La familia González Gómez, recogiendo el Premio de Patrimonio Histórico, el pasado diciembre de 2010.
La panadería ‘La Pajarita’, también conocida como ‘Antiguo Horno de las Cañas’, es una establecimiento con solera de los que quedan pocos en El Puerto, a pesar de que ha vivido en sus instalaciones diferentes reformas y mejoras, desde 1921, para dar un trato moderno a sus clientes, acorde con los tiempos.
1921
Aquel año era alcalde de El Puerto de Santa María Manuel Ruiz-Calderón y Paz. Pedro Muñoz Seca estrenaba ‘El Parque de Sevilla’, ‘La hora del reparto’, ‘El castillo de los ultrajes’, ‘El Ardid’ y ‘San Pérez’. El ayuntamiento nombraba a Valentín Galarza Morante, quien con el tiempo sería ministro de la Gobernación, hijo predilecto de El Puerto. El torero Manuel García López ‘Mera’ tomaba la alternativa en la Plaza de Toros el 28 de agosto, de manos de Rafael ‘el Gallo’. Se iniciaban las obras del pabellón principal de la ‘Compañía Española de Electricidad y Gas Lebón’. Dionisio Pérez Gutiérrez, fundador de la Revista Portuense, obtenía el primer premio ‘Mariano de Cavia’ instituido por ABC, por su trabajo ‘La musa de Joaquín Costa’, publicado en la revista Nuevo Mundo.
Nacían también ese año el locutor de radio Pepe Morillo León, el fotógrafo Luis Sánchez Pérez, el jesuita Jorge Loring Miró, quien hizo el noviciado en El Puerto de Santa María y donde vivió los últimos años de su vida, Pedro Cairón Calatayud ‘Pedro Ventura’ y el que fuera presidente de Domecq México, Antonio Ariza Cañadilla.
‘La Pajarita’ abría sus puertas como tal fundada por Felipe González de los Ríos en el año 1921, la continuó su hijo José González Narváez, casado con Antonia Gómez Recalde, con quien tuvo nueve hijos: Amparo, José Felipe (Pepín), Antonio José (Nono), María de la Cruz, Pilar, Rafael Felipe (Fali), Luis Felipe, Felipe y Joaquín, estando en la actualidad regentada por dos de los hijos de éste matrimonio: Antonio y Felipe González Gómez. En el Archivo Municipal existen antecedentes de la existencia de una tahona en el mismo sitio, es decir, en la calle Federico Rubio (o Pozuelo), esquina y vuelta con el recodo que hace la antigua calle Cañas, a espaldas del Castillo de San Marcos, en el entorno donde hace siglos estaba situada una los laterales de la muralla o cerca de El Puerto. Dicha calle tuvo otras denominaciones en sus orígenes: Horno de Juan Romero y Horno de Bizcocheros.
Vista áerea del entorno en el que se desenvuelve la clientela de 'La Pajarita', en la esquina superior izquierda de la instantánea. /Foto: Jorge Roa.
BARES CON SOLERA.
Relata Enrique Pérez en su libro ‘Taberna y Bares con Solera’, que «José Luis González Obregón tuvo La Draga, antes de su actual emplazamiento en Juan de la Cosa, junto a la panadería que hace esquina a la calle Cañas. Mediados los 40, Eugenio Espinosa tenía en Pozuelo esquina a Cañas, en la acera izquierda, el Nuevo Bar, aunque pronto fue llamado Casa Eugenio. Luego instalaría el Bar Guadelete en Aurora en la Bajamar. Enfrente, en la casa de los azulejos, hasta hace unos 40 años, Nicanor Gómez Recalde tuvo una tienda de comestibles y tabanco --éste metido en la calle Cañas-- llamado Los Caballos; nombre que puso luego en la esquina de Pozuelo con Aurora. No nos atrevemos a asegurar en cual esquina de la calle Cañas fue la que estuvo, desde el 17 de mayo de 1925, cuando se inauguró, Las Cañas, un establecimiento de bebidas de Antonio Herrera».
Pesqueros 'Mariela' y 'Vicente y Dionisia', en el antiguo muelle pesquero, hoy centro comercial y aparcamientos.
PROVEEDORES DE LOS PESQUEROS.
Desde principios del siglo XX, el pan de ‘La Pajarita’ es el que llevan los marineros de El Puerto en las singladuras que hacen los pocos barcos de pesca que aún quedan en los muelles de nuestra Ciudad, dada su calidad, lo que hace que sus propiedades se mantengan intactas durante semanas, incluso en alta mar. Y es que «el secreto del pan de telera es una miga blanca y suave que proviene del respeto a una tradición artesana», pan que se amasa a mano y después se introduce en el horno durante horas, afirma el responsable del horno, Felipe, fórmula heredada de su padre, José González Narváez.
Azulejo en el interior de 'La Pajarita'.
Esta elaboración artesana precisa de personal especializado con experiencia en el mundo del obrador, vocacionales de su profesión, con largas jornadas para sacar los delicados y exquisitos productos, que conocen poco el descanso, dado el resultado final de tan cualificados
LOS MANOLETES.
Como sostiene Felipe, la diferencia con el pan de viena, un pan más moderno que se comercializa en forma de ‘Manolete’ (pan delgado y alargado que recuerda al desaparecido diestro de quien toma el nombre,parecido a la baguette. Esta una explicación para quienes no son o no viven en El Puerto).
Interior de 'La Pajarita' con clientes habituales.
DIPLOMA DE PATRIMONIO HISTÓRICO.
El pasado año 2010, el diploma a establecimientos tradicionales se le entregaba a la panadería ‘La Pajarita’, en reconocimiento a su trayectoria vital, laboral y profesional por el respeto y mantenimiento del patrimonio histórico portuense, en cualquiera de sus manifestaciones. Sus continuadores al frente del antiguo Horno de las Cañas, han desarrollado una clara labor en la preservación del patrimonio etnográfico local y el mantenimiento de un oficio y un ambiente tradicional durante muchos años. Como destacó el alcalde, Enrique Moresco, «ya en pleno siglo XXI la panadería ‘La Pajarita’ es de las pocas que quedan en nuestra ciudad manteniendo el oficio de siempre».
Diploma del Centro Municipal de Patrimonio Histórico, otorgado a La Pajarita.
El acto, celebrado en los primeros días de diciembre del pasado año con motivo del Día Local del Patrimonio Histórico, instituido por el Ayuntamiento para celebrar que el 4 de diciembre de 1981 el Conjunto Histórico de El Puerto de Santa María fue declarado ‘Bien de Interés Cultural (BIC)’, algo que supone --al menos en el papel, que lo soporta todo-- que nuestro centro goza de especial protección de los poderes públicos. Algo que no se entiende a la vista de los desaguisados que hemos seguido viendo cometer desde hace 30 años, cometidos contra el patrimonio de todos los portuenses.
Tambien yo en todas y cada una de mis visitas al Puerto,paso por las Cañas para traerme a Valladolid una buena remesa de picos y tambien
de harina para freir pescado de EL Vaporcito.
Sin lugar a dudas no hay en El Puerto mejor pan, picos y no nos olvidemos de las increibles regañás!!. Una panadería de toda la vida en la cual confiar. Os lo recomiendo!!!!
buen pan si señor
Estimados clientes:
Para su conocimiento, tranquilidad y seguridad del pan que elaboramos y ustedes consumen, me es grato y necesario comunicarles, que hemos adaptado a nuestra elaboración técnicas de panificaión modernas y avanzadas (propias), pero con un importante respeto a viejos conceptos de la panadería ancestral, como son las justas medidas del contenido de materias primas naturales, mirando por la salud de todos los que componemos esta gran familia.
Enhorabuena para toda la familia por tan merecida distinción
Es admirable el maravilloso olor que desprende la panaderia. Yo como portuense militante, cada vez que voy al Puerto me paso por La Pajarita y me traigo para Barcelona mi buena ración de picos. Ojalá tengamos Pajarita por muchos años
Como complemento a los acertados comentarios que hace ACL, sobre el "horno las cañas" y el almacén de ultramarinos de Genaro González Noval (+), tengo que añadir, que efectivamente Genaro y mi padre José González Narvaez ( +), fueron aparceros de tres barcos de pesca, el ya citado "Carmen Mallach" conocido por "pan con aceite", el "Teresita Ferrer" conocido por "pan con manteca" ( el patrón de este barco fué durante muchos años, el conocido y admirado "Palé"), y el "Menesteo" conocido por "pan con chorizo", siendo el origen de los citados motes, tal como dice ACL el que Genaro fuera propietario de un almacén de ultramarinos y mi padre de una panadería.
Justo encima del horno las cañas vivieron muchos años mi padre mis tios y abuelos ( yayos).
El pasado 30 de mayo en la nótula 1.030. LA PLACILLA ¡Ay cuanto te añoro¡ sumamente entrañable y espléndidamente realizada por María Jesús Vela Durán, se efectuó un comentario por parte de mi apreciado y querido Fernando Mora del que extraigo lo siguiente: “…la tienda de Genaro cuando si mal no recuerdo tenia un Barco pesquero que le decían EL PAN Y ACEITE…”.
Efectivamente, Fernando, “El pan y aceite”, era de Genaro González Noval (+), que tenía la tienda, en la esquina de la calle Luna esquina y vuelta con San Bartolomé, en los inicios de lo que conocemos por La Placilla, frente a Ultramarinos la Giralda y donde por aquel entonces se colocaba el famoso Carrillo de Severo. También con nótula propia en Gente del Puerto: 104. SEVERO. El Carrillo de la Ilusión.
Abundando en el barco,“El Pan y Aceite”, recuerdo que la tienda de Genaro González Nova, se dedicaba a la venta de productos alimenticios y tenía gran notabilidad el aceite que ofrecía. Además, con sus productos, especialmente el aceite, hacían el costo cuando arranchaban, no solamente las embarcaciones de su propiedad, sino también otros barcos de la flota.
De la misma manera, y es lo que pretendo enlazar con esta nótula dedicada a la panadería ‘La Pajarita’, también conocida como ‘Antiguo Horno de las Cañas’, muy merecidamente Premio de Patrimonio Histórico, los barcos se abastecían de pan de la panadería de José González Narváez, conocido cariñosamente en la jerga marinera por “Pepe el panadero”, impulsor y verdadero alma máter, junto a su mujer Antonia, de lo que hoy es la panadería ‘La Pajarita’.
Pues bien, Genaro González Noval (+), propietario de la tienda de la calle Luna, donde su producto más destacable era el aceite y José González Narváez (+), de la exquisita panadería ‘La Pajarita’, no solo fueron armadores de barcos de la flota de este puerto, sino que además llegaron a ser aparceros de embarcaciones, entre ellas, “Carmen Mallach”.
Precisamente, “Carmen Mallach”, debido a las distintas actividades empresariales que ejercían sus armadores, tienda de aceite y panadería, era conocida por el sector pesquero con el nombre de “El pan y aceite”. Difícilmente al llegar al muelle, si querían obtener información del barco de nada servía llamarlo por su nombre “Carmen Mallach”. Con decir “El pan y aceite” se despejaban todas las dudas.
Hacen los mejores picos que se pueden comer en el Puerto. Bien sean los de pan o de viena.