Un servidor de Vdes., ha recorrido ya, un largo camino en este vivir nuestro de cada día, casi siete décadas de deambular en esta querida ciudad en la que nací y en la que tengo tantos afectos.
Algunas veces me apetece pasearme por sus calles, me siento nostálgico recordando, como fue El Puerto en tiempos pasados y la melancolía me invade, no sé por que me ocurre esto, debe ser la luz, el azul del cielo o porque bajea el levante, o que se yo, bueno o tal vez que la juventud se me fue y casi no me di cuenta.
El otro día por ejemplo, agarré y cogí la calle Ganado, viniendo de Cielo y recordé que antes en la carnicería de Manolo Ortega, hubo una frutería, que en la taberna "Los Maeras Chico", tuve la oportunidad de conocer a Manolo del Pino "El Niño del Matadero", (a la izquierda de la imagen) me lo presentó mi padre, me gustaba salir con él; que en la Sastrería de Vera, hubo una tienda que se llamaba "Sempere, Mercería, Calzados", este inmueble igual que la Taberna "El Refugio", pertenecen a Muebles Palomino, y ahí me detuve en hacer la inspección de la calle y de forma consciente empecé a recordar lo que fue este establecimiento.
"El Refugio" era una taberna de solera, era un punto de encuentro, esta formada por una pieza casi cuadrada , con el mostrador al fondo, sobre la pared unos barriles con los vinos de la acreditada bodega de José Velarde Díaz-Munio, a la izquierda había una puerta que comunicaba con un salón en el que existía un billarín, este salón se comunicaba con un patio en el cual estaba el urinario, había una parra que daba una temperatura muy agradable en verano.
La taberna estaba dirigida por Rafael Gómez Cordero, Rafael era hijo del cabo de guardias de campo Ceferino Gómez, tristemente fallecido el el cortijo Pozolozano. Rafael tenía que yo sepa tres hermanos más Ceferino (padre del que fue alcalde de El Puerto Rafael Gómez Ojeda, a la izquierda de la imagen) víctima de la guerra incivil, no entiendo, como un hombre tiene que matar a otros hombre, cuando el hombre se muere sólo sin necesidad que nadie le mate; Pepe capataz de la bodega de Velarde y Luis que no conocía, conozco a su viuda Luisita Morales Augusto, mujer con un humor y una vitalidad envidiable.
Como les decía más arriba, me gustaba estar con mi padre, e iba a buscarle al Refugio a echar el cigarro con él, siempre me gustó estar con personas mayores que yo. Los parroquianos eran lo más variopinto que Vdes. se pueden imaginar:
Luis Ballesteros Hidalgo, íntimo amigo de mi padre, agente Judicial del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción, socio del Real Madrid, se carteaba con Don Santiago Benabeu, gran aficionado a las óperas de Pucinim, Rosini y Verdi. Antonio Carmona, oficial del Juzgado Municipal. José Gómez de Requena, propietario de varias panaderías. Me contaba mi padre, que este señor cuando tenía que limpiar los hornos de leña por dentro, esperaba unos días que se enfriaran algo y después se forraba el cuerpo con sacos de arpillera vacíos y se metía dentro del horno a limpiarlos, ¡que valor! José Gómez Cordero, capataz de bodegas Velarde. Cecilio González, casado con Dª Pura la matrona. El maestro Suano, relojero empleado de Relojería Díaz, persona seria y formal, educado que cuando se encontraba a gusto, le daba por cantar por malagueñas y recitar a Don Ramón de Campoamor. Suano casi siempre iba acompañado de su hijo, relojero también. La familia Loliti, grandes aficionados al flamenco con su padre al frente. Los hermanos Flor Pedregal, empleados de Telefónica. Bancalero, empleado de Renfe
El billarín que como les dije anteriormente, estaba en el salón, era una de las mesas más difíciles de jugar, por lo estrecha que era; pero bueno cuanto más cargado de vino estuviera el personal, mejor se jugaba. (A la izquierda de la imagen, contador de billar).
Las tabernas en aquellos tiempos eran sitios para encontrar a alguien, si Vd. necesitaba un cerrajero, cristalero, fontanero, albañil, relojero, una información de la Renfe, de Telefónica, o vaya Vd. a saber, en estos establecimientos se podía informar; y sabe Vd. por que, porque se practicaba las relaciones humanas pero viéndose , no a través del móvil o internert.
Pero bueno, todo cambia, y creo que al final para bien, ningún tiempo pasado fue mejor; no puedo evitar y recordar con agrado los momentos felices de mi juventud. (Texto: Francisco Bollullo Estepa).
De lo único que me acuerdo es que era de Cabra (Córdoba), y su nombre Pedro, un señor canoso, alto y muy educado.
ALGO MAS SOBRE PEDRO SERRANO Y LUIS BALLESTEROS
Todos los años el colectivo de la abogacía portuense, incluido los funcionarios del Juzgado Municipal y Juzgado de Instrucción celebraban una comida por la festividad de San Raimundo de Peñafort. Nosotros en la imprenta les hacíamos cada año unas invitaciones al efecto , en la que se anunciaba el gastronómico evento, a la que asistían Luis y Pedro.
Luis como ya Vdes. conocen comía poco y mal y Pedro, hombre práctico donde los haya, era todo lo contrario, al menos en este tipo de celebraciones, a pesar de tener algo de diabetes, cuando llegaba la hora no perdonaba nada y ramplaba con todos los tocinos de cielo que los demás no podían comer.
Celia, ese señor por el que preguntas era Pedro Serrano Piedra, natural de Cabra, Agente Judicial del Juzgado Municipal, el de la calle Jesús Cautivo. Pedro venía a mi casa a pelarnos. Las criadas nos decían que le preguntáramos a Pedro cómo se llamaban los de Cabra, con muy mala intención. Pero Pedro decía con paciencia:"Niño, egabrenses".
A PROPOSITO DE LUIS BALLESTEROS HIDALGO
Las tarjetas de visitas de Luis decía: Luis Ballesteros Hidalgo, agente Judicial del Juzgado de 1º Instancia e Instrucción, El Puerto de Santa María. Le gustaba a Luis que se pusiese El Puerto y a mí también.
Paseaba yó, siendo un jovenzuelo por los alrededores del cementerio y observé un coche fúnebre con ataud, pregunté el clásico ¿ qué pasa?, me indicaron que un guardia civil, bastante joven se había suicidado y que le iban a practicar la auptosia y como curioso que soy, rapidamente tomé posición y un sitio adecuado para ver, allí en la mesa de mármol que existe para este menester, pusieron el finado, y enfundado en sendas batas blancas Don Luis Bootello Campos y Don Juan Almorza Salas(en otro tiempo hubiera sido una buen modelo para Rembrant), a eso llegó Luis, con su cargo de agente Judicial y leyó el oficio pertinente delante de los forenses a los que se le ordenaba de parte de su señoría que procedieran a practicar la referida autopsia. El doctor Bootello recuerdo perfectamente que le dijo a Luis que, por la no presentación del practicante de turno que debía estar allí y no estaba, se le sancionara si procediera. Esta fué la primera vez que conocí a Luis y entendí que era hombre de carácter.
Como solterón obligado que fué, Luis tenía una vida social bastante intensa, del tabaco, bebía vino con frecuencia y siempre llevaba un frasco de bicarbonato, que lo terminaba casi a la par del paquete de tabaco y de comer casi nada.
Una vez me dice mi padre, vamos a invitar a comer a Luis al Resbaladero, fuimos con Luis, mi padre, mi hermano y yó y mientras nosotros dimos cuenta de los marisco y el Cardillo de Perro que tanta fama le había dado a Maximino Sordo Díaz, a Luis se le ocurre pedir un huevo pasado por agua y espárragos con mayonesa y de postre más bicarbonato, lamentable, así era este hombre.
Luis como indiqué más arriba, fué intimo amigo de mi padre, yo hablaba con él con bastante frecuencia y observaba, que era un hombre, que cuando no estaba con sus amigos, su distracción era su trabajo, la música cuando estaba en casa, no le gustaba el flamenco para nada, se entusiasmaba con la música clásica y la ópera, sobre todo la italiana; y su Real Madrid de su alma
Un Lunes, recuerdo, llega Luis al Bar La Perdiz y Le pregunta Juan Luis Carrillo Lucero, pintor de brocha gorda, cuyo cuartel general era este establecimiento: "Luis como quedó el partido de Sevilla-Real Madrid", contesta Luis de mala gana: "Perdió el Madrid 2-1", contesta Juan Luis con una risotada: "Pues que le den por...al Real Madrid y a tí", entonces Luis, ni corto ni peresozo, le dió una bofetada con sonó en todo el bar y ahí quedó todo, el honor de su Madrid quedó zanjado.
El amor de su vida, fué Amalia Arjona Cía, murió relativamente joven, dejando a Luis con una tristeza, que cuando me contaba su vida sentimental, me daba la impresión en algunos momentos que le importaba poco morir. Entonces la madre de ésta lo acogió en su casa, Luis no tenía familia, y vivió el resto de sus días con esta señora y Maruja Arjona Cía.
Luis podía parecer que en determinados momentos, sobre todo el trabajo tenía un carácter agrio, pero si lo tratabas era un gran amigo y bastante cariñoso, casó con Maruja Arjona Cía y fué amortajado con la túnica de hermano de la Asociación Piadosa del Cristo del Amor y María Santísima del Silencio.
Mi familia y la de José Gómez de Requena les profesaba una gran amistad.
Yo sí me acuerdo, aunque no puedo dar más datos a cerca de los que usted aporta sobre su actividad laboral. Tampoco puedo decirle su apellido, pero sí que solía ir a mi casa a pelar a mi padre, Francisco Ameneiro, recuerdo que era un señor de modales exquisitos, de buena presencia física, yo diría que elegante. Efectivamente su habla denotaba cierto acento de fuera de Andalucía.
Bueno, yo era pequeña y a este señor lo recuerdo con mucho agrado.
Muchas gracias Francisco, no sabes cuanto se agradece un comentario como el tuyo a una cierta edad.
Ahora otro ejercicio de memoria....¿Alguien recuerda a un señor que se llamaba Pedro, trabajaba en el Juzgado Municipal , Jesus Cautivo, se desplazaba en bicicleta y cortaba el pelo a domicilio?.
Creo que no era del Puerto...
PARA VICENTE
Amigo Vicente las fotografías, a las que te refieres las ha conseguido el incansable José María Morillo.
Me alegra mucho que te haya gustado, podría haberlo hecho algo más extenso, tal vez más adelante podamos ampliarlo.
Con Dios.
Paco, veo que encontraste la foto del Refugio. Un artículo muy bonito y entretenido. Gracias por hacer recordar niestra niñez. Un abrazo.
Estos comentarios son los que necesitamos para poder conocer El Puerto de otros tiempos.
Personas con memoria para los nombres y descripción de los lugares tal y como fueron, y con ese poder de narrativa como: Luis Suarez, Francisco Bollullo etc..., deberíamos animarlas para que contaran más sobre El Puerto que conocieron, para que no se pierda en el tiempo esos recuerdos.
Creo que para cualquier Portuense es enriquecedor que cuenten estas historias de: lugares, personajes, anécdota, etc... de nuestros antepasados Portuenses. Yo particularmente estas historias me las bebo.
Gracias, Francisco Bollullo, por este relato, aunque corto, tan completo.
Un saludo.
Javier Ameneiro
PARA CELIA
El Bar La Parra, tal como dice Celia, estaba en la esquina de las calles Javier de Burgos y Jesús Cautivo, era su propietario un tal Sr. Mesa, creo recordar que su nombre era Francisco, Tenía tres Hijos Pepi (vive en Madrid), Paco y Miguel, estas personas tienen una casa en calle Zarza frente a la Bodega de Obregón.
El Bar La Parra tenía un patio delante y el bar propiamente dicho estaba al fondo, recuerdo que tenía una parra, bastante frondosa que daba aspecto de fresquito en verano. No recuerdo más cosas de este establecimiento, lo siento, intentaré hablar con personas que me puedan refrescar la memoria y oportunamente te lo haré saber
Con Miguel Mesa estuve en el Colegio de San Iganacio, murió muy joven.
Lo que si te recuerdo en los años 60, más o menos, eras una belleza.
Con Dios.
El Puerto, 8 de Julio de 2.010
Francisco, no tengo el gusto de conocerte...,creo, pero me gusta mucho leer tus comentarios sobre El Puerto de mi niñez.
Ya que tienes tan buena memoria , ¿ te acuerdas de una taberna que había en la calle Javier de Burgos esquina a Jesús Cautivo?. La Parra , me parece que se llamaba.