Juan Manuel Torres Ramírez --Manolo Torres-- natural de Dos Hermanas (Sevilla), pero afincado en El Puerto desde 1971, fue el tercer alcalde de la Democracia que tuvo El Puerto, tras la moción de censura que presentara el PSOE junto con Alianza Popular (AP) contra Rafael Gómez Ojeda (PCA-IU). En la actualidad está retirado de toda actividad política y cuando se le habla de aquel periodo de su vida guarda un mutismo elocuente. No asiste a ningún acto institucional en función del cargo que ocupó y mantiene un silencio absoluto ante los medios de comunicación.
Empezó a militar en el PSOE en 1965 y aún tiene presente los 14 años que pasó su padre, Joaquín Torres Matut en prisión en tiempos del anterior régimen, algo que pesó mucho tanto en su formación desde niño, como en su manera de ser y de pensar. Su padre, además estuvo condenado a muerte. Torres ha recordado que su socialismo cuajó en los años que estuvo en contacto con el llamado grupo de los sevillanos, en el que militaba Felipe González, Alfonso Guerra, Luis Yánez, Alfonso Sevillano, … con los que mantuvo una relación personal aparte de la que le correspondía como alcalde de El Puerto entre 1986 y 1991. Perteneció a la organización socialista clandestina de Sevilla desde mayo de 1968.
Casado y con cuatro hijas, las dos mayores mellizas y con nietos, pasa largos periodos en la tierra de su mujer, Asturias, que alterna con su domicilio porteño en las cercanías de la Plaza de Toros. Ha sido internacional de voleibol, deporte que continuaba practicando en su etapa de político.
Manolo Torres, como le conocen sus amigos, ya jubilado, era Técnico de Transmisiones y Radio de la Compañía Telefónica Nacional de España, hoy Movistar. En 1971 se trasladó a El Puerto de Santa María por motivos de trabajo, participando en la reorganización de la UGT y el PSOE en la provincia de Cádiz. Militante de UGT, ingresó en el PSOE con el llamado grupo de ‘los telefónicos’, trabajadores de dicha empresa que por su militancia y vecindad en El Puerto fueron uno de los nucleos fundacionales del PSOE local.
CONCEJAL SOCIALISTA EN 1983.
Torres accedió a la corporación municipal en 1983, en la lista liderada por Alfonso Sevillano García, ocupando el puesto número cinco de los ocho concejales que sacó el PSOE en aquellos comicios en los que gobernaría con el PCA, con Rafael Gómez Ojeda de alcalde. Acompañaban a Sevillano en la lista, Francisco Lara Fernández, Rafael Valera Rey, Rafael Solo de Zaldivar y Ducasse, José Miguel Cirera (+), José Luis Romero Pacheco y Antonio Sánchez González.
A Sevillano lo nombraron Delegado Provincial de Cultura (más adelante sería Director General de Juventud de la Junta de Andalucía) y Rafael Valera fue reclamado por la UGT a un puesto a nivel nacional. Fue un tiempo convulso en el PSOE local en el que llegarían a dimitir cuatro concejales por divergencias internas: Lara, Solo, Romero y Sánchez, llegando a acceder al cargo Francisco Sánchez Gatica, José Antonio Navarro Ortiz y hasta los suplentes de la lista, Carlos de la Flor Morales y Rafael Contreras de Olivera, curiosamente uno de los fundadores del PSOE local en su nueva etapa junto con Sevillano.
MOCIÓN DE CENSURA Y ALCALDÍA.
Las cosas no fueron bien con los comunistas y el PSOE abandona el gobierno municipal para, al tiempo presentar una moción de censura junto con Alianza Popular, proponiendo al entonces portavoz Manuel Torres como candidato a la alcaldía. Los populares que apoyaban aquella operación, mecanismo legalmente establecido para el relevo en las alcaldías en momentos excepcionales, fueron Manuel Moreno Romero, Luis Suárez Ávila, Ramiro Cerezo Magán, Teófila Martínez Saíz, Antonio Nogués Ropero, Manuel Pérez-Blanco Muñoz y Aurelio Sánchez Ramos. Un periodista de Diario de Cádiz, Santiago Grosso Burham, llegaría a afirmar que «las sesiones de la corporación municipal portuense eran una reproducción de la Batalla de Trafalgar». (Retrato de Torres Brú que se conserva en la galería de alcaldes, en la planta noble del Palacio Municipal).
Dicha moción la fue dilatando en el tiempo el PCA con tecnicismos legales hasta que, con intervención del juzgado, se celebró en un multitudinario, violento y poco elegante Pleno de la Corporación el 13 de octubre de 1986, del que resultaría elegido Torres como tercer alcalde democrático de la Ciudad. Insultos, amenazas y amagos de agresiones por parte de militantes comunistas forzaron que la nueva primera autoridad local tuviera que salir escoltado de la Casa Consistorial aquel día de octubre. «Reconozco --afirmaría-- que parto de una situación de tensión y con un pacto de gobierno con la derecha que es atípico políticamente. Esta municipalidad había llegado a un estado de inoperatividad inadmisible frente a las crecientes demandas de eficacia de el pueblo Unos políticos elegidos por el pueblo no pueden anteponer sus propios intereses políticos al mandato popular recibido. Y eso es lo que hemos hecho nosotros y el Partido Popular».
En aquel periodo de nueve meses se llegaría a desbloquear el punto muerto en el que se encontraba el Plan General de Ordenación Urbana, se aprobaron nuevos presupuestos para el año electoral y se empezaron a sentar las bases para actuaciones futuro, transmitiendo a la ciudadanía una ilusión por el cambio.
ELECCIONES EN 1987.
Juan Manuel Torres Ramírez se presenta a la alcaldía con ánimos renovado, aprovechando el empuje que tanto a nivel nacional tenía el PSOE, como en la Junta, con el apoyo que prestaba a El Puerto. Llevará en la lista socialista a José Antonio Navarro, Miguel Marroquín Travieso (ex militante comunista), Francisco Corbacho Pérez, Rosario Sánchez Rodríguez, Juan Vicente Sucino Rico, Pedro Alamillos Ortega (de posterior irregular trayectoria política), Francisco Sánchez Gatica y Rafael Contreras de Olivera.
Mesa de edad, presidida por el concejal mayor y el más joven, a la sazón Antonio Alvarez Herrera y Enrique Bartolomé López.
El alcalde electo, flanqueado por el interventor, Antonio Durán, y el secretario Fernando Jiménez.
Fue un mandato que empezó con empuje, con proyectos turísticos e industriales, aprobación inicial del PGOU, impulso a las variantes de Rota y los Puerto, redacción del desdoble de la antigua Nacional IV. La primera piedra del Parque Acuático se había puesto poco antes de finalizado el mandato de la moción de censura inaugurándose ya en 1987. Con la presendia del presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla, se inauguraría Puerto Sherry; se celebrarían las Jornadas Turísticas con impulsión del Conjunto Arqueológico ‘Doña Blanca’, se iniciarían los trámites para traer a la Ciudad la obra del poeta Rafael Alberti, Aguas del Puerto modernizaría su modelo de gestión, el Puerto asistiría por primera vez a FITUR con stand propio, se construyeron nuevos colegios e Instituto de Enseñanza. Se instalaba Cádiz Electrónica (Ford), se urbanizaba y relanzaba el Polígono El Palmar.
Con Rafael Alberti, en 1988 el primer año que se organizó su cumpleaños en El Puerto.
Se puso en marcha el Centro de Día para recuperación de toxicómanos. Se inició la política de adaptación de acerado para minusválidos. Se construyeron nuevas plazas públicas, parques infantiles, avenidas y calles. Se construyó el nuevo Parque de Bomberos. Se inició la Piscina Cubierta y se hicieron pistas de polideportivas de barrios y skateboard. En viviendas se pusieron a disposición de la Junta de Andalucía suelo para su construcción. Se puso en marcha la construcción de la nueva biblioteca de la calle Larga, hoy centro ‘Alfonso X el Sabio’. Se creó el Centro Municipal de Patrimonio Histórico. Se crearon Escuelas Taller y Casas de Oficios. Muchas de las gestiones iniciadas las culminaría la corporación siguiente, integrada por IP-PSOE.
Con José María Esteban, Secretario de la Delegación Provincial de Cultura y Antonio Bollullos, compañero de siempre del partido, a la salida de la Cueva Cantera de la Luz Divina, en el Complejo de Doña Blanca.
Con el periodista Andrés Caparrós, el año que pregonaría el Carnaval de El Puerto. En la imagen, aparece también su jefa de gabinete, Pepa González y a la derecha, el popular 'Ratón'.
EL GRAN GRUPO MIXTO.
Pero poco duró la estabilidad política en el Ayuntamiento. A la ruptura del pacto del Partido Popular (que se había refundado abandonando las sigla de AP) con el PSOE se sumaron los cambios de concejales de partido, de toda clase y condición. La legislatura 1987-1991 fue la más prolífica en tránsfugas, cada una por diferentes razones.
Tres concejales de IU abandonaban esta formación para ingresar en el Grupo Mixto, aunque en la práctica apoyarían al PSOE, que se había quedado en minoría tras la ruptura del pacto con el PP: Manuel Espinar Galán, histórico dirigente comunista, Manuel Rodríguez y Ana Alonso Lorente, actualmente presidenta de la Federación de Mujeres Empresarias y Profesionales de Andalucía, Alonso ostentaría la responsabilidad de Cultura. Enrique Bartolomé, concejal del CDS dimitiría para presentarse en las próximas municipales como cabeza de lista del PA, sin conseguir el acta.
Corporación Municipal en sesión del Excmo. Ayuntamiento Pleno, durante el mandato 1987-1991. Podemos ver de izquierda a derecha a Rafael Gómez Ojeda, José Antonio Castro Cortegana, Carlos Álvarez (IU) Indalecio Rábago Vega, Ramiro Cerezo Magán, José Antonio Hernández, Francisco Arniz Sanz, Juan Vaca Ramos, Hernán Díaz Cortés (PP); Manuel García Campos y Enrique Bartolomé (CDS); Manuel Rodríguez, Manuel Espinar Galán y Ana Alonso Lorente (Grupo Mixto); Rafael Contreras de Oliveras, Antonio Álvarez Herrera, Francisco Sánchez Gatica, Pedro Alamillos Ortega, Juan Vicente Sucino Rico, Rosario Sánchez, Francisco Corbacho, Miguel Marroquín Trravieso y José Antonio Navarro Ortíz.,(PSOE). Presidía la sesión Juan Manuel Torres Ramírez, alcalde socialista.
Por parte del PP abandonaron la formación, pero no el acta, Hernán Díaz Cortés, --quien en el siguiente mandato fundara Independientes Portuenses-- por problemas disciplinarios con esta formación, donde también coincidiría con otros concejales que se fueron del PP pero no dejaron el acta: José Antonio Hernández, Francisco Arniz Sanz y Juan Vaca Ramos, quien con el tiempo, al no conseguir ir en IP, sería candidato a las municipales por el PA.
Por parte del PSOE, desavenencias internas con José Antonio Navarro y un grupo de ediles descontentos con Torres hizo que el final del mandato fuera convulso. La causa esgrimida, la gestión de una actuación Luis Fuentes, Jefe de la Policía Local, en la interpretación de una directriz política dada por Torres y corregida por Navarro, lo que daría pie a la salida de Fuentes mediante excedencia del cargo y que, al querer retomarlo en época de los Independientes y no acceder el primer edil de entonces, Díaz Cortés, a su derecho, sería inhabilitado como alcalde por prevaricación.
Candidatura socialista a las elecciones municipales de 1991, en las escaleras de acceso a la Planta Noble del Palacio Municipal.
ELECCIONES MUNICIPALES 1991.
Así las cosas, Torres se enfrentaría a unos nuevos comicios con escaso respaldo en su partido, que no iba a quitarlo de alcalde. Era una cara conocida, amable y ocupaba el sillón de la alcaldía. Pero la lista estaba plagada por integrantes de dos ‘familias políticas’ que entonces eran hegemónicas en el partido: los cristianos, seguidores de Luis Benvenuty y los caraballistas, de Antonio Caraballo Crespo. Le seguían en la lista, Luis Benvenuty Morales, José Antonio Navarro Ortíz, Manuel Jesús Palma Silgado, Fernando Gago García (que luego se pasaría a IP), Diego Caro Cancela, José García González y Josefa Andrade Rodríguez.
Elección de alcalde en 1991. Los ediles, antes de la votación, sentados en los asientos del Salón.
Elección de alcalde en 1991. Los ediles salientes, en las primeras filas del público.
En esas elecciones ganaría el partido de Independientes Portuenses, con Hernán Díaz Cortes, partido con el que pactaron a los seis meses. Previamente, Torres dimitiría al poco tiempo, al no ser nombrado portavoz del grupo socialista y Navarro quedaría relegado en el pacto sin ostentar responsabilidades de gobierno. Los independientes marcarían durante 16 años el destino de esta Ciudad, apoyados también, en el cuarto mandato por el PSOE. Aquel 1991, seguían en la lista a Díaz Cortés, Miguel León Ortega, Juan Gomez Fernández, Eduardo Moreno Zamorano, Javier Camacho Barba, José Fernández Sánchez, Juan Bocanegra Muñoz, Jaime Gutiérrez Perea. Tras la dimisión de Camacho y Fernández, entraron Enrique Moresco, actual alcalde popular, y la hija de Díaz, María del Carmen Díaz Cantos.
Manolo Torres está «encantado de vivir entre cinco mujeres, mi mujer y mis hijas. Es mas no me siento traumatizado por la falta de varón y pienso que ya somos bastantes», se dedica a su familia y no quieres saber nada de la política, ni recordar aquellos tiempos convulsos. Atrás quedan aquellas palabras que pronunciara en enero de 1987: «Ser alcalde de El Puerto de Santa María es, hoy por hoy, una cosa muy importante, no sólo para El Puerto, sino para el conjunto de la Bahía y porque aquí es donde se van a marcar las pautas del futuro de todo el litoral de la gran bahía gaditana».
Roma no paga traidores.
Porteñense, no estoy de acuerdo con su comentario. En la política como en la vida , hay un refrán que dice, aunque suena mal, "Hay quien mea en lata y no suena y quien lo hace en paja y suena".
A este hombre no se le a hecho justicia.
Y es que Manolo es excesivamente buena persona. Buena persona y demócrata de verdad.
Dejó trabajar y confió en demasía, y creo que se equivocó en esta confianza, esto le pasó factura y supo pagarla con dignidad, volvió a su trabajo y se jubiló en el. Algún lobo que merodeaba a su alrededor no puede decir lo mismo.
Aunque hace tiempo que no nos vemos siento un gran cariño por él.
El siguiente alcalde se aprovechó de lo que pudo del PGOU que tanto les costó sacar adelante, y que ahora se está juzgando algunas de las barbaridades que hizo.
Pues aprobó el PGOU que con el alcalde siguiente estaría paralizado durante muchos años, lo que implica la paralización de la ciudad. El acalde siguiente gobernó a golpe de convenio urbanístico, limitando considerablemente el desarrollo de la gran mayoría de los portuenses, dejando un Puerto saqueado.
Por la falta de comentarios da la impresión que pasó por la alcadía con más pena que gloria.