del Royal Albert Hall de Londres. Segundos después salió Massiel, enfundada en un vestido cortísimo de organdí que, según nuestra vecina de enfrente, parecía más la indumentaria de una mujer de la vida que la de una mujer de su casa. Al fondo, en la esquina izquierda de la pantalla de nuestro General Eléctrica Española, tres muchachas, con un modelito similar, se colocaban esperando los primeros acordes. Fue entonces cuando mi madre dijo: ¡la de en medio es La Macaria, nuestra paisana!
Mientras Massiel cantaba, mi padre no paró de hacer gestos de desaprobación, pues no le gustaba nada el balanceo con que interpretaba el tema compuesto por el Dúo Dinámico. Para su gusto, abría excesivamente los brazos, como si fuera a salir volando de un momento a otro. “A lo mejor, los que le han hecho la canción le obligan también a ser dinámica”, dijo mi madre para excusarla. Ya entonces yo tenía clarísimo, tras oír a mis progenitores, que era La Macaria, la niña del coro de la Prioral, la que tendría que haber sustituido al tío ese catalán que era tan torpe que no sabía decir la, la, la en español, con lo fácil que era.
Final y proclamación como ganadora a Massiel. Ojo a los modelitos.
La votación fue reñidísima y mi padre, para aplacar los nervios, se tomó un Soberano que esa noche, al menos en mi casa, fue más cosa de hombres que nunca. En la entrega de los premios, mientras celebrábamos el triunfo sobre la pérfida Albión, el Soberano ya no era cosa de hombres en general, sino de un solo hombre en particular, más concretamente de mi padre, que, pletórico, cantaba a la tierra que le había visto crecer y también a su madre (la abuela Luisa) que dio vida a su ser. Mi madre también perdió la compostura, pero de otra forma: movía la cabeza y el tronco de un lado a otro, buscando desesperadamente en el televisor a nuestra simpática paisana, que, en su humilde opinión, había sido la gran triunfadora de la noche. Sucedió hace cuarenta y cuatro años. En el número 17 de la Calle San Sebastián, La Macaria, la nieta de Macario Valimaña, el del cine, había ganado, ella sola, el XII Festival de Eurovisión.” (Texto: Pepe Mendoza).