«Como Fernando Zamacola, hemos de ser en todo, los camaradas de la Falange. Ni vacilación ni desesperanza. Acción, Acción, Acción. Nada de pausas ni de rodeos con esa santa intransigencia de la verdad; adelante y arriba; elevación y progreso, no el progreso demócrata a que apestaban las promesas políticas, no el progreso material y grosero, solamente, sino el avance en espiritualidad, en poesía, en inmaterialidad; cualidades que tienen los gestos de los hombres de la Falange». Ramón Grosso. ‘Aguilas’ diario gaditano en su número extraordinario de 19 de julio de 1937.
Los hermanos Fernando, Domingo y Alejandro Zamacola Abrisqueta habían nacido en Galicia, Fernando en Cariño y sus dos hermanos menores en Coruña. El cabeza de familia, Domingo Zamacola Arancheta, se había establecido en El Puerto de Santa María, donde se ganaba la vida como contratista de material de cantería para la compañía Obrascon. De los tres hijos era Fernando quien tenía un pasado más turbio, pues la policía lo tenía fichado como autor de un atraco a mano armada, en 1935 había estado arrestado por borrachera, escándalo público y estafa y en febrero de 1936 fue denunciado por agredir a un guardia municipal que iba de paisano.
Él mismo reconocía haberse afiliado a la CNT en 1932; decía que tuvo que hacerlo para poder trabajar y ayudar a su padre en la empresa de transporte, pero que rompió el carné “en vista de las canalladas y atropellos que cometía dicha organización”. Según la policía del Puerto, se afilió a Falange al ver que los obreros “abusaban de su padre como patrono”. La consecuencia de abandonar la CNT fue el boicot por parte del sindicato para impedirle trabajar y –según sus propias palabras– “por defender el partido Nacional Sindicalista llegaron hasta a condenarlo sin pruebas e inicuamente a veintiocho meses y veintiún días por supuesta tenencia de armas”.
Sobre su conversión al falangismo decía que al conocer y estudiar la doctrina de José Antonio se convenció de que era la única verdadera y por eso decidió afiliarse y se entregó a la organización “en cuerpo y alma”. Alejandro perteneció al Partido Comunista y había sido detenido con motivo de una huelga en solidaridad con los arrumbadores de Jerez. Él decía que pasó a la Falange en 1934, pero según la policía se le vio con un grupo comunista que apoyaba la candidatura del Frente Popular y su integración en el partido fascista debió ser hacia el mes de abril de 1936. Domingo no estuvo en ninguna organización política antes de Falange y el único antecedente que constaba a la policía es que fue detenido en junio de 1936 por pegar carteles del partido en la plaza de toros; en julio, cuando se produjo el golpe, era jefe local del Puerto de Santa María y estaba detenido en el penal.
El Puerto cayó en manos de los sublevados. Una sección de Regulares mandada por el teniente Pérez Calvo desembarcó el 19 de julio en un remolcador procedente de Cádiz e inmediatamente ocupó el Ayuntamiento. Detuvieron a los miembros de la corporación municipal, requisaron armas y luego se dirigieron a la Prisión Central para liberar a los detenidos de derechas. El capitán que mandaba las fuerzas de infantería que custodiaban la cárcel no opuso resistencia y rápidamente salieron Fernando, Domingo Zamacola, Luis Benvenuty y otros falangistas que estaban detenidos. Uno de los que salió con ellos y se convirtió en estrecho colaborador de Fernando en la organización de la centuria falangista era el cartero Manuel Almendro López; había sido expedientado varias veces en el trabajo, se le acusaba de apropiarse de fondos de la asociación benéfica Conferencias de San Vicente de Paúl y antes de afiliarse a Falange había pertenecido al partido monárquico Renovación Española; cuando salió del penal el 19 de julio iba como jefe de escuadra al mando del primer contingente de falangistas portuenses armados.(En la imagen, moros del ejército de Franco).
Durante aquel encarcelamiento en vísperas de la sublevación, Fernando Zamacola conoció en el penal a Rafael Antequera Martínez, un sevillano que había pertenecido a la CNT y que estaba detenido por hacer sin billete la travesía de Tánger a Cádiz; gestionó su liberación, se afilió a Falange y terminó convirtiéndose en uno de sus hombres de confianza. En torno a estos individuos y otros como Ramiro Blanco, antiguo ex militante de la CNT que según los informes policiales había robado fondos del sindicato en Badalona, los de un sindicato de marineros en Barbate y también los de la “Sociedad Filarmónica” portuense, se fue formando la Centuria de los Leones de Rota. En ella se mezclaron gente “de orden”, arribistas, matones y ex militantes de organizaciones de izquierdas que voluntariamente se pusieron el salvavidas azul o que fueron obligados a alistarse, como tantos otros casos de lealtad geográfica. Marcharon al frente y en los pueblos de la sierra por donde pasaron todavía se recuerdan los excesos que cometieron, dejando a su paso un rastro de sangre y muerte. (En la imagen, interior de la Prisión Central de El Puerto, en la que estuvieron presos Zamacola y otros falangistas portuenses, que sería luego una de las más mortírferas prisiones del franquismo).
Fernando Zamacola no tardó en convertirse en el héroe de Grazalema, donde parte de la columna rebelde del comandante Salvador Arizón quedó cercada el 13 de septiembre de 1936. Él logró romper el cerco la noche del 14 al 15 y entrar con un convoy de municiones. Recibió recompensas militares por su actuación en Grazalema y en Casares (Málaga) el 9 de octubre. El 20 de febrero de 1937 Franco le concedió la Medalla Militar individual y el 6 marzo obtuvo el empleo de alférez honorario del arma de Infantería “por su brillante comportamiento en las acciones de guerra en que ha tomado parte”. Además el teniente coronel Manuel Coco lo propuso para la Cruz Laureada de San Fernando, la más preciada condecoración del Ejército español, por su intervención en la conquista de Estepona (Málaga) el 14 de enero de 1937. Mientras el Comandante Gallo instruía el expediente, la prensa falangista daba publicidad a la propuesta de Coco de otorgar la Laureada para Zamacola, pero el instructor concluyó la información con un dictamen desfavorable.
En el expediente de la Laureada no constan las razones por las que el comandante Gallo informó negativamente, pero pudo interferir una denuncia que dio pie a la apertura de otro expediente informativo –esta vez de carácter judicial militar– que afectaba a Fernando Zamacola. Había llegado directamente al Cuartel del Generalísimo y en ella se exponía la irregular situación en la que se encontraba la Falange del Puerto de Santa María, controlada por los Zamacola y su camarilla que, con actitudes propias de una banda de matones, se habían hecho dueños de la ciudad. También salpicó, entre otros, al jefe local y al que había sido comandante militar de la plaza en 1936. Entre los nueve investigados, podemos conocer el delicado informe sobre Fernando Zamacola.
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Tropas italianas acuarteladas en El Puerto, recibiendo un homenaje en la Plaza de Isaac Peral el 1 de octubre de 1938.
Con informes como éste se iniciaba cada uno de los nueves expedientes que la Auditoría ordenó instruir separadamente y presentarlos luego unidos con cuerda floja. Al de Fernando Zamacola se añadió a continuación un certificado de las referencias a su conducta que constaban en la denuncia sobre el ex comandante militar del Puerto. Tales eran el hecho de haber sacado de la cárcel a gente como Rafael Antequera, uno llamado Paco y otro apodado El Portugués, a quienes se presentaba como pistoleros que estaban imponiendo una política de terror en El Puerto. De Antequera se decía que como jefe de centuria tenía una actitud brutal con sus subordinados, que en diciembre de 1936 envió al frente un contingente de falangistas sin prendas de abrigo mientras en el cuartel se despilfarraba el dinero en comilonas y que todo eso estaba provocando que las personas de orden que iniciaron la Falange hubiesen empezado a retirarse de la organización o a solicitar cambios de destino para no seguir bajo las órdenes de individuos como aquéllos.
Estatutos de la Falange Española Tradicionalista.
También se decía que unos prisioneros que supuestamente había tomado el enemigo a la centuria en Villaharta, en el frente de Córdoba, no fueron tales, sino que hubo una deserción de los izquierdistas que formaban parte de ella. Y por si todo eso fuera poco, se rumoreaba que los Zamacola habían reunido una fortuna de unas 350.000 pesetas que habían obtenido en muchos casos sacando a la gente de noche y con fusiles y que Fernando había gastado cantidades desorbitadas alojando a su novia durante varios meses en un hotel de la ciudad.
Luego se fueron incorporando los informes sobre sus antecedentes y conducta solicitados por el comandante Chacón al Ayuntamiento, Policía Gubernativa y Guardia Civil del Puerto de Santa María, las declaraciones del propio Zamacola, de Rafael Antequera, de los dueños de los hoteles en los que podía haber estado alojada la novia de Fernando, del jefe provincial de Falange y certificados de las entidades bancarias de la ciudad sobre la existencia de cuentas a su nombre.
Textos de homenaje a Zamacola, ilustrados con dibujos de Julio Pérez Palacios.
Las indagaciones del instructor dejaron en claro, por ejemplo, que en los bancos de El Puerto de Santa María no había cuentas a nombre de Fernando Zamacola y que no era su novia, sino la de Domingo, quien había estado viviendo en el hotel Vista Alegre, en la foto de abajo a la izquierda.
Pero estoy convencido de que el instructor no se empleó a fondo para aclarar las acusaciones más graves que pesaban sobre él. No tiene sentido que le preguntase a él directamente si en los pueblos por los que pasó su centuria oyó decir que preferían a los rojos antes que a ellos, si había permitido el ingreso de pistoleros en su organización, si tuvo algún altercado con el comandante militar de la plaza, si se había manifestado contrario a la unificación o si hubo deserciones en su centuria, a todo lo cual respondió negativamente, cuando lo que tendría que haber hecho es solicitar informes sobre todo ello a las autoridades locales del Puerto, de los pueblos en los que actuó la centuria, a los mandos militares y al jefe provincial de Falange.
[Tras aquella denuncia se inició una investigación de la que se dedujeron diferentes informes, tanto los del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María como los de la Policía de la Ciudad. En 1937 la Policía de El Puerto elabora un informe sobre Domingo Zamacola al que acusa, entre otros cargos de secuestro y violación de las mujer de Daniel Ortega Martinez, con nótula núm. 734 en Gente del Puerto y también de extorsión a diferentes industriales de la localidad]
“En cuanto a su actuación, [Domingo] era el Jefe Local de Falange en el momento de iniciarse el Movimiento, aunque estaba en la cárcel de donde fue liberado al llegar las fuerzas del Ejército. Es del dominio público que hallándose en los pueblos de la sierra, al principio del Movimiento, cometió muchas inmoralidades por ser juerguista y gastador. (Daniel Ortega Martínez en la imagen de la izquierda):
En esta ciudad, en El Puerto, siendo Jefe de Milicias, sacó de la cárcel a Luisa Rendón Martel, la mujer del diputado comunista Daniel Ortega Martínez, y la llevó a su domicilio, teniéndola allí hasta que la misma madre del Domingo fue a la Comandancia Militar a suplicar que sacasen de su casa a dicha mujer.
Durante su actuación como jefe de Falange en esta ciudad, también se sabe que amenazó a varios industriales para que entregasen fuertes sumas de dinero, siendo algunos de ellos don Daniel Martínez, don Luis Suárez..., a los cuales amenazó, y ellos pueden aportar detalles directamente. A otro industrial, don José Dosal, también le exigió una fuerte suma, llegando a ponerle el cañón de la pistola en el pecho para obligarle.
En general, se comenta mucho que este individuo frecuenta mucho los cabarets y las casas de lenocinio, haciendo buen gasto sin que se le conozca propiedad ninguna...”
El Juez Instructor que llevaba a cabo la investigación la paralizó durante tres años, tras los cuales, el Auditor decide darle carpetazo al asunto, aduciendo que los cargos no estaban suficientemente probados. Así no se aireaban los trapos sucios. No es frecuente encontrar pruebas documentales de la violencia y excesos cometidos por las fuerzas sublevadas y las bandas de falangistas. Cuando los autores de los crímenes eran los rojos, la Justicia Militar se empleaba a fondo para castigar a los culpables, pero en el caso contrario se miraba para otro lado. Sin embargo hay excepciones, y una de ellas es el expediente abierto en 1940 contra el que había sido comandante de Puesto de la Guardia Civil de Benamahoma en 1936. A los falangistas no volvieron a molestarlos. Al fin y al cabo no habían hecho más que cumplir con su deber: obedecer las órdenes de sus jefes y fusilar a quienes les mandaron. Algunos todavía hablaban abiertamente de todo aquello, pero otros preferían olvidar y echar tierra sobre lo que vieron y lo que hicieron. (A la izquierda, bandera de la Falange Española).
Esquela de Fernando Zamacola publicada el 16 de junio de 1938 en la Revista Portuense.
Fernando Zamacola falleció en Los Blázquez (Córdoba), siendo alférez de Regulares, el 14 de junio de 1938. La Jefatura Provincial de Propaganda de Sevilla le tributó un homenaje desde Radio Sevilla y posteriormente publicó el folleto “Fernando Zamacola ¡Presente!” (Ediciones de la Jefatura Provincial de Propaganda de FET-JONS de Sevilla, 1938) con textos del jefe gaditano Joaquín Bernal (“Fernando Zamacola ¡Presente!”), Diego Romero (“No lloréis”), Julio Estefanía (“Romance de Zamacola”) y Fernando Bruner Prieto (“Elogio de Fernando Zamacola”), ilustrado con ocho grabados en boj de Julio Pérez Palacios, como el que aparece en la imagen de la izquierda. El jefe de los Leones de Rota continuó siendo “el heroico falangista Fernando Zamacola”, a pesar de todo, para los vencedores.
Esa imagen del héroe, del noble, del poeta... se cae completamente por tierra cuando se aborda a la figura de este personaje con un criterio objetivo, con un criterio historiográfico; manejando, no la leyenda ni la propaganda, sino lo que nos dice la documentación que creemos que puede ser la más objetiva. Y es la documentación creada por la propia Administración franquista... se trata de una investigación que se hace desde el propio régimen sobre quiénes son sus servidores. La información encontrada procede de la propia documentación generada por la administración franquista y por el aparato jurídico militar de los golpistas sublevados en julio de 1936. (Texto: Fernando Romero Romero).
Fernando Romero Romero es miembro del Grupo de Investigación Patrimonio Documental y Bibliográfico de Andalucía y América, así como de la Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía y del equipo técnico del proyecto 'Todos los Nombres'.
Fuentes: Fernando Romero Romero: “Represión por la Justicia Militar: Rota, 1937-1942”, en M. Rodríguez Izquierdo y P. P. Santamaría Curtido (Coords.): Memoria rota. República, Guerra Civil y represión en Rota. Ayuntamiento de Rota, 2009, pp. 381-434.
MENESTEA hace el comentario más inteligente y objetivo claramente.
En política, y más en una guerra, hay multitud de gente que se alista, le alistan o se cambia de bando según sean las circustancias . Hay que tener en cuenta que la gente sin principios, criterio y que simplemente se guían por su interés personal , ha sido lo común, y en el presente ni digamos ya que este sistema nihilista, relativista"progresista" lo fomenta desaforadamente.
Más os valdría mirar al presente a unos y a otros, que sólo hacéis que votar a farsantes, trepas, y ladrones de todo partido y condición(desde el PP a Podemos pasando por los demás partidos-mafia que os vende la prensa)
¿Os creéis mejores que vuestros antepasados?,¿quienes sois para juzgar hechos que no vivisteis personalmente?
Lo dicho, menos kabalística sobre el pasado, y más miraros en el espejo y de ver lo que estáis haciendo en el presente.
Lo leido demuestra que la Ley de memoria histórica, no fué un error de Zapatero y sus congéneres masones, sino una argucia malintencinada de cambiar la historia a favor del Frente Popular
Flipo. Del verbo flipar. Es acojonante que un "estudio histórico", una "investigación", y además promovido sin disimulo por la izquierda (cainita como sus primos de la derecha) se justifique en la denuncia anónima de un franquista de lo más negro, reaccionario de una comarca que supo bien lo que era vivir bajo la reacción burguesa, no un día, siglos. Se ha cubierto de gloria don Fernando Romero Romero.
Ni se me hubiera ocurrido aclarar cuatro cositas, sobre un asunto al que acabo de llegar tanto tiempo después de publicado, si no tuviera la vana esperanza de que la descendiente de los Zamacola que ha padeció la chapuza pudiera leer también la historia auténtica y mitigar la infamia un algo. Imagino que ya le aliviarían los inteligentes renglones de Agnóstico pero lo gordo viene ahora. De paso, le daremos al señor Romero Romero tres o cuatro inéditos para que se oriente.
Como es sabido, los Zamacola Abrisqueta provienen de Vizcaya, pasan por La Coruña y terminan en El Puerto. Fernando jamás aprovechó los estudios, era casi un analfabeto funcional, las cuatro letras y poco más. Revoltoso desde la cuna, líder de pandilla y de buen físico como indica su precoz ficha policial: "hombre de estatura también alta, ojos azules, nariz y bocaregulares, pelo castaño y color del rostro bueno". Cuando no está trabajando en la cantera, al fin oficio familiar, viaja. Vuelve a La Coruña a menudo, se alista en La Legión, baja a Africa, y a su vuelta, fascinado por las historias de su hermano Eusebio comienza a planear un atraco, el de la Singer coruñesa; lo prepara durante un par de meses vigilando todos los movimientos de salida del dinero en dirección al Banco de España y con la ayuda de dos antiguos compañeros de milicia, uno de ellos portugués, concluye por dar un golpe… de risa. Al modo de un héroe romántico, como su hermano Eusebio en Argentina, robin hood en trenes de tercera, leamos la declaración oficial del atraquillo: “obligándoles a entrar nuevamente en el establecimiento y a que se les diesen las llaves de la Caja, lo que no pudo tener efecto por manifestarles los empleados que las llaves las tenía el Cajero y que éste se había marchado, y como efectivamente Zamacola que conocía al Cajero, no reconoció a ninguno de los presentes y después de registrarlos como no les encontrasen más que unas pesetas, se las devolvieron, sentándose a fumar un pitillo, y pidiéndoles el declarante y sus compañeros perdón por las molestias, al mismo tiempo que les rogaban que no denunciasen el hecho.”
Ese era el pelaje de Zamacola, la anécdota clava su carácter. Fue un cenetista convencido que sólo varió el orden de los colores al oír de labios del propio José Antonio Primo de Rivera que en sus filas podía combinar el amor a la patria que había jurado en el Tercio con la nacionalización de los bancos y de los latifundios. También de las canteras de capital británico o alemán y sueldos abisinios. Y sus hermanos, todos izquierdistas, se le añaden cuando Fernando les explica su nueva adscripción. En esa convicción revolucionaria se explica la formación de los Leones de Rota con elementos de la izquierda radical y otros desclasados, tan ostentosamente antiburgueses que la derecha curil y casposísima de la zona se convierte en su enemiga jurada. Esa derecha clasista donde las hubiere, tan repugnante, es la fuente por la que jura Romero Romero y de la Memoria Histórica. Sólo la envidia militar, los espadones del espadón Franco, igualaron el odio de los dueños de Cádiz a Zamacola.
El último día de la vida de Zamacola había empezado con una petición de municiones al Estado Mayor para avanzar. La contestación del coronel al mando fue “que tire con la medalla militar”, ese era el tamaño de la envidia. Naturalmente sólo pudo estabilizar la posición, en el repliegue de los soldados que tenía de avanzada, el último cayó. A por el herido salió el alférez de la harka regular, su jefe Fernando Zamacola; volvió con el soldado sobre sus hombros y atravesado. El último paso lo dio en la trinchera: muerto. Su segundo fue convocado ante el Estado Mayor, cuando estaba dando la novedad le disparó un oficial, le habían llamado para matarle, para acabar con el resto revolucionario de la semilla roja y negra de Zamacola. No podían soportar lo que más tarde confesó alguno de los presentes en el crimen al médico de San Roque, Narciso Perales: "Fernando Zamacola tenía de natural lo que nosotros intentamos aprender en la Academia, el don del mando y la devoción de los mandados".
Conocí que había existido un Fernando Zamacola cuando el doctor de la antisiquiatría Carlos Castilla del Pino explicó quien era el personaje aprovechando una mención al hospital gaditano que lleva su nombre. Lo hizo en La Clave de Balbín y tras hablar de su espíritu justiciero y de que estaba reñido con unos y otros, añadió que Los Leones de Fernando Zamacola atacaban sin cubrirse jamás con su jefe al frente. Hasta la extinción de la centuria. El doctor Castilla del Pino, marxista cultivado, escribió también su recuerdo de la represión en la Andalucía occidental. Nos contó la detención y fusilamiento de Ceferino Maestú Novoa, gobernador republicano de Huelva. Por los regulares. Sin juicio, al franquista modo Queipo, un crimen más. Su hijo, Ceferino como él, sindicalista revolucionario, joseantoniano fundador de Comisiones Obreras con su amigo Marcelino Camacho, escritor, antifranquista, incorruptible, escribe sobre Fernando Zamacola en su muy recomendable libro Los Enamorados de la Revolución. Si te lo lees, Celia Zamacola, lo que acabas de conocer será insignificante para dar talla al personaje. Al verdadero Fernando Zamacola, no al que retumba la izquierda al soplo de la derecha, tan amigos en el fondo hasta para pelearse cuando tienen un interés que compartir. Como toda la vida.
Sin menoscabo de paco_de_jerez, la info que usé fue la de agnóstico
He usado parte de la información contenida en esta anotación y en especial el comentario de paco_de_jerez
http://laninhadelexorcista.blogspot.com.es/2012/06/fernando-zamacola-abrisqueta-y-el.html
"Los hermanos Zamacola, cara y cruz de la memoria histórica"
Artículo sobre el bandolero anarcosindicalista Eusebio Zamacola Abrisqueta, hermano de los asesinos falangistas Fernando, Domingo y Alejandro Zamacola.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=143678
No se debe disertar sobre la figura histórica y polémica del falangista Zamacola, formando parte de eso que se ha llamado la Memoria Histórica: colectivo que tiene por objetivos inmediatos no la Historia sino reelaborar la crónica del Frente Popular y de sus hombres durante la efímera II República, edulcorándolos; y, de paso, utilizarlo como plataforma política para coadyuvar al advenimiento de una III República hipotética e idílica. Cuando se mezcla o se confunde la ciencia histórica con la política, no puede ser nadie imparcial; y eso es un requisito de cualquier historiador independiente.
Fernando Zamacola ha sido un personaje polémico por su conducta social; aunque no debiera serlo por su conducta militar, cuando fue condecorado con la Medalla Militar Individual. Este galardón se otorgaba mediante un juicio contradictorio, en el que se ponía sobre la mesa sus méritos y errores. Y nadie ha buscado los documentos de ese juicio ni de esa resolución. En cambio, se han buscado informes anónimos elaborados por personas con poco tiempo en la organización falangista, y con ganas de desprestigiar al que por entonces se hallaba arriba.
Si el autor de este artículo, miembro activo de este grupo parcialísimo de la Memoria Histórica, quiere igualar en ecuación el falangismo andaluz y el matonismo, no sabe nada de la Falange andaluza (fuerza política desaparecida hace decenios) ni siquiera de la forma de ser del andaluz. Falangistas andaluces, por ejemplo, fueron los hermanos Rosales, los únicos hombres que en la ciudad de Granada intentaron por todos los medios salvar la vida del poeta andaluz más universal; falangistas fueron los miles de jóvenes que se alistaron para combatir en primera línea y no en retaguardia, muriendo por miles. Si el ejemplo a seguir hubiera sido la conducta despreciable de Zamacola, ninguno de ellos se hubiera presentado voluntario…
¿Cuáles fueron los defectos y errores de Zamacola? Ser originariamente de la izquierda revolucionario (la CNT, que no era lo mismo que el PSOE o Izquierda Republicana) y apuntarse a la Falange; así como querer crear en el Puerto de Santa María una Falange con gente de izquierdas y revolucionaria. Y es que dónde no hay no se puede sacar. Zamacola (de la revolucionaria CNT) quiso “nacionalizar” a sus compañeros revolucionarios y conocidos. Sin duda lo consiguió, pero no pudo purificar sus pecados y limitaciones.
Las envidias que esto generó entre sus enemigos y sus amigos (otros falangistas de reciente incorporación y personas de derechas) ha generado esta ola actual de dimes y diretes.
Pero, lo único objetivo, es que fue uno de los primeros falangistas andaluces en recibir la Medalla Militar Individual. Si no se la hubiera otorgado nadie hablaría de él en el siglo XXI, como nadie se refería a su persona hace 40 ó 30 años.
Un saludo.-
Hola Juan, gracias por la informacion, perdone por no haber visto antes su escrito. desde que lei la notula y los comentarios le confieso que durante noches perdi el sueño, la historia de sus abuelos es terrible,y el sufrimiento de su abuela a manos de gente presuntamente sin escrupulos me trastorno , más que nada porque habia vivido toda mi vida como si la guerra fuera un mal recuerdo de mis mayores sin pararme a pensar el verdadero sufrimiento de la gente. en mi caso como una parte de mi familia era del bando ganador no tuve plena conciencia del miedo cerval que sentian las demas personas, vivia en la mas absoluta ignorancia. se que mi madre era una persona muy sensata que jamas tuvo un mal gesto con nadie, respetaba y ayudaba a todo el que podia , dentro de sus posibilidades. en cuanto a mi padre, sus ideas eran de derechas pero aunque se le iba" la boca" era solo ruido, no le hizo nunca daño a nadie, y te aseguro que tambien ayudo a personas que eran del otro bando. fue cuando despues de muchos años mi suegro me conto los sufrimientos que tuvo que pasar , la crueldad de ver morir a dos de sus tios, sin saber porque , ya que eran hombres decentes y honrados y, el hambre mas absoluto, y terrible que paso, el frio por no tener nada de abrigo en fin etc etc. este relato real hizo que tomara conciencia, de la realidad que sufrieron muchas familias, y sinceramente senti vergüenza, por no darme cuenta de que esa realidad existio y que yo ignore como si no tuviera que ver conmigo. ojala hechos como los que sucedieron a tus abuelos no vuelvan a suceder!. todo mi respeto para tu honorable familia, y reitero que se merecen un parque a la memoria de los caidos. gracias a dios nuestros Heroes ya tienen nombres y apellidos, se merecen nuestro respeto,y por tanto mejor trato. gracias juan , saludos
Hola,soy nieto de Luisa Rendon .Mi comentario va dirigido a Maria Jesus.Primero decirte que mi abuela si sobrevivio a la guerra, aunque al terminar esta estubo encarcelada varios años . Yo soy hijo de Juan el segundo hijo de Luisa y Daniel, si llegas a leer esto te agradeceria pusieras algun comentario ,gracias.
Sra Delia: Estos datos que aporta el sr. Romero Romero por muy espeluznantes que sean, son producto de una investigación histórica. Historia que no a sido escrita por los vencidos.
Pero más espeluznante es lo que cuentan y contaban aquellos represaliados.
Mi familia tuvo un episodio con Fernando Zamacola y no precisamente negativo, ya ves que no nos duelen prendas reconocer las partes positivas de las historias, del mismo modo hay que aceptar las negativas, porque es eso, Historia, y las Historias hay que escribirlas como son para que no vuelva a suceder.
En 1.956 el Partido Comunista, creó la política de Reconciliación Nacional, y hoy, muchos hijos de los vencedores militan en los partidos de izquiedas, y nunca escuché ni una palabra de reprobación hacia sus padres. Un pariente de usted militó conmigo el el partido comunista y otros lo hacen en PSOE.
Esto es el significado de las politicas de Reconciliación Nacional, y que yo sepa, desde 1.975 hasta hoy, a nadie del bando vencedor se le a molestado,señalado o insultado y mucho menos agredidos, y en cambio hay un claro intento de ocultar los hechos acaecidos que durante cuarenta años cometieron los vencedores.
Coincido con usted que en la guerra se cometieron barbaridades poe ambos lados, pero hay que matizar: No es lo mismo matar por defender unos derechos que matar para enriquecer a unos pocos.
La guerra duró tres años y la represión treinta y siete años más.
Aquí, en El Puerto no hubo guerra, solo represión, y no solo para los rojos.
Pero esto ya es Historia.
Mire usted; la noche del 23 de Febrero de 1.981, tres falangistas de aquí me buscaban para esconderme, para que no me pasara nada, ¿Y esto que quiere decir? Quiere decir que fuimos capaces de perdonar, pero no me pida que olvide, ni debemos olvidar, porque el que olvida repite.
Su pariente estás enterrados con todos los honores que le tributaron sus camaradas y familiares, ¿Por qué impiden que los que están enterrados en cunetas y descampados sean entregados a sus familiares para que dignamente se les pueda recordar?
Las heridas si se tapan y no se curan se pueden reabrir.
Un saludo
A Delia, en lo que a mi concierne te pido disculpas, no es mi intención faltar el respeto, a nadie ni abrir viejas heridas, por otra parte enquistadas., Sabes que mi familia apreciaba sinceramente a tus padres yo misma he “tratado” a tu padre, como cliente de los míos y siempre me pareció un hombre recto, honesto, y educado. Yo no creo que tu sepas mis tendencias políticas, porque no las tengo, de echo no creo en los políticos, creo en la justicia cuando es eso justa. Mira Delia sabes de sobras que mi padre era de derechas, eso yo creo que lo sabia todo el mundo, ¡anda que se cortaba un pelo al pregonarlo! Para disgusto de mi madre, pues era muy discreta y temía que nos pudiera traer algunas consecuencias en el futuro. En el año 78 me case con el hijo de Joselito - el Chico- si lees la nótula 771, veras que él nombra a Zamacola, es verdad que no especifica cual de ellos, pero te aseguro que solo nombrarlo se estremecía , se le erizaba el bello, y me decía: ¡mira Achu, mira! Créeme que no te miento. Ya se sabe que en esta maldita guerra se cometieron muchas atrocidades en los dos bandos, cosas que no son disculpables, pero corrígeme si me equivoco, siempre oí hasta incluso a mi padre, que aquí, nadie hizo nada, para las terribles consecuencias que sufrieron familias como las de mi suegro. Te aseguro que cuando citaba a Zamacola, yo no sabia que se trataba de tu familia, me di cuenta un dia en el cementerio, cuando vi a tu padre delante de la tumba de tu tío. Seguí tratándole con la misma cordialidad de siempre, el pasado eso es pasado, pero los hechos son los hechos. Saludos.
Todo lo que afirman sería terrible si fuera verdaderamente cierto, pero perdone que me quepa la duda. En cualquier caso se trataba de jóvenes que no superaban los 25 años cuando supuestamente ocurrieron los hechos. Después de 72 años de enterrado mi tío Fernando y haciendo un año que murió el último de sus 6 hermanos con 92, no hay ninguna persona viva que pueda confirmar o desmentir lo que aquí se narra. Aunque todo fuera cierto, ¿qué obtenemos con narrar unos hechos que ocurrieron en un contexto del que todos los españoles deberíamos avergonzarnos?: Una guerra, como todas, cruel y fraticida para beneficio y negocio de unos pocos y en la que como siempre pierden los más débiles.
En cualquier caso se ve claramente que tanto su narración como la mayoría de los comentarios vertidos son de la misma tendencia y lógicamente esto es sólo una parte de la verdad. Todos tenemos nuestras razones pero la "verdad absoluta" no es potestad de nadie.
Delia Zamacola Monís.
Sabe alguien si Dña Luisa Rendón Martel sobrevivió? Que se sabe de ella? ¡Cuanto sufrimiento innecesario, y cuanto canalla suelto! Me parece que no se ha estado a la altura al concederle la calle al marido de esta Sra. Con todos mis respetos ambos se merecen mejor trato, por lo mucho que le debemos. ¿Porque no un parque, en memoria no solo de ellos, sino de todos los fallecidos? seria gratificante para todas las familias
Estimado SGFC, en ningún momento he dicho nombre alguno, simplemente que en un comentario anterior se nombró la palabra "extorsión" y me acordé de lo que mi abuela me contó y aparte del camión o camiones también se apropiaron de otras cosas.
También quiero decir que nunca en mi familia he oido contar las cosas ni con odio, ni con rencor, aunque si, con un poco digamos de, estremecimiento al recordar esas cosas.
También les digo que por mi edad no viví la guerra (G.a D.) pero si que he leído todo libro que ha caído en mis manos y hable sobre ese periodo,
por lo que lamentablemente opino que no sé a quién creer, cuando el autor es de un bando, habla mal del contrario y... viceversa. Y cuando no, los documentos oficiales timbrados, sellados, etc. que suelen aparecer,pienso que muchos de ellos están falsificados, bien para hundir a una persona o bien para levantarla, fuese del bando que fuese o gobernase quien gobernase.
Eso es todo.
Me pregunto, donde estaba la integridad de estas personas, si se les puede llamar así, si se atrevían a extorsionar a personas relevantes y presumiblemente de derechas, da miedo pensar lo que tuvieron que pasar los pobres e inocentes desgraciados, que fueron apresados por estos individuos ávidos de poder y llenos de maldad. Estos eran “Los salvadores de la Patria,” pues habían mucha morralla, según ellos, ¡Lastima, que faltaran espejos en esa época, pues les hubiera bastado mirarse para ver la verdadera morralla. No piensen que en mis palabras hay rencor, no es mi intención, pero si estupor, cuando pienso que a estas personas seles consideraba poco menos que honorables es, sinceramente indignante. Como indignante es que la persona encargada de dar el “El tiro de gracia” se considerara presuntamente un ser privilegio, al que poco menos hubiera que echarle flores a su paso. Mi madre era una mujer muy sabia, me enseño a no prejuzgar a los demás y ponerme en su lugar, pero en este caso perdónadme pero no puedo hacerlo.
Fernando Zamacola, tenía otro hermano llamado Cesareoy una hermana, he de decir que la amistad con José Antonio Primo de Rivera venía desde la niñez, el padre de Fernando tenìa la contrata para extraer las piedras de las canteras del Puerto, nunca habian tenido negocios de camiones, con unos palos unas poleas y unas cuerdas sacaban la piedra a mano de la cantera, era un trabajo infrahumano, de ahi las discuciones con su padre, además tenia un caracter totalmente anarquico, tampoco tenia novia por quel entonces, deberian informarse mejor porque muchas cosas que se cuentan atribuidas a Fernando Zamacola, fueron otros señores los que la cometieron, Menestea, no fueron los Zamacolas los que invadieron San Juan, 9 solamente requisaron un camion y el mismo dia le cayo una bomba en el frente de Cordoba , gracias que el propietario entregó el camion y se busco los medios para no ir, estos camiones eran requisados por un señor de Falange que se dá la circunstancia que era propietario de algún que otro vehiculo, informaros por el Pueblo que ese nunca miente.
Antonio estan contando ahora la verdad a los niños actuales, nada un saludo, soy de tu generación y no tengo ningun trauma. Saluods y u abrazo
Por lo que he podido entender o deducir, éste personaje es lo que hoy en día se conoce como una persona "trepa". Persona sin escrúpulos al cúal no le importó cambiarse de "chaqueta", reclutar a gente de cualquier ideología y condición con tal de escalar hacía el último escalafón del movimiento político que en ese momento estaba en pleno auge y poder así, seguir implantando sus ideas tanto revolucionarias, como mercenarias y despiadadas.
Referente a las extorsiones, recuerdo que hace muchos años, mi abuela me contó que a principíos de la guerra se presentó en su casa un grupo de soldados, y el cabecilla -omito nombre por no recordarlo o bien porque mi abuela no me lo dijera- ordeno agrupar a toda su familia (padres, hermanos, marido, hijos, etc.) que en ese momento se encontraban en la casa, en el patío de la misma. Y extorsionaron a mi bisabuelo (su padre) para que les entregaran todos los camiones que poseían o en caso contrario, mataban a toda su familía allí mismo. E incluso se llevaron a todos los varones con edad de luchar en el frente. Mi madre tenía por aquel entonces siete u ocho años y lo recuerda perfectamente.
Dice el informe que Domingo frecuentaba las casas de "latrocinio". Creo que debe decir de "lenocinio", de "mala nota", "casa malas", o simplemente "casas de putas".
Don Daniel Martínez García ( del que hay nótula en esta pàgina) era Presidente del Círculo Comercial e Industrial y mi abuelo, Luis Suárez Cofiño, era el vicepresidente. Ambos buenímas personas, fueron amenazados con ser fusilados si no daban importantes cantidades a Domingo Zamacola. Eso me lo contó mi tía Emilia Suárez, quien vivía en Sevilla en la calle Juan Ramón Jiménez, un día en que estando yo con ella por esa calle, al llegar al Bar Estrella, me señaló a Domingo que paraba en ese Bar. Mi padre no lo supo hasta después de la Guerra, porque, durante ella, tuvo que incorporarse al Regimiento de Artillería de Costa número 1, donde había hecho el servicio militar de cuota. Mi abuelo, decía mi tía, era ya mayor y sufrió muchísimo.
Don José Dosal, también una buenísima persona, fue otro extorsionado. Era el padre de Enriqueta, Milagros y José Dosal Cumbreras y abuelo de las hijas y el hijo (Fernández Dosal) de Agustin Fernández Rodríguez, el recordado médico, y abuelo de los Rodríguez-Caso Dosal, de Sevilla.
Hoy tengo que enviar una doble felicitación: por tu completo y clarificador artículo en DC y por la inclusión de un tema tan delicado en GdP que, haciendo bueno el tópico, se supera a si mismo cada día. Para los que vivimos solo de oidas aquellos duros años, pues no habiamos nacido aún, es muy gratificante que se descorra el "estúpido velo" -además de tupido- que tapaba la parte negativa de la "gloriosa gesta". Los detalles que se citan, en un encomiable trabajo divulgativo del Sr. Romero, ponen en su lugar a determinados personajes y a mí, la carne de gallina al pensar que casi todos mis hijos nacieron en un establecimiento sanitario público que llevaba el nombre del controvertido protagonista de la nótula de hoy. Gracias a esta colaboración he podido conocder la identidad y algunos datos biográficos de un falangista apodado "El Cartero" del que referian los que vivieron aquellos dias su agresividad y conducta sanguinaria. Aunque hemos pasado página, las generaciones futuras deben conocer la historia tal como sucedió, con toda su crudeza, y no contada sesgadamente, como hicieron con nosotros, los de la postguerra, cuando eramos niños.
Un abrazo.
A la camisa azul de falanje la llamaban EL SALVAVIDAS,
no podemos pasar de las mentiras de un bando a las mentiras del otro por favor digan toda la verdad y mas en estos asuntos.
INFORME SOBRE FERNANDO ZAMACOLA:
En el informe no consta firma, lugar ni fecha, pero los terminos en que se expresa sugieren que el autor era alguien del Puerto de Santa María y probablemente de dentro de la Falange. Aunque el instructor se refiere a ellos como “la denuncia”, creo que no son parte de la denuncia original, sino los informes extrajudiciales que se pidieron a Garrigós. Así decía el de Fernando Zamacola:
"El Puerto de Santa María tuvo la desgracia en tiempos de la canalla marxista de sufrir elementos extraños a ella y que fueron los principales culpables de todo cuanto después venía ocurriendo. Pues bien, hoy después del Glorioso Movimiento salvador del Ejército, se encuentra esta ciudad gobernada por los hermanos Zamacola (que tampoco son hijos de esta ciudad) destacándose de ellos Fernando, el cual demostrando su poca inteligencia ha conseguido rodearse de toda la hez comunista al permitir ingresase en Falange y de unos pistoleros que consiguió sacar del Penal de esta población, es a juicio de cualquier persona sensata el principal culpable de cierta parte de lo que viene ocurriendo. Es extraño que este individuo que ha llegado a insultar en una Peña o Casinillo en presencia de socios y extraños al Comandante Militar de esta plaza siga tan tranquilo, dirigiendo la organización.
En algunos pueblos de la provincia de Málaga, llegó a decirse al paso por ellos de las fuerzas que mandaba Fernando Zamacola, que si Falange era aquello (se habían dedicado al saqueo más inicuo que puede decirse, pues aquí han llegado camiones con los robos por ellos perpetrados) preferían volviesen los rojos.
Fernando Zamacola, como jefe principal en ésta, ha permitido que aquí se pusiese nada memos que como Jefe de la CONS a un tal Velázquez, que fue en tiempos de la canalla marxista el que mandaba todas las Sociedades obreras, pues era Presidente de la Federación. A las protestas de cierta persona que no quiso intervenir en esta organización desde que empezó a darse cuenta de las barbaridades que se estaban cometiendo, fue destituido el mencionado Velázquez y hecho por Zamacola Jefe de Centuria en la célebre columna de VOLUNTARIOS FORZOSOS que este formó sin que se sepa dónde está ahora, pues fue uno de los que están dados por desaparecidos en el frente de Córdoba.
Fernando Zamacola dedicó a su gente a requisar obreros dignos de ésta y los engrosó con toda la hez que llevaba en su columna, dirigida naturalmente por los individuos que más se habían destacado en el Frente Popular, pues éstos, claro es, como más hábiles consiguieron ponerse en los mandos en unión de los pistoleros que fueron sacados del Penal por él. Con esto ha conseguido al obrar de esta manera que la clase obrera, que estábamos las personas dignas tratando de captar con obras de justicia, esté ahora aún más distante de todo cuanto pudiese ser bueno, que con anterioridad al Movimiento salvador de la Patria.
Hace pocos días fue nombrado para dar el fichero de la Falange Española Tradicionalista de las JONS Ramón Jiménez Loma, requeté; causó tan mal efecto en estos hermanos Zamacola que llegaron a discutir y a quitarse las camisas y no volviendo a ponérselas hasta que se supone les fueron impuestas por el Jefe Provincial. Su indignación era debida naturalmente, porque creerían que toda la vida les iba a ser permitido seguir obrando de esta manera tan ruin.
Muchas otras cosas podría contarse de esta familia que ha tenido el Puerto la desdicha de caerle en suerte, pero esto lógicamente sería demasiado largo; baste decir que por necedad de un Señor de esta localidad –el cual es una bella persona, pero con una mínima capacidad– ha sido propuesto hijo adoptivo de esta ciudad un individuo cuyos antecedentes fueron FASCISTAS y que en la actualidad no puede decirse qué será, aunque vista la camisa azul y ostente una MEDALLA MILITAR."