Ángel Angulo Fernández (O.F.M.), nacido en Portugalete (Bilbao) en 1942, vive con nosotros desde la década de los setenta del siglo pasado.
¿Les suena esta cara? ¿En qué lugar se cruzó con ella? ¿En el Instituto, en una Iglesia, en un Juzgado, en la cárcel, quizá? ¿Tal vez en un campo de fútbol? La cara de este hombre que mira al objetivo de la cámara como mira a la vida (de frente y por derecho), las gafas de miope, el pelo alborotado, su voz de profeta del Antiguo Testamento (no me digan que no la oyen), forman parte, desde finales de los 70, del paisaje sentimental de varias generaciones de portuenses.
De izquierda a derecha: Pepe Mendoza, Rafael Bermudo, Antonio Muñoz-Repiso, Pedro Masa y Emilio Flor. Agachados: Ángel Angulo, Alberto Martínez Pérez, Ignacio Fernández Prada, Enrique Bartolomé y Agustín Fernández. Viaje deportivo a Portugal. Año 2007.
Más que inescrutables, este compañero del alma de Francisco de Asís, amigo de Concepción Arenal y admirador de Iríbar (todavía el mejor portero del mundo), ha creído siempre que los caminos de Dios son convergentes. Porque Dios, eso nos dijeron de pequeños, está en todas partes, ¿no? Es cierto que nadie ha demostrado todavía la existencia del Creador (ni falta que hace), pero sí que hay datos contrastados de que los sábados por la mañana acompaña al fraile de Portugalete al Colegio Sagrado Corazón, para hermanarse con alguna de sus criaturas, en esa liturgia pagana que tiene como altar dos porterías, y para celebrar después del partido, entre jarras de cerveza y chorizos de San Millán de la Cogolla, que es fantástico que todos seamos hermanos en la fe en la pelota que rueda por los recreos de la infancia.
De izquierda a derecha: Ángel Angulo, Rafael Bermudo, Enrique Bartolomé, Agustín Fernández, Antonio Muñoz-Repiso y Alberto Martínez Pérez. Viaje deportivo a Portugal. Año 2007.
Anda también Dios, entre semana, de procurador del abogado Angulo (procurando que no pierda la esperanza), ora en los Juzgados, ora en las cárceles, convencido de que el dolor es la dignidad de la desgracia; que la injusticia, siempre mala, es horrible ejercida contra los desdichados; que la persona que se levanta es aún más grande que la que no ha caído nunca. A uno, pecador impenitente, le encantaría poder contar con Ángel Angulo como abogado defensor en el Juicio Final, no sólo por tener alguna posibilidad, por pequeña que fuere, de salvarme, sino por disfrutar, antes del veredicto inapelable, del discurso sabio y elegante de esa gran inteligencia al servicio de la hermosa causa de la fraternidad.
A orillas del Nervión. De izquierda a derecha: Andrés Orihuela, Ángel Angulo, Isabel Ramos, Vicenti Vichi, con sus dos hijos, y Josetxu Angulo, hermano de nuestro protagonista. Año 2005.
En fin, que la cara en cuestión que se asoma por delante del muro de ladrillo tosco, (en la primera fotografía), seguro que les suena. Hagan el favor de decirnos, aquí abajo, en los comentarios, de qué. (Por cierto, en la foto no se ve, pero debajo de la camisa, a flor de piel, tiene una sotana, y debajo de la sotana una camiseta del Athletic. Por encima de tanta prenda, eso sí se percibe claramente, resplandece el corazón de un hombre bueno).
De izquierda a derecha, Paco Guerrero, Juan Ceballos, Ignacio García, Rafael Portela, Ito Maraver, Luis Benvenuty, Juan Bocanegra y Ángel Angulo, gestora de la fundación'Solidaridad Humana'. Año 1991 en el Salón de Actos del Instituto Santo Domingo.
LAS JUVENTUDES FRANCISCANAS. COSECHA DEL 79.
No falla: cada vez que atravieso ese afluente asfaltado del Guadalete que es la Avenida de la Bajamar, la mirada se me va volando hacia una de las ventanas de lo que un día fue la Casa de las Cadenas, ese palacio habitado por gente humilde al que la burocracia indocumentada le metió un día la piqueta.
Es pasar por allí, alzar los ojos hacia esa ventana luminosa de la memoria, y vuelvo a ver asomados, como en el verano de 1979, a un puñado de adolescentes amaneciendo juntos a la edad adulta, de la mano de Ángel Angulo, el cura del vespino, el franciscano rojo, rojiblanco del Athletic, para ser más exactos.
Nos reuníamos cada tarde de sábado en una habitación de aquella casa y, con Violeta Parra, le dábamos gracias a la vida, que ya por entonces nos había dado tanto. Teníamos quince años y algunas espinillas, y unas ganas locas de explorar el mundo, de instalarnos para siempre en aquel compromiso festivo que eran las Juventudes Franciscnas. “Serás hombre”, nos prometía un librito que aún conservo y que ayudó a Angulo a tejer, contumaz y paciente, la construcción de un nosotros. Un grano no hace granero pero ayuda al compañero. (En la imagen de la izquierda, de arriba abajo, Rafael Bermudo, Pepe Mendoza y Angulo; agachados, José Luis Capitán y Fermín Sande. Año 1985).
Recuerdo las mañanas de domingo de aquel verano, cuando partíamos andando de El Polvorista a la playa de Las Murallas, hijos del agobio y del dolor, aires de la alameda, la marcha de los enanitos, rock andaluz combinado con tinto y casera en La Chocita. Y la vuelta, extenuados y morenos, a la caída de la tarde. Era llegar a casa, ducharnos y volver a salir, ante las protestas airadas de mi madre, la fiesta guateque, aquella novia primera, los primeros cubatas, el tocadiscos susurrando que de amor ya no se muere. Pero era mentira: moríamos, y de qué forma, porque nada será lo mismo If you leave me now.
Han pasado más de treinta años. Casi sin darnos cuenta, por el desván desordenado de los recuerdos, aparecen rostros que no he vuelto a ver, anécdotas indelebles que nos siguen robando sonrisas, esfuerzos inocentes por adecentar el mundo, travesuras que inauguraron nuestro aterrizaje forzoso en el tiempo convulso de la adolescencia.
Disfrazados de izquierda a derecha, Angel Angulo, Isabel Ramos, Manuel Mengual, David Fernández, Manuel Barragán, Miguel Vallecillo y Pepe Mendoza. Monasterio de Montes Claros (Santanter), durante un encuentro del Movimiento Autogestionario Cristiano. Año 1987.
Tal vez lo mejor de lo que hoy somos se fraguó en aquellos maravillosos años en los que construimos lo que iba a ser verdad ya para siempre, con el póster de la película Novecento al fondo, el misterioso buzón de sugerencias, los campeonatos de ping pong, los bocatas del almacén de Manolo, la paciencia infinita de las vecinas que nos soportaban, Rosa y Pepa.
La primavera de la vida floreciendo, milagrosa, en aquella habitación desde la que tocábamos el Reino de los Cielos.
No falla: cada vez que pasó vuelvo a ver a aquellos quinceañeros construyendo la hermosa utopía de poner alegría donde hubiera tristeza, de llenar de fe las dudas, de convertirnos en un instrumento de paz, de cambiar la desesperación por esperanza. Entre las ruinas, sólo hay que saber escuchar, aún se oye al Padre Angulo rezando, por nosotros, la oración de San Francisco. (Textos: Pepe Mendoza).
ESCRIBE RAFAEL NAVAS, DIRECTOR DE DIARIO DE CÁDIZ:
“¡Muchachos, aquí hay marisco, aquí hay marisco!” De esta forma se expresaba, a grito pelado, el padre Angulo, cuando quería hacernos ver a sus alumnos que había algo importante, vital, en lo que nos estaba contando o leyendo. Ángel, era, es, un torbellino, puro nervio, todo carácter, y en el fondo pura dulzura. Acompañaba su torrente de voz con aspavientos con las manos y la cabeza, al estilo de Jesús Hermida, con quien competía en tupé. Pero, sin duda, el padre Angulo era, es, más auténtico. Acababas queriéndolo por cómo era, cómo decía las cosas, pero sobre todo porque daba ejemplo de lo que contaba.
Yo tuve la suerte de disfrutar de él de muchas maneras. Como alumno, en el Muñoz Seca, en un tiempo inolvidable; como amigo de mis padres, pues nos regalaba visitas que llenaban la casa de optimismo y alegría; y como futbolista, pues durante unos años tuve la oportunidad de jugar esos partidos en Sagrado Corazón (mi colegio) y en Vistahermosa con don Rafael Bermudo, Agustín Fernández, Enrique Bartolomé, Muñoz Repiso, Pepe Mendoza (la zurda de oro y la pluma de oro), Emilio Flor y muchos otros entrañables profesores, amigos todos. Confieso que daba miedo entrar al balón cuando lo tenía en sus pies, pues como buen defensa vasco repartía cera sin que se le moviesen las gafas y al grito de ¡¡¡Carrasclass!!! o algo así, parecía un guerrero en plena batalla cada vez que disputaba el esférico. Cuántas mañanas de sábado de futbito a su lado… Qué buenos ratos. Recuerdo que la primera vez que le vi con una camiseta a rayas verticales rojas y negras le dije: “Hombre, padre, no sabía que a usted le gustaba el Milan”. A lo que me contestó, no sin cierta indignación: “Pero qué dices, muchacho, esta camiseta es la del Arenas de Guecho”. Y es que luego me enteré que el padre Angulo fue futbolista en sus tiempos y que iba para estrella en el Athletic de Bilbao. Perdimos al predecesor de Goicoetxea pero ganamos a un cura grandísimo, a una persona buena que era, es, un santo. Gracias, San Mamés.
quisiera ponerme encontacto con f,angel angulo,alguien me puede decir como,se que esta en jerez
Gracias por este homenaje a una gran persona, que ha llenado de buenas enseñanzas a las personas que ha tocado, donde me incluyo, entrañable Padre Angulo ¡¡¡
Recuerdo por los años 75 así cuando hubo una gran huelga, mi marido por entonces era mi novio lo metieron en la cárcel por ir a comprar al merca jerez patatas y hortalizas para repartir entre los huelguistas. Fueron varios en una furgoneta y los cogieron la Policía y estuvo 17 días en la cárcel. Por aquel entonces fue cuando yo conocí al padre Angulo que vino a casa de mis padre a verme y a darme ánimos, y a decirme que mi novio estaba en la cárcel por una causa justa y solidaria y que me tendría que sentir orgullosa por ello. Nunca olvidare su cariño y su consuelo en esos momentos. GRACIAS PADRE ANGULO
Ito clemente
Me gustaria contactar con el Padre Angulo, como puedo hacerlo? Me urge bastante.. Gracias. Mi correo es betty.bp7@hotmail.com
REDACCION ha escrito: El teléfono del despacho de Ángel Angulo: 956856413.
POR FAVOR PUEDE ALGUIEN DECIRME LA MANERA DE CONTACTAR CON EL PADRE ANGULO ES IMPORTANTE,GRACIAS
Será un verdadero placer que nos veamos este verano despues de tantos años. Haré todo lo posible para que así sea.
Me hace muchísima ilusión.
Me ha enviado Milagros Gómez Benitez un reportaje tuyo sobre nuestro querido hermano y amigo común, Angulo. La verdad es que no sé si habrá sido con motivo de algún homenaje o que se quiere hacer un reconocimiento a su labor en nuestro querido Puerto de Santa María. Creo, Pepe, que se lo merece y te agradezco tus palabras de recuerdo a la labor de Angulo, desde los ya lejanos años 70. Que no por pasados y vividos son estupendos, (eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor), sino porque, en este caso, lo fueron por las circunstancias tan especiales que se vivió en aquella época, tanto eclesiales postconciliares, como políticas y sociales. Evidentemente que se evoluciona siempre, pero en aquel entonces, se aportó alegría y compromiso, ideales y generosidad, valores tan importantes y necesarios siempre, también hoy, en una renovación contínua hacia resurrecciones cada vez más límpias y auténticas, pues el corazón del hombre es engañoso y las decepciones también nos acechan. Pero Angulo puede ser una bandera que simboliza todo esto, con un compromiso mantenido y continuado, que se despliega sobe la sociedad portuense como en abanico, desde lo religioso, pastoral, social, lúdico etc... en simpatía y amistad, con el sello aúténtico de la fraternidad franciscana. Lástima que los tiempos hayan difuminado, un tanto, nuestra presencia en El Puerto. Espero que la vida nos dé la oportunidad todavía de mantener alguna amigable partida de cartas.
Gacias una vez más, y os deseo que todo vaya bien. Abrazos fraternos.
Miguel Vallecillo.
Franciscano.
No quisiera aprovecharme de un articulo dedicado al Padre Angulo para hacer de ésto un chat o un mesenger cualquiera pero me ha dado tanta alegria saber de ti (Chari) despues de, creo que mas de 25 años que no he podido evitar saludarte desde aqui. Como dice Pepe , avisanos cuando estés por el Puerto y me apunto a ese café.
Besos
¡Qué sorpresa, Chari Sansegundo! ¡Y qué de tiempo sin saber de ti! Dinos cuando bajas a esta ciudad que también es tuya (uno es, escribió alguien, de donde hizo el bachillerato) y nos tomamos un café juntos, esta vez mirándnos, y a la vez, viéndonos. Mi correo pmendoza1964@hotmail.com. Un beso.
Por fín algo sobre el padre Angulo, seguramente una de las personas que más me influyó en mi adolescencia.
Tengo buenísimos recuerdos de él cuando nos daba clase en las Carmelitas, despues en el instituto , y sobre todo del tiempo en JUFRA.
Por cierto leí el artículo de Pepe Mendoza hace ya algunos veranos y me llenó de alegría y nostalgia al verme reflejada en aquella panda de adolescentes.
Cuando regreso al Puerto todos los veranos miro a ver si os veo, pero no hemos vuelto a coincidir.
Besos para todos.
Fui de las afortunadas en ser alumna suya en el Muñoz Seca y me cuativó su forma de pensar y de ser , quizás fue de las personas que gracias a su ejemplo me animó a estudiar Derecho ,siempre decia que era el abogado de los"chorizos" .... además oficiaba las misa en el Cole Espirítu Santo... es una persona entrañable , y su labor callada en prisiones es impresionante....me ha encantado el artículo....de mayor quería ser una abogada como él....
Por fín, el merecido homenaje al Portuense de adopción más querido, un hombre bueno, del que muchas personas del Puerto tenemos entrañables recuerdos. Sus sermones siempre especiales, su entrega a los demás, sus clases, en la que la nota más relevante que recuerdo era su aguante a las pesadas adolescentes, su buena voluntad para que aprendieramos y aprobaramos y sobre todo, creo que su nota más característica es su humildad, su falta de arraigo a lo material, recuerdo áquel vespino destrozado, que no sé ni como andaba, allá iba él, saludando a todo el mundo, con su gran simpatía y su voz enérgica. Un beso y gracias por lo que me enseñaste Angel.
Manuela Callealta
Una persona exraordinaria: Recuerdo sus clases de Religión en el Colegio de Las Carmelitas y después las de Historia en el Instituto Pedro Muñoz Seca:, y su cara cuando un día un grupo de motos le escondió su Vespino (azul ¿no?)
Tambien tuve la suerte de estar en JUFRA, y son recuerdos y vivencias que nunca olvidaré.
Que gran persona Angulo, como decis alguno por ahi, de ese tipo de personas elegidas que dejan huella allá donde pasan.
Un saludo Andres, y en cuanto a Pepe, genial el articulo, antes de ver la firma ya imaginaba que era obra tuya. Enhorabuena.
Tuve la suerte de estar en la JUFRA, cuando los cimientos de nuestra la vida empezaban a cuajar y nunca olvidaré su serenidad y sabiduría. Aunque no compartamos la fe, tengo grabado en el corazón y llevaré a la práctica todo lo que me sea posible, la oración de San Francisco “donde haya odio ponga yo amor…” Gracias.
Recuerdo al padre Angulo en clase, en el instituto Pedro Muñoz Seca y venían a verles sus clientes medio llorando con los casos que el llevaba y salia de la clase a atenderles, a tranquilizarles e incluso a darles dinero.
Así era el padre Angulo, y espero que lo siga siendo.
Qué gran persona, qué gran maestro, qué gran abogado.... para mí el Padre Angulo es GRANDE.
buena gente, tuve el privilegio de ser su alumno en el bachillerato
Una de las personas más buenas que he conocido. Por eso lo eligió el Señor.
Que mal genio tenia pero que gracia dando clases
me está llevando mi caso XD me harto de reir con él. me encanta cómo habla, tiene una voz muy grave y muy agradable de escuchar
Me alegro de que no os hayáis olvidado del Padre Angulo. Recuerdo los partidos el día de Santo Tomás de aquino entre Santo Domingo y Pedro Muñoz Seca...siempre con su camiseta del Athletic...el tipo de persona que deja huella para siempre
Escribe uno al que esa cara no le suena de nada, no tuve el gusto de conocerlo por mas que quizas me haya cruzado con él en el 75 ó 76 cuando estudiaba en la SAFA del Puerto. Cierto, su cara no me suena de nada, su corazón sí, y mucho. Y me ha encantado tambien la forma, la narración en que este hombre, Pepe, la ha contado. Te hace que te suene su corazón, aunque la cara no te suene de nada. Enhorabuena a Pepe y enhorabuena por la página. Un roteño. Javier
Excelente persona , prodigiosa memoria , pasaba lista una sola vez y no fallaba , ya se habia quedado con el nombre y cara de cada alumno.
Lo recuerdo con su vespino , eran una imagen entrañable , sus andares desgarbados , tan peculiares .
Y tambien lo recuerdo de aquellos maravillosos años de " las montañeras de santa maria", cuantas vivencias inolvidables.
Todos recuerdos de una adolescencia ya lejana, pero siemtpre presente, por todo esto gracias por todo Angulo. Un beso