Óleo sobre tela (3760x32o0 cms. obra de José María Rodríguez Losada. (Año 1852) situado arriba y delante de la capilla de la Patrona, en la Iglesia Mayor. Representa una idealización de Alfonso X recibiendo del alguacil moro de Jerez las llaves de la aldea de Alcanate. Al fondo el Castillo de San Marcos y, sobre la torre del homenaje, aparición de la Virgen de los Milagros, escudo de la Ciudad. Fue restaurado, de forma altruista, por la Academia de Bellas Artes a finales de 2010.
Crónica periodística que realiza desde Sevilla, transportada en el tiempo 730 años, el periodista porteño Francisco Andrés Gallardo, quien relata en tiempo real para los lectores de Gente del Puerto, la fundación oficial de El Puerto de Santa María.
1281
< Sevilla. 16 de diciembre.
#El monarca castellano concede para la antigua aldea musulmana de Alcanate la concesión como ciudad del Grand Puerto de Santa María. #El repartimiento de tierras entre sus pobladores se había hecho en años anteriores. Con la nueva carta se establecen privilegios e instituciones.
Este martes 16 de diciembre pasará a la historia de la Bahía de Cádiz como el nacimiento de una localidad que será foco para el fomento económico de la comarca y que dio sus primeros pasos en 1268. El Rey de Castilla don Alfonso ha firmado en la ciudad de Sevilla la concesión de la Carta Puebla por la que otorga privilegios a los habitantes del Grand Puerto de Santa María, a orillas del río Guadalete y donde se le apareció la Señora Madre de Dios al monarca. /En la imagen, Privilegio rodado concediendo carta puebala a nuestra ciudad. Traslado hecho en el siglo XVI. Archivo Municipal.
En un lugar ‘tan boo’, como llegó a definir el rey el emplazamiento, ya se erige una mezquita fortaleza y al menos unas cincuenta viviendas rodeadas por una muralla que contribuye a la defensa de posibles amenazas de tropas benimerines, ocupando unas cinco hectáreas. Más de cuarenta testigos, nobles y obispos del reino,y ante los notarios de Andalucía y León, han rubricado este documento por el que podría producirse la última fundación del rey, algo enfermo y que tras treinta años de conquistas hasta llegar al Estrecho de Gibraltar ha deseado reforzar los territorios logrados en la frontera del sur, con incentivos para su repoblación.
«Don Alfonso quiere que el Grand Puerto de Santa María sea una ciudad modelo, próspera y de atracción para comerciantes venidos de todas partes», explicaba Diego López de Uceda, adelantado de Guipúzcoa, firmante de la carta fundacional, en un encuentro al finalizar el acto protocolario. En el privilegio, Alfonso X ha establecido para la guarecida ciudad que se asentará frente a la costa de Cádiz que sus habitantes estarán exentos de pagar los impuestos de diezmo y de portazgo (transporte) cuando trasladen sus mercancías por el resto del reino, lo que supondrá evidentes beneficios para los portuenses. /En la imagen, vista interior del cordobán situado en la mezquita-fortaleza del Catillo de San Marcos.
Para judíos y moros residentes en la ciudad se establecen concesiones menores, pero interesantes. El rey también ha renunciado al cobro de la quinta parte de las mercancías que se obtengan en conquistas y saqueos en territorio enemigo, que es uno de los ingresos más sustanciosos que percibe la Corona en tiempos de guerra. Los pescadores también están exentos de impuestos para su actividad mientras sus capturas sean vendidas en el término del municipio, fomentando la creación de una entidad que podría convertirse en cofradía del gremio.
«Para estimular el tejido comercial de la floreciente zona, Su Majestad ha contemplado la creación de dos mercados semanales, uno los miércoles y otro los sábados, en sitios distintos», detalló el infante don Manuel, hermano del Rey. Dichos mercados podrían ubicarse en la plaza del Pozo Santo, donde se apareció la milagrosa talla de la Virgen María o en las calles de la ribera del río.
Según la documentación a la que ha tenido acceso este medio la nueva población podrá contar asimismo con dos ferias anuales para el encuentro de comerciantes de toda Castilla y de los reinos vecinos, que contarán con la protección de las fuerzas del propio Rey. /En la imagen vista parcial perteneciente al retablo barroco del siglo XVII, de la escuela de Pedro Duque Cornejo en el que se representa, en la cúspide del mismo, la aparición de la Virgen al rey Sabio. Capilla de la Virgen de los Milagros. Iglesia Mayor Prioral.
Durante los diez años anteriores el Grand Puerto de Santa María dependía de la localidad gaditana, cuya repoblación ha sido por ahora un fracaso, convirtiéndose en ciudad independiente que además de su centro neurálgico cuenta con las alquerías (aldeas) de Grañina, Finojera, Campix, Poblanina, Fontanina, Villarana, Bayna, Bollullos, Casarejos, Marchar Garsul y Marchar Tamarit, pobladas por campesinos en los últimos lustros. /Portada del CD 'Cantigas de Santa María de El Puerto', versión de Eduardo Paniagua. Dentro de las cantigas, destacan estas de Santa María del Puerto, reflejo de una de las devociones marianas más personales de Alfonso X. Las Cantigas nos han llegado en una serie de códices preciosos en los que los poemas se acompañan de su música y se ilustran con centenares de viñetas que constituyen todo un friso de la sociedad, de las costumbres y de la vida real de la España (entonces Castilla) de la segunda mitad del siglo XIII.
La ciudad asume las normas forales de Sevilla, como concejo con autogobierno, por lo que sus vecinos podrán elegir los alcaldes de tierra y del mar así como del juez que deba impartir las leyes en el nuevo término municipal, según la concesión del rey. (Texto: Francisco Andrés Gallardo. Enviado especial a 1281).
Más información:
1.000. ALFONSO X. Rey de Castilla y León. (1252-1284). Fundador de El Gran Puerto de Santa María.
El cuadro no ha sido restaurado a "instancias" de la Academia, ha sido restaurado "por" el equipo técnico de la Academia.
La restauración del cuadro no fue a instancias de la Academia de Bellas Artes, sino por componentes de su grupo de restauración.
Cada vez que leo la palabra "porteño", siento como si me dieran una patada en el hígado.