La imagen de Ntra. Sra. del Dolor y Sacrificio, a su paso por los desaparecidos 'palos' de la Calle Cervantes o Lechería (*). (Foto: Rafa).
Tú y yo sabemos, Virgen, por qué no iba a verte pasar ‘por los palos’, allá por Cervantes arriba, la noche del Martes Santo.
Pero quisiste que fuera una vez y lo hice. Fui con el animo dispuesto a presenciar una cosa más de nuestra Semana Santa, la pericia de unos improvisados costaleros al hacer bajar tu imagen y alzarla después, ante aquel obstáculo providencial, así lo creo, con que se encontraron los ‘nazarenos’ en su primera salida.
Pero no fue esto lo que yo vi; no fue tu imagen formando una Cruz, madero vertical, con los travesaños de la calle. Te ví a Tí misma, Virgen, en la plenitud de tu Sacrificio, con toda la grandeza de tu Dolor.
No fue tu imagen, no fueron ‘tus nazarenos’ los que te bajaron, fuiste Tú misma la que descendiste a lo más empinado de la calle, para acercarte a nosotros, a mí, para que viviésemos contigo el sublime momento de la Redención, para la que tu aportación fue, a mi humilde entender, necesaria.
Sacrificio, Dolor y Resignación se reflejaban en tu divino semblante, y aquellos tres palos de la calle, me recordaron las tres cruces del lugar más santo de la tierra; y al estar entre ellos te vi a los pies de la Cruz; del centro, la Redentora, la que hizo que la cumbre del Gógota sea ‘vista’ desde todos los lugares del mundo.
Yo te vi así; pura realidad; me di perfecta cuenta de tu Dolor y me avergoncé de pensar en el mío; vi con toda claridad tu Sacrificio y comprendí lo poquito que tengo de Cirineo, y a llegar hasta mi tu Resignación, comprendí, más aún, la generosidad del Redentor.
Que yo creí que aquello de la calle Cervantes, era una cosa más y que fue para mí una cosa única.
Yo te vi así, ¡Gracias Virgen!
(Texto: José Lucas Morillo León. Revista Cruzados. Año 1966).
(*). "La calle Cervantes o Lechería, también se denominó 'Calle de los Gitanos'. La colonia de los gitanos se encontraba en 1704, mayoritariamente, en la calle Lechería. También se concentraban un grupo en la calle la Yerba, con los topónimos de Sorteño o Espartera, nombre de la época parra la parte más alta de la calle Ganado". (Juan Leiva Sánchez).
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No paraste Cautivo en su ventana
La enrejada y umbrosa en Lechería
Do el apóstol más silente de mis días
en penumbra, impaciente te esperaba.
Olvidose esta vez tu nazareno
de brindarle dos claveles de tu paso
Y la esencia milagrosa del sagrado
no impregnó con nueva savia sus anhelos.
¡Abre Pedro esas puertas celestiales!
Que por ellas ha de entrar un hombre bueno.
¡Abre Pedro!... a mi bien amado Padre
Y el clavel que no tuvo, bríndaselo.
Que a la vuelta del Cautivo por Cervantes
a su apóstol no hallará detrás del cierro.
A Francisco Aguilar Orihuela. En memoria.
He vivido en esa casa muchos años ,y a pesar de eso no tuve la suerte de verlo. por lo que me cuentan era impresionantey supongo que espeluznante.Hace algunos años hubo un capataz que al pasar por la casa a la altura de su placa conmemorativa,agacho a la Virgen y fue increible muy emotivo y emocionante ya que su vez tocaban en solo de trompeta ,y alguien cantaba . Fue SUBLIME.Lastima que al cambiar de capataz ya no volvieramos a verlo y nos quedaramoscon nuestrto gozo en un pozomuy decepcionados .La trompeta sigio emocionandonos unos años mas pero algo tubo que pasar para que este buen hombre dejara de ir a rezarles con su trompeta.Pudiera ser que mientras tocaba no le pararan las imagenenesy se sintiera dolido, o simplementepor motivos personales .QUE PENA.
Por aquella epoca tambien recordar que cogia por la calle Zarza,cuando el asfalto era de chinos peluo(como se decia) y entraba por la calle Espelete y los vecinos barrian la calle y ponian bombillas en las puertas para alumbrar el barrio, y en la Destileria Galloso se montaba una especie de capilla con cuadro de un cristo crucificado adornado de flores, y cantaba saeta Antonio Cruz de Puerto Real, gran saetero, y los hermanos nazarenos aprovechaban para hacer sus necesidades algunos y otros para tomarse una copa de fino. su horario de paso casi siempe era la 1 o las 2 de la madruga.
mucha razón Jose Luis, el Martes santo es de lo más bonito que hay en la Semana Santa del Puerto, Cerillitos con su cruxificado y Dolor y Sacrificio con su Virgen
lola espinosa te recomiendo de verdad la del " el olivo " en la plaza de la carcel " alli es un sitio muy famoso esa procecion espero la veas y disfrutes de ella
no lo dudo jose luis pero la de hoy martes en la calle cervantes no nos lo perderemos,,,
Para mi, sin menospreciar a las demas que todas son muy lindas, pero la de hoy martes la del Dolor y Sacrificio y la Misericordia, sin dos hermanades dignas de ver, por el contraste de la expresión plastica en la calle, dos estilos diferentes.
yo, aun no he podido ver ninguna procesión. El miércoles iré a ver algun paso. alguien me quiere aconsejar cual es la mas bonita. Gracias.
yo lo he visto y lo he vivido, he salido de penitente tras esta virgen, una de las procesiones mas bonita de la semana santa portuense. Del cristo decir lo mismo una de la imagenes mas bellas de un cristo que he podido ver, os recomiendo disfrutar de ella.
¡Parece que fue ayer y han pasado ya 51 años! Me acuerdo que la primera vez que salíamos José Luís Poullet (q.e.p.d.) hizo el recorrido antes de publicarlo y cuando nos reunimos para hacerlo definitivo dijo todo el recorrido está muy bien, que sólo había un problema de unos palos que habían apuntalando una casa de la calle Lechería, pero que la Virgen pasaba bien. Cuando llegamos a la mencionada calle, yo iba con farol junto a la Cruz de Guia, con José Luis Lopez Franco y nos miramos sin decir nada pero pensamos los dos lo mismo ¡por ahí no pasa la Virgen!. En efecto eso pasó que cuando Manuel Girón, capataz del paso en aquella ocasión y muchos años después, se dio cuenta que iba a ser muy dificil pasar y ordenó a los "cojinetes", que así llamabamos al grupo que llevaba el paso en ese momento, se echaran el paso a los brazos para bajarlo y ni así pasaba. Entonces hubo que poner al paso casi en el suelo y las manos de los cargadores casi rozaban en el pavimento. ¡Que momentos más angustiosos! y entre tanto uno del barrio cantaba una saeta por martinete, en la misma casa que estaba apuntalada, que ponía los pelos de punta.