El Colegio de San Luis Gonzaga, el llamado Colegio Grande de la Compañía de Jesús, de El Puerto de Santa María, debiera ser el Colegio de los poetas.
Siempre se acude a citar a los consagrados Juan Ramón Jiménez, a Fernando Villalón, a Rafael Alberti y a Pedro Muñoz Seca. Pero se olvida a un poeta, grandísimo poeta, que se formó en las aulas portuenses. Se trata del hijo del Marqués del Valle de la Reina y de la Condesa de Gómara.
¿No me diga Vd. que no ha reconocido en esos títulos nobiliarios a un preclaro poeta que le es familiar desde que la radio no tenía transistores, sino lámparas y una funda de cretona y nada más que se oía el "parte" y aquellas canciones que se llamaban "Amante de abril y mayo"; "¡Ay, Maricruz!; ¡Ay, pena penita, pena!; Callejuela sin salía; Capote de grana y oro; Candelaria la del Puerto; La Caramba; Como a nadie te he querío, Con divisa verde y oro, Coplas de Luis Candelas; Dime que me quieres; Doña Soledad; Francisco Alegre; La Chiquita piconera; La niña de la estación; La Loba; Lola Puñales; Mañana sale; María de la O; No me quieras tanto; Ojos verdes; La Parrala; Picaíta de viruelas; Rocío, ay mi Rocío; La otra; Romance de la reina Mercedes; Romance de valentía; Tatuaje; Tengo miedo; Triniá; Tus ojos negros; Y sin embargo te quiero; Yo soy esa; La Zarzamora...?
Pues cubierto por esos títulos nobiliarios, está el apellido de León, el de Quintero, León y Quiroga. Es decir: Rafael, María, José, Jerónimo, Doroteo, Alberto, Melchor, de la Santísima Trinidad, la Inmaculada Concepción y los Sagrados Corazones de Jesús y de María, de León, Arias de Saavedra, Manjón y Pérez de Vargas, que nació en Sevilla el 6 de febrero de 1908 y murió en Madrid el 9 de diciembre de 1982.
Fachada del Colegio San Luis Gonzaga que da a la Plaza del Ave María, con las araucarias recién plantadas.
La redacción de la Revista del Colegio de los Jesuitas. El lcuarto por la derecha, de pié, es Rafael de León. El segundo por la izquierda, de pie, es Luis Suárez Rodríguez. También aparece en la fotografía, el jerezano Jorge Marenco. (Foto Archivo LSA).
No tengo que decir la fama, justa, de que gozaba el Colegio de San Luis. De toda Andalucía y de parte de Extremadura y aun de bastantes partes de España, se acudía a poner a los hijos internos en este emporio de la docencia y el saber de aquel tiempo.
Desde 1916 hasta 1923 Rafael de León está como alumno interno en el Colegio de los Jesuitas portuense. Y pocas veces he oído hablar de Rafael de León formado en las aulas portuenses, si no fuera porque mi padre fue condiscípulo de él y con él y con algunos otros alumnos, entre los que se encontraba el jerezano Jorge Marenco, en la redacción de una revista que los colegiales hacían, de cuyos contenidos nada se conoce. No sé si porque los Jesuitas de El Puerto cerraron en el curso del 1924 y se dispersaron los alumnos, la mayoría, a los Marianistas de Jerez, el caso es que Rafael de León pasó ese curso a los Jesuitas de Villasís, en Sevilla, externo; después a los Jesuitas del Palo, en Málaga y, finalmente, salió bachiller en los Salesianos de Utrera.
Así que, desde los ocho años hasta por lo menos los quince estuvo Rafael de León, encerrado en el Colegio de El Puerto.
El curso completo en el que Rafael de León recibió clases. 1º de la fila segunda de arriba a abajo, José Joaquín Muñoz Bela. 1º de la misma fila por la derecha, Carlos García Gil el gran caricaturista. Fila primera por arriba, a 2º a la derecha Rafael de León. 1º a la dercha a su lado Ramón Jiménez Loma. Luis Suárez Rodríguez 3º por la izquierda sentado. 2º sentado por la derecha, Luis Muñoz y Muñoz, padre de Marisa Muñoz, casada con Jacinto Cossi. (Foto Archivo LSA).
Estudios de la Tercera División del Colegio San Luis Gonzaga.
En 1926, en octubre, lo mandan a Granada y allí estudia Derecho.
Lo demás, se mezcla entre la bohemia, la crápula, la canción, el salón de variedades, los lupanares, el teatro, el triunfo y la apoteosis. Y en todos los ámbitos brilló y los llenó con su poesía cantada, entroncada a las más pura tradición española.
Y lo cantaron, entre otros muchísimos, Miguel de Molina, Maruja Tomás; Amalia Isaura; Blanquita Pozas, Miguel Ligero, Conchita Piquer, Lola Flores, Juanita Reina, Manolo Caracol, Conchita Martínez, Paquita Rico, Luisa Ortega, Carmen Morell, Pepe Blanco y hasta Nino Bravo o Raphael; y Rocío Jurado, Isabel Pantoja o María Vidal... y, para colmos, "Centellas". Nunca hubo ni habrá poeta más cantado, ni más repetido. Tanto, que cuando obtuvo su primer resonado éxito con "Rocio", era una constante que en los anuncios por palabras de los periódicos se solicitasen empleadas domésticas que no conocieran la canción "Rocío". Y es que las tatas, las muchachas de servir, las de cuerpo de casa, cocina y lavadero, las de las plancha y las del repaso de la ropa, las mandaderas,... eran unas auténticas sinfonolas que atronaban las casas, las manzanas y los barrios con las canciones de Rafael de León, mientras realizaban las tareas del hogar.
Dígame Vd. si está bonito que, cuando Vd. abre puertas, ventanas, balcones y celosías de su casa, lo que le entra, ahora, son los ruídos de las motos con escape libre. Pues antes, no entraba, sino que salían, por puertas, ventanas, balcones y celosías, las melodiosas notas de "Ojos verdes", o de "María de la O". Una delicia que impregnaba el ambiente de relatos de historias teñidas con ingredientes dramáticos, pasionales, folklóricos, equidistantes entre el neotradicionalismo poético, el cante flamenco, la zarzuela, la revista, los cuplés y las variedades.
Ahora que parece que la copla resurge, que se vuelven a cantar los temas de Rafel de León con nuevos bríos, no está de más recordar que sus comienzos literarios y su formación primera los tuvo en El Puerto, en el colegio de San Luis , el colegio de los poetas. (Textos: Luis Suárez Avila).
Estoy interesado en contactar, de forma particular, con LSA. Busco información sobre el Colegio San Luis Gonzaga del Puerto de Sta. María, de los años anteriores a 1925. Y dado el conocimiento que tiene de este colegio, su ayuda, sería de gran utilidad. Aquí les dejo mi c.e. que podrán facilitarle. Gracias.
P.D. Enhorabuena, por su Blog que acabo de conocer, esmuy bueno.
Por lo que veo y compruebo, no solo se omite el nombre de Rafael de León como alumno y poeta del colegio San Luis Gonzaga, sino que también se le omite como poeta de la "Generación del 27".
Los cursos, en el Colegio de San Luis, estaban divididos, valga la redundancia, en "divisiones", como el ejército romano. En las clases de latín había dos bandos, de cartagineses y romanos, para competir, a ver quiénes lo hacían mejor. La "divisiones" tenían sus salones de estudio y sus clases. Las divisiones equivalían a cursos.
¿Qué tendría ese Colegio para haber engendrado a tanto poeta?
Yo no sé si encontrar una explicación satisfactoria en los rigurosos libros de texto de métrica y preceptiva literaria, de historia de la literatura, de comentarios de textos, de antologías literarias, impresos en la propia Imprenta del Colegio o en la portuense Imprenta de Leal, que conservo de mi abuelo y de mi padre.
¿Sería por los certámenes literarios que se organizaban entre los escolares?
Decididamente hay que llamar al Colegio de San Luis, el Colegio de los poetas. Pero también el de los científicos, el de los descubridores, el de los artistas, el de los militares de raza...
A un profesorado muy capacitado compuesto por sacerdotes de la Compañía y algún laico, se unían el impresionante gabinete-museo de Historial Natural, que se nutrió de especies autóctonas y de las que los misioneros jesuitas enviaban desde todas las partes del mundo; la colección de malacología; el repertorio completísimo de minerales...; los gabinetes y laboratorios de física y de química; la biblioteca, con sus salas de lectura y sus anaqueles dispuestos en dos pisos con escaleras y balconada corrida; el gran salón de teatro, con su escenario dotado de una tramoya que para sí la hubieran querido otros espacios escénicos públicos; el gimnasio; el cultivo de deportes, como la esgrima, e incluso el fútbol, el tennis o la pelota vasca, los juegos de recreo y hasta la equitación o, alguna vez, una corrida de becerros; los textos escolares de ciencias, historia, arte... los Altas de Historia de España y de Historia Universal, editados por el Colegio, que fueron de mi padre y que todavía consulto como obras imprescindibles ante cualquier duda... Y los métodos de enseñanza que combinaban la teoría con la práctica y la competitividad –las clases de latín con sus dos bandos de cartagineses y romanos-, o algunos medios impensados como las máquinas de escribir con caracteres griegos para los ejercicios de esa lengua... Todo eso –y aún más--, lo convirtieron en un colegio excepcional que comenzó su andadura en 1865 y terminó, como tal, en 1924. Algunos avatares, como su dedicación a noviciado de la Compañía de Jesús, o haber sido “hospital de sangre”, de los moros, durante la guerra civil, y otra vez noviciado, terminaron por, en los años 1960, convertirlo, de nuevo, en internado para acabar por ser un complejo ejemplar –SAFA-San Luis--, de colegio mixto concertado.
Bernardo Rodríguez Caparrini ha estudiado, con mucho acierto y dedicación, en diversos artículos y libros, a los que me remito, la historia, la actividad docente del Colegio de San Luis, sus alumnos, el profesorado, el personal... Todo rayaba en la excelencia.
Siempre se citaron, como escolares poetas de San Luis Gonzaga, a Juan Ramón Jiménez, a Fernando Villalón, a Rafael Alberti, a Pedro Muñoz Seca, a Dionisio Pérez... Nunca sonó el nombre del alumno poeta Rafael de León.
El colegio de los poetas y el de los sinsabores. Realicé allí los estudios de primaria y recuerdo el trato que los curas dispensaban a unos y a otros alumnos. Si tu padre era camarero (como a mucha honra lo era el mio) ni te miraban, sin embargo si tenías apellidos (Osborne, Terry, Grandes Lasaleta, etc, etc) o tenían dinero, disfrutaban de muchísimos privilegios. Recuerdo a uno de los curas le decían "el caniche" por lo que se arrastraba con los alumnos de "1ª división". También recuerdo que amigos de los de "pasta" decirme el lunes por la mañana que el Padre tal o cuál había celebrado misa en el jardín de su casa.
He pasado muchas alegrías en San Luis, pero que conste que muchos sinsabores, así que ya que soy padre (pero de los de verdad y no de sotana) mis hijos van a un Colegio Público aunque por supuesto gracias a Dios (o a quien sea)las cosas han cambiado en el trato, pero en el fondo siguen siendo unos clasistas.