El 12 de marzo de 1969, hace cuarenta años, salía a la calle el número 3000 de Cruzados. Se celebraba con una edición extraordinaria su trigésimo aniversario. Nadie podía imaginar que el día 12 de marzo de 1969 quedara marcado para la historia de El Puerto por la desaparición de Cruzados. Su número 3001 de fecha 19 de marzo de 1969, aunque se imprimió, nunca salió a la calle. Fue secuestrado por la Delegación Provincial de Información y Turismo cuyo delegado aquel entonces en Cádiz era Rafael Landin Carrasco, a quién dos años mas tarde, la Corporación Municipal, por su colaboración en la campaña de solidaridad con los porteños desfavorecidos “Navidad con Amor”, le concedía la medalla de oro…
On the 12th of March 1969, forty years ago, edition number 3000 of Cruzados was published. It celebrated its three thousandth anniversary with an extraordinary edition. No-one imagined that the 12th of March 1969 would be etched forever in the history of El Puerto due to the disappearance of Cruzados. Its edition number 3001 on the 19th of March 1969, although it was printed, was never published. It was kidnapped by the Provincial Office for Information and Tourism whose delegate at that time in Cádiz was Rafael Landin Carrasco, who, two years later, would receive the gold medal for his collaboration in the solidarity campaign with less fortunate porteños “Navidad con Amor” (“Christmas with Love”), awarded by the Municipal Corporation…
La editorial de este último número empezaba así: "Treinta años y nuestro numero tres mil. ¡Cuantas sugerencias, cuántas consideraciones, lectores amigos, con tal motivo! En esta ocasión, Cruzados ya ha cumplido esa treintena cargada de sacrificios, desconocidos, por la mayoría; pero que están pletóricos como en cortés desafío a los muchos inconvenientes de todo orden, de los que, bien es verdad, nunca estuvo exenta de publicación, dispuestos a servir de empuje o palanca tremenda que, una vez más, remonte al periódico, lo deje en su sitio y siga siendo acogido, conocida la benevolencia de los lectores, con la mejor simpatía y afecto." (Para leer el texto completo pulse en los comentarios de esta nótula).
Dos importantes secciones de Cruzados: ‘El perfil de la semana’ crónica sobre El Puerto, escrito por Manuel Sánchez, y Sánchez ‘Zutanito’ y ‘Por la calle de en medio’ de Juan Ignacio Varela Gilabert. (En la fotografía, Manolo Sánchez y Juan Ig. Varela, la primera perteneciente a la coleccion de Manuel Sánchez Cerdá y la segunda a la coleccion de Vicente Gonzalez Lechuga).
Cruzados fue una publicación de la Acción Católica, asociación pública de fieles que tiene su origen en el mismo seno de la Iglesia católica fundada por el Papa Pío XI en 1922. Estuvo durante el tiempo anterior a la Guerra Civil fuertemente vinculada con los movimientos de acción social, sin embargo, con la escalada de la Guerra, en claro contraste a su trayectoria anterior, toma otros derroteros de carácter exclusivamente espiritual, a pesar de que la idea no fuera compartida por muchos sacerdotes rurales y urbanos que convivían día a día en medio de un pueblo con las heridas recién abiertas.
Nace así, bajo esta consigna impuesta, Cruzados, cuya portada de su primer número de febrero de 1939 es prueba indiscutible de su temática, mensaje y de devoción por las directrices de la Iglesia. Por ello de ninguna manera pudo ser la solución y ocupar el lugar de la desaparecida Revista Portuense, fundada por el periodista natural de Grazalema y porteño de adopción, Dionisio Pérez Gutiérrez. (En la ilustración, la portada del primer número de Cruzados, en 1939, hace setenta años justos).
Cruzados, de carácter mensual hasta que iniciados los años 40 se convirtió en bisemanal, circulando los miércoles y sábados, informaba sobre acontecimientos religiosos, ‘culturales’, cartelera de cine, farmacia de guardia, anuncios y edictos oficiales de la época así como de los bautizos, bodas, comuniones y óbitos de los suscriptores y familias relevantes de la ciudad.
UNA NUEVA ETAPA EN LA PUBLICACIÓN.
A principios de los años sesenta, las reformas provocadas en la Iglesia por el Concilio Vaticano II se hacen notar y Cruzados ante la necesidad de mejorar un servicio público y promover una comunicación de acción social da por concluida una etapa, comenzando a asomar lentamente otra nueva. No fue fácil sin duda publicar una más amplia información local, que ahora sí cogía el relevo de la Revista Portuense, ya que si complicado era conectar con todos y cada uno de los colaboradores, más difícil resultaba coordinar los pasos que cada día se iban dando. Me estoy refiriendo a que gracias a la amistad el compañerismo e ilusión de un grupo de porteños con gran constancia y, sobre todo, la magnifica labor de un periodista excepcional como fue Agustín Merello del Cuvillo, permitieron hacer realidad lo que por aquellas fechas era impensable.
NUEVAS SECCIONES
- ‘Carta de Madrid’ sección de Francisco Pérez Pastor, embajador de El Puerto en la capital donde nos daba su opinión de los acontecimientos desde su óptica personal
- ‘La Voz del Pobre’, sección que llevaba adelante los hombres de Acción Católica donde se daba cuenta de las situaciones mas necesitadas, solicitando la solidaridad de los porteños-
- ‘En la grada y sin pasión’, parecidas a las fintas callejeras de Agustín, su autor, dedicadas al futbol. A las crónicas taurinas y deportivas, especialmente al futbol base, se les dio en los últimos años una gran cobertura.
- 'Nuestros suscriptores opinan' Entrevistas a los más antiguos. (Para leer las entrevistas pulse en los comentarios de esta nótula).
La sección ‘Nosotros el mundo’ era conducida por José Ignacio Buhigas Cabrera. Se trataba de breves comentarios sobre información internacional que grababa de los distintos partes informativos de la radio y posteriormente tecleaba para su publicación. Años más tarde la recuperarían Agustín y Pepe Buhigas para Diario de Cádiz, permaneciendo dos años como sección en las páginas de Diario de Cádiz. Las trágicas muertes de Martín Luther King y Robert Kennedy en abril y junio de 1968 respectivamente, fue el gran referente para crear la sección ‘Nosotros el mundo’. No les daría tiempo, por el cierre prematuro, del medio, de contar la llegada del hombre a la Luna. (En la fotografía, José Ignacio Buhigas Cabrera, en una fotografía perteneciente a la colección de T.S.C.)
AGUSTÍN MERELLO, EL ALMA DE LOS ÚLTIMOS CRUZADOS.
Si bien es cierto que la Junta Interparroquial de Acción Católica del postconcilio compuesta por: Domingo Luis Renedo Fernández, José Adame Vázquez, Manuel Buhigas Cala, Rafael Caballero Bonald, José Luis Álvarez Sevilla, Antonio Ojeda, Rafael Tejada, Vicente Terrada, Manuel Lagares y Antonio del Cuvillo Jiménez, que figuraba como Director de la publicación por ser Presidente de Acción Católica, favoreció que un grupo de colaboradores formado por personas de distintas edades y de las más diversas condiciones sociales como estudiantes, trabajadores, profesionales y jubilados, capitaneados por el cariño y la entrega de un hombre como Agustín Merello, hicieron posible que una Hoja Parroquial se convirtiera en un medio de comunicación social. El cierre de Cruzados supuso para todos un duro golpe y de manera especial para Jesús María Serrano, que desde niño se impregnó del olor de la tinta y de los ajetreos de la imprenta pero cuya corta edad impidió ver sus versos y poemas en las páginas de Cruzados. (En la fotografía, Agustín Merello del Cuvillo, imagen perteneciente a la colección de Kitty Pastor).
‘Fintas callejeras’ sección de Agustín Merello y que colaborara también en su confección José González Montaño. Una de las secciones más temidas por los cargos públicos y religiosos de aquella época. Comentario con cierta acidez sobre las injusticias sociales y olvidos de los munícipes del Ayuntamiento. Se daban prisa en solucionar desde la Corporación Municipal los desaguisados, como por ejemplo las Fintas Callejeras del último número: ‘Más que nuestra veterania, más que nuestra estadística, quisiéramos conmemorar nuestra eficacia’ ‘Y ahí le duele; o no conseguimos hacernos oír, o nuestra voz es tímida o… tal vez abunden mucho los sordos’ ‘Algunos, hasta pensarán que estamos de luto; pero no lo crean: las apariencias engañan.’ Esta última Finta Callejera, sin pretenderlo Agustín, fue una premonición de lo que iba a suceder una semana después.
PERSECUCIÓN.
El autor de esta nótula, Antonio Carbonell, recibió en su domicilio la visita de la ‘autoridad competente’ que por aquel entonces desde las altas esferas, locales y provinciales recibieron las oportunas consignas debido a que varios artículos, entre ellos, ‘Fintas callejeras’ ‘La Propiedad’ (Para leer el citado artículo pulse en los comentarios de esta nótula) y ‘La acción que se debe emprender’, no se ajustaba a las pretensiones de los mandamases. Además del susto para su familia no sucedió nada más que lamentar salvo que secuestraron el ejemplar que no vio la luz. Así que las Fintas callejeras de Agustín y el artículo de opinión ‘La acción que se debe emprender’ nunca vieron la luz’. Pudo ser la gota junto a las Editoriales que puso fin a Cruzados. Tenia entonces 17 años y solo para escribirlos el autor se basó en los Principios Morales para una Deontología del Periodista, escrito por Pablo VI y publicado en Cruzados el miércoles 26 de febrero de 1969, a las que se vinculó y siempre llevo a gala el recordado periodista Agustín. La opinión de los comentaristas en sus distintas secciones jamás fue censurada por Agustín. Todo lo contrario. Llegado a este punto también el bueno de José González Montaño, hermano de los sacerdotes Antonio y Ramón, ayudaba a Agustín en la corrección de cualquier descuido… (En la fotografía de la época, Antonio Carbonell López).
COLABORADORES
En esas tres décadas de Cruzados, colaboramos: Luis Suárez Rodríguez, Francisco Pérez Pastor, Enrique Moresco Muñoz, José Luis Péculo Utrera, Manuel María Pérez Sánchez, Joaquín Valdés Sancho, Juan Ignacio Varela Gilabert, Manolo Sánchez, ‘Zutanito’; Domingo Roa Duvige, ANFENOL Eloy Fernández Lobo, Antonio Chamorro, Antonio Pérez Ruiz, Antonio Rodríguez, ‘ANROLO’; Antonio Ramírez, Javier y Jaime Renedo Varela, Francisco Gálvez Renedo, Diego Utrera Sánchez, José Ignacio Buhigas Cabrera, José González Montaño, Rafael Morro, Manuel Nimo Gutiérrez, R. Martínez, Javier Camacho, Juan María Ramírez Cuenca, M.C.M e Inés Monguíó y además José Luis Tejada, Augusto Haupold, Sebastian Castillo Gúelfo, Hipólito Sancho, Juan Lastra, Manuel Martínez Alfonso, Enrique Bartolomé, José María García Máiquez, Luis Suárez Ávila, Juan Bermúdez Tejada, Caballero Bonald, Agustín Merello del Cuvillo…
LA IMPRENTA DE DOMINGO RENEDO: IGDAG.
Pero sobre todo gratitud, sin ningún género de duda, de la misma manera que lo hubiera hecho Agustín Merello, a IGDAG, la imprenta donde se editaba Cruzados, de Domingo Luis Renedo Fernández, a quien en mas de una ocasión le costó el dinero que Cruzados saliera a la calle. Y como no, a José Fernández, Eduardo Maza Carmona, Vicente Utrera Caro, Antonio Albaiceta Revuelta José Cabrera, Antonio Pérez, Antonio Rodríguez López y los Gravan, padre e hijo, cajistas, maquinistas y personal de IGDAG que hicieron también posible ‘Treinta años y nuestro número tres mil’.
Merece también mención especial la labor realizada por la Emisora Radio Puerto. Emisora del Instituto Laboral que, como primer vinculo de comunicación social de El Puerto a través de las ondas, fue un referente para el conjunto de colaboradores de Cruzados. Vaya desde aquí nuestro reconocimiento a María Pepa Nogues, Juani Briceño, Juanita Salas, Hortensia Renedo, Joaquín Calero Muñoz, Luis Sánchez Pérez y a José Lucas Morillo León, el primer locutor de la Emisora. (En la fotografia: Domingo Luis Renedo Fernandez, fotografiado unos días antes de su fallecimiento, poco antes de cumplir los 68 años de edad. Pertenece a la coleccion de Hortensia Renedo).
APOYOS PUBLICITARIOS.
Además de los colaboradores, articulistas y reporteros, Cruzados contaba con una reducida cartera de clientes que se anunciaban en aquella década de los años sesenta. Se superaban en los suplementos dedicados a la Patrona que gracias a ellos se financiaban. ‘Muebles metálicos García Aspera’, ‘Fernández Prada-Seguros Generales’, ‘Frutería Casa Lolete’, ‘Cuvillo, Fino C, Oloroso Sangre y Trabajadero’, Salvatierra Radio’, ‘Osborne’, ‘Asesoria General de Empresas Jiménez’ ‘Transportes Viuda de Requejo’… Antonio Carbonell Lopez.
UN ARTÍCULO DE ENRIQUE BARTOLOMÉ: A LOS BARQUEROS.
El pasado jueves, cerca del mediodía, tuve ocasión de presenciar como, un muchacho en trance de ahogarse en el Canal, era salvado por la rápida y eficaz intervención de unos barqueros. El hecho no es nuevo. Diríamos que es algo que se repite con frecuencia todos los veranos. Diríase también que la cosa carece de importancia, que cualquiera es capaz de auxiliar a un semejante que esté en peligro. Tal vez. Pero el caso es que, providencialmente, los barqueros ‘estaban allí’, como están en otras muchas ocasiones. Y es que por ‘estar allí’ una persona salvó su vida. Sin pensamos un poco, la cosa nos parecerá mas importante de lo que habitualmente nos creemos. Invito a los lectores a que lo hagan. (30 de julio de 1965). (Para leer el texto completo pulse en los comentarios de esta nótula). (En la fotografía, Enrique Bartolomé Colección E.B.L.)
EL CRUZADOS QUE NO VIO LA LUZ.
Portada de Cruzados del día 19 de marzo de 1969, que fue secuestrado por la Delegación Provincial de Información y Turismo y no llegó a ver la luz. A partir de ahí la publicación dejaría de existir, tras treinta años de cita con los lectores, en su número 3.000.
El autor del artículo y la dirección de Gente del Puerto quieren agradecer la inestimable colaboración prestada por José Ignacio Buhigas Cabrera, Archivero Municipal del Ayuntamiento y colaborador de la Revista Cruzados, así como a Manuel Sánchez Cerdá, Kitty Pastor, Hortensia Renedo y Enrique Bartolomé Jr., quienes nos han facilitado el material gráfico que ilustran esta nótula.
A mi amigo Eloy, con cariño y sin ninguna acritud, disiento de tu opinión al referirte a la censura de una de tus colaboraciones. Y digo todo esto porque a mi entender jamás fue censurada la opinión de los colaboradores de Cruzados durante su última etapa. Si bien, es cierto que, en algunas ocasiones, Agustín Merello, debido a la extensión de los escritos, consultaba y solicitaba a los interesados que recortara parte del texto con el fin de que la información y todas y cada una de las colaboraciones pudieran ajustarse al poco espacio del que contaba la publicación. Sin ir más lejos, de ser así, el artículo de opinión, ‘La propiedad’, que aparece arriba en los comentarios de esta nótula, no hubiera salido publicado el día 5 de marzo de 1969.
Para Jesús Mª Serrano: He pasado tu mensaje a J. Ignacio a la dirección del Archivo: archivo.municipal@elpuertosm.es - Aprovecho para confirmarte mi asistencia el jueves.
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A mi estimado y entrañable amigo Antonio (Carbonell).
¡Qué recuerdos!, mejor dicho, ¡qué cascada de recuerdos!.
El amigo Antonio me ha hecho dos regalos seguidos; el primero al enviarme los archivos de dos artículos míos publicados el año 68 en "Cruzados", y el segundo, muy poco merecido, al incluirme en la lista de los colaboradores del periódico, ya que mis aportaciones fueron pocas y muy de aficionados (nada meritorias al lado de tantísimos porteños insignes), me movía mucho más las ideas por la palabra, la oratoria, que la escritura; tanto es así, que le pedí a Antonio que se preocupara, personalmente, de que mis notas fueran previamente repasadas de puntuación y acentuación, aspectos gramaticales por los que nunca me he preocupado lo suficiente; hace muy poco, cuando recuperamos nuestros contactos a través de "Gente del Puerto", le mencioné esa anécdota que él recordaba perfectamente.
"El Cruzados", como nosotros lo llamábamos, era una imagen inseparable del Puerto en aquellos años, era parte de su “alma”; mi padre estuvo suscrito desde su inicio, la imagen del “almacén” no es completa sin “el Cruzados” encima del mostrador de mármol, cuyos números atrasado, ya leídos y releídos, servian para envolver el jabón verde; así que tuve el privilegio de tragarme todos los números, desde que tenía diez u once años y hasta el último. Las fotos me han conmovido, muy especialmente la de D. Enrique Bartolomé (q.e.p.d.), fue mi profesor durante cinco años, siempre le profesé un gran cariño, devoción y admiración, "Hombre" mucho más grande por dentro que por fuera, y eso que por fuera ya lo era bastante; desde aquí, mi oración y mi eterna gratitud (en su memoria).
Mis aportaciones, siendo “Cruzados” una publicación católica, no eran muy bien intencionadas, puesto que, aún siendo mi pensamiento humanístico cristiano, el dogma fue siempre mi gran duda; así que, en una columna que titulábamos “Temas para Reflexión” me dedicaba a introducir verdaderas cargas de profundidad bajo la línea de flotación de la Iglesia, sin que, aparentemente, nadie se diera cuenta en “la casa”; también recuerdo, que intenté pasar otro artículo “muy pacifista” (antiguerracivilista), que ponía en duda “la razón” de los vencedores de todas las guerras, cuestionaba el alto coste en vidas humanas de los “25 años de paz”, y sugería la posibilidad de volver a los duelos caballerescos para solucionar los conflictos humanos, puesto que “la razón siempre estaba, en todos los conflictos bélicos, del lado de los vencedores”, ni que decir tiene que los recortes que tenía que aceptar para su publicación fueron tantos, que lo retiré. Voy a intentar localizar el borrador, y si lo encuentro, lo expondré aquí como “ejemplo” de la censura.
Aunque hoy en día, creo que hemos, lastimosamente, de admitir, que aunque se pueda escribir con libertad (según en qué sitios), no se puede hacer el mismo uso de la palabra; desgraciadamente no puede uno expresar su punto de vista, sus ideas, ni delante de sus propios "amigos" si éstos piensan de otro manera; si criticas aquello que no te gusta, o no se ajusta a tus criterios, el de "enfrente" se sentirá, se considerará, inmediatamente, ofendido. Jamás pude imaginar que fuésemos a ser capaces de escapar de “Herodes” para caer en “Pilatos”. ¿Qué hay de la tolerancia?. ¿No queríamos salir de la dictadura?. ¿Existe la democracia del pensamiento único?. Para mi gusto, a mi entender, en la España de hoy, hay demasiada demagogia barata, demasiada consigna, demasiada palabrería "políticamente correcta", demasiado complejo por un pasado de dos Españas que no, necesariamente, fueron, ni toda buena la una, ni toda mala la otra. Hay que leer mucho, mucho que estudiar, mucho que analizar y mucho más que aprender - del pasado, de nuestro pasado -, libres de pensamientos preconcebidos, libres de dirigismos políticos marcados (durante ese pasado) por "insignes" genocidas ubicados tras fronteras lejanas. ¡Qué pena me da mi España!.
NOTA URGENTE PARA JOSÉ IGNACIO BUHIGAS
Queridísimo amigo, la semana que viene, el día 19 contamos contigo en la Cafetería Milord a partir de las 6 y media de la tarde, para el Homenaje que la Tertulia Tresantié desea hacerle a nuestra entrañable MEDUSA.
No te puedo mandar correo electrónico porque lo desconozco. Si alguien lo sabe ruego te lo comunique: estaremos allí: Faelo, Javier Renedo, Paco Artola, si lo localizamos Leonardo Romero, tú y yo.
Y muy posiblemente también Eloy.
Un abrazo,
Jesús María Serrano
Dice bien Antonio Carbonell: "El cierre de Cruzados supuso para todos un duro golpe y de manera especial para Jesús María Serrano, que desde niño se impregnó del olor de la tinta y de los ajetreos de la imprenta pero cuya corta edad impidió ver sus versos y poemas en las páginas de Cruzados." Por mi corta edad me supuso una inmensa tristeza -yo era un niño del imprenta, sin serlo-, deambulaba por los talleres y tocaba las máquinas, el papel sin que nadie me molestase, leía los artículos, observaba con admiración a los cajistas, olía la tinta y la grasa de la maquinaria, posiblemente por la amistad de Domingo Renedo con mis padres y, también por su hijos.
Aunque nací en la preciosa casa-palacio de San Bartolomé nº29, esquina Pozuelo (Federico Rubio), viví mi infancia posiblemente en el convento dominico más hermoso de los de la ciudad. Mi amistad entrañable con el menor de los hijos de Manolo Camacho, Conserje jefe del entonces Instituto Laboral con Tobío y, por consiguiente, inmenso y maravilloso lugar de juegos para desarrollar mis fantasías. Instituto e imprenta estaban prácticamene puerta contra puerta por lo que entraba y salía recibiendo el cariño de todos.
Recuerdo que en el Instituto se creó una emisora de onda corta con discos de pizarra, obra de Joaquín Calero y el gran técnico electrónico y fotógrafo Luis Sánchez Pérez que andando el tiempo sería mi suegro (fallecido).
Recuerdo que las emisiones se efectuaban justo arriba de la cabina de lo que luego sería el Salón de Actos actual. Esta emisora de onda corta, era la preferida de los porteños y entre otra temática se emitía un programa de discos dedicados. No me atrevería a dar por sentado si la emisión costaba dos reales o una peseta pero lo importante es lo siguiente. Por entonces la mayoría era analfabeta por lo que no podía o sabía expresarse en las dedicatorias de los discos. El encargado de su redacción era el muy querido Manolo Camacho con su impecable caligrafía, pero harto ya, de esperar meses y meses para cobrar su exiguo sueldo de tantas horas, esta nueva encomienda lo cansaba muchísimo.
Debido a ello, siendo un niño, un día -como no me permitían escribir en Cruzados- que es lo que yo quería, lo convencí para que si él me lo permitía me encargase de redactar las dedicatorias.
Manolo repetía fórmulas fijas para este menester del tenor siguiente: "Dedicado al niño Fulanito en el día de su Primera Comunión de su madre Mariquita, sus tías Juana, María, sus hermanos y su abuela X; a Zutanito de Tal que cumple servicio militar en Camposoto de su novia que lo quiere y no lo olvida, esperando que cumpla pronto sus deberes militares y así cosas por estilo..."
Conseguido el objetivo -pero con mucha peor caligrafía- que no he superado, modifiqué tales dedicatorias dándoles una aire lírico y festivo, llenándolas de lo que luego sería mi vocación de escritor. Tanto gustaron mis dedicatorias, que recuerdo con cariño que mientras jugaba con mi buen amigo Juan Luis por todo el edificio, a quien conozo desde los 4 años, Manolo me llamabadesde el portal metálico, para que me acercara al mostrador que entonces existía, par confeccionara las dedicatorias. Por supuesto estos hechos me llenaban de satisfacción puesto que significaba que la gente sencilla y humilde reconocía que jamás repetía una dedicatoria.
Aprovecho este comentario para recordar a María, su esposa, que falleció recientemente ya en la calle Descalzos. Manolo, María, José Manuel y Juan Luis vivían en el mismo convento (instituto), aunque su portal estaba por la calle de San Bartolomé, a menos de 20 metros de mi casa y, lavaba la ropa de los internos durante interminables horas para ayudar a su esposo a llevar su casa adelante. Tienen otra hermana María del Carmen que vivió la mayoría de su niñez y luego se casó con un cabo de la Guardia Civil en Algeciras con sus tíos. A todos ellos mando mis cariñosos besos, nunca hemos perdido la amistad ni la complicidad.
He tenido la gran suerte de nacer en un palacio y vivir en un hermoso convento secularizado. Pocos niños pueden contar algo tan hermoso.
Como anécdota simpática -tengo cientos-, Juan Luis Camacho y yo somos Campeones Mundiales de Carreras de coches parados. Vehículos abandonados por la ayuda de los EE.UU. que permanecían en el instituto. Como nos queríamos tanto, un día ganaba él y otro ganaba yo. Permanecieron allí durante muchísimo años, posiblemente hasta la rehabilitación de la Biblioteca.
¡Qué gran paradoja entraba el primero en el instituto y me iba cuando se cerraban las puertas del mismo, me pasaba los días enteros en ese convento, incluyendo sábados y domingos y al final he salido ateo!
Nunca puedo evitar entrar en él cuando paso por la calle Santo Domingo ni evitar que algunas lágrimas goteen de mis ojos.
Mi enhorabuena por esta nueva entrega dedicada esta vez a la Revista Cruzados, que ha sido una auténtica escuela de periodismo en nuestra ciudad.
Afectuosamente,
Jesús María Serrano
Quiero darte las gracias por incorporar el "Cruzados" entre tus "habitantes y gentes..."
Me impresionó mucho las imágenes de Manolo Sánchez y Juan Varela afrontados, puestos casi como banderas de la publicación y que creo que, efectivamente, reflejaban como nadie las vivencias que por aquellos años corrían por El Puerto, mezcla de ironía socarrona, un "humor" afectuosísimo y una lírica de enorme profundidad...
¡Qué decir de Agustín, si cada día se nos agranda más su figura! Precioso el tratamiento que ha dado Antonio Carbonell a la rama de hombres de Acción Católica y a la imprenta de Renedo, con todos los que hacían (y nosotros con ellos muchas veces) la composición tipográfica del periódico... Y la relación de colaboradores...
Sólo, de verdad, un "mucho" abochornado por el tratamiento de "Nosotros el mundo". Yo fui el "último mono" entre aquella páginas, arropado como siempre por Agustín y por Diego Utrera. Fue una sección que sumaba una "rabiosa" actualidad a cada número, pero eso, una sección más (de verdad me gustaría encontrar unos números que faltan en la colección que creo contenían el origen, lo escrito a raiz del asesinato de Bob Kennedy en relación a Martín Luther King, como apunta Antonio Carbonell y también recoge en otro artículo Diego Utrera).
Enhorabuena por lo que estás consiguiendo con tu dedicación... Como decía Agustín en el editorial del número 3000: "Lo nuestro necesita de nosotros" .
Un saludo.
José Ignacio
Publicado en Cruzados el día 30 de julio de 1965
Autor: Enrique Bartolomé
A LOS BARQUEROS
El pasado jueves, cerca del mediodía, tuve ocasión de presenciar como, un muchacho en trance de ahogarse en el Canal, era salvado por la rápida y eficaz intervención de unos barqueros.
El hecho no es nuevo. Diríamos que es algo que se repite con frecuencia todos los veranos. Diríase también que la cosa carece de importancia, que cualquiera es capaz de auxiliar a un semejante que esté en peligro. Tal vez.
Pero el caso es que, providencialmente, los barqueros ‘estaban allí’, como están en otras muchas ocasiones. Y es que por ‘estar allí’ una persona salvó su vida.
Sin pensamos un poco, la cosa nos parecerá mas importante de lo que habitualmente nos creemos.
Invito a los lectores a que lo hagan.
Los barqueros son hombres sencillos, modestos, que con su esfuerzo -nunca mejor empleada la palabra- llevan unas pesetas para su casa. Se conforman cuando salvan a una persona con un simple ¡Muchas gracias! Y la intima satisfacción de haber hecho una obra de Humanidad.
¿No se merecen algo más? ¿No son acreedores a un homenaje o recompensa por nuestra parte, es decir por parte de los ciudadanos?
¿Qué podría hacerse? Muchas cosas. Lo mismo da una que otra, lo importante es que se haga algo. Dejo a los lectores de ‘Cruzados’ la iniciativa. Me limito a lanzar la idea con el deseo de que no caiga en el vacío.
Ignoro el eco que tendrán mis palabras, entre tanto vayan con ellas todo mi respeto, mi admiración y mi homenaje a esos beneméritos barqueros.
ENTREVISTA A LUIS SUAREZ RODRIGUEZ Y JOSE LUIS PECULO UTRERA, PÁGINA 4 DE LA REVISTA CRUZADOS DEL DIA 12 DE MARZO DE 1969
NUESTROS SUSCRIPTORES OPINAN
CRUZADOS desea reflejar en su trigésimo aniversario la opinión de sus suscriptores. Ya que no es posible extender nuestro propósito a todos y cada uno de ellos, lo vamos a sintetizar en dos de los más antiguos.
Uno de ellos, don Luis Suárez Rodríguez, culto abogado local, nos dice:
- ¿Cómo ve usted el periódico?
- Realmente es un milagro que haya subsistido durante 30 años a pesar de la poca ayuda que siempre ha tenido, pudiéndose decir que llegó a su número 3000 gracias a la renovación del cuerpo de colaboradores que sucesivamente se ha venido realizando.
- ¿Cree usted que los portuenses nos prestan colaboración?
- Entiendo sinceramente que no toda la que debiera, pues nadie se da cuenta perfecta de todo lo que significa tener que poner en la calle periodísticamente una publicación, por muy modesta que sea.
- ¿Qué le falta o le sobra al periódico?
- Vemos que se consagra demasiado espacio en lo que se refiere al deporte, que podría reducirse un poco sin restar importancia a esta actividad local, faltando espacio dedicado a una más amplia información local en todos los restantes aspectos, no perdiendo nunca de vista los fines de su fundación en todos los órdenes, de divulgación religiosa, espiritual cultural etc.
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Seguidamente entrevistamos a don José Luis Péculo Utrera, el cual, pese a estar indispuesto nos recibió con la amabilidad que le caracteriza.
Se expresa así:
- En estos treinta años, ¿Qué opinión tiene usted del periódico?
- La de una constancia muy grande y entusiasmo entre los redactores y suscriptores, que si no hubiese sido por ellos, hoy no tendríamos ni periódico ni nada que tuviese que ver con el mismo
- ¿Cree usted que nuestro periódico ha tenido suficiente apoyo público durante la etapa que comentamos?
- No prestan colaboración y exigen una cosa que no les pertenece, puesto que si se quiere tener algo bueno, debe de haber colaboración de todos para todos.
- ¿Quiere darnos sugerencias pensando en el futuro?
- Con los colaboradores que tiene ahora, creo que puede ir afianzándose hacia un futuro fructífero ya que nunca contó el periódico con la juventud que hoy tiene.
Agradecemos a los dos vivamente sus palabras que además del gran interés de ella supone una valiosa colaboración para CRUZADOS.
Antonio Carbonell
Artículo de opinión publicado en Cruzados el día 5 de marzo de 1969.
Autor: Antonio Carbonell
LA PROPIEDAD
Las riquezas existentes en el mundo pertenece a la humanidad entera y estos bienes o riquezas Dios los deja en poder de unos señores, los que tienen el deber de administrarlos en beneficios de la comunidad, procurando que el máximo de personas participen de ese capital; pero desgraciadamente, no ocurre así. Pues la mayoría de las personas ricas van procurando que su propiedad produzca sólo en su propio beneficio y que participen de éste un mínimo de pobres que no perjudican sus intereses.
De esta forma nos encontramos en que Dios entrega a una persona unos bienes para que procure valerse de ellos para aumentar el nivel de vida de la sociedad y esta persona se apropia totalmente de esos bienes sin tener en cuenta que está haciendo uso de una cosa que no le pertenece.
Con esta clase de gentes, las que luego tienen la desfachatez de presumir de católicos, las que explotan a los pobres obreros que están a su mando, no pagándoles lo justo por su trabajo o tal vez dando una ‘limosna’ más o menos abultada a un pobre, cuando en realidad, le entrega lo que le pertenece.
Cierto día vi a un pobre hombre que se disponía a comer un trozo de pan, el rostro era muy pálido y se encontraba sentado sobre un gran escalón de una casa; mientras se lo estaba comiendo, se le acerca lentamente y de una manera tímida una criatura de unos ochos años, el cual se encontraba medio desnudo, que se sienta a su lado, sin apartar su vista del pan que aquel individuo se esta comiendo. Su forma de mirar causa una honda impresión en el espíritu de aquel pobre, quién no pudiéndose resistir más, tiende el pan, con su mano, a la criatura, mientras que con una sonrisa le invita a comer, el chiquillo toma el pan lo parte y le devuelve la mitad al mendigo, quedándose con la otra mitad.
Hoy, al cabo del tiempo, puedo ponerlo como ejemplo, el mendigo supo apreciar que aquel niño necesitaba más del pan que él, y se lo dio. El chiquillo, por su parte, no concebía que aquella persona sin comer se quedara por su culpa.
He aquí la verdadera y justa administración de bienes
De esta manera, Agustín Merello se dirigía a los lectores en la Editorial del día 12 de marzo de 1969, número 3000, en su trigésimo aniversario.
EDITORIAL
Treinta años y nuestro numero tres mil. ¡Cuantas sugerencias, cuántas consideraciones, lectores amigos, con tal motivo! En esta ocasión, CRUZADOS ya ha cumplido esa treintena cargada de sacrificios, desconocidos, por la mayoría; pero que están pletóricos como en cortés desafío a los muchos inconvenientes de todo orden, de los que, bien es verdad, nunca estuvo exenta de publicación, dispuestos a servir de empuje o palanca tremenda que, una vez más, remonte al periódico, lo deje en su sitio y siga siendo acogido, conocida la benevolencia de los lectores, con la mejor simpatía y afecto.
De ésto se trata, de ésto y de conmemorar el acontecimiento. La idea no es nueva. Es tan antigua –que no vieja- como el mismo periódico. Aunque no haya tenido, en ocasiones, la justa correspondencia. Porque al esfuerzo constante y ‘doliente’ de los que quisieron llevar adelante CRUZADOS en esos treinta años recién cumplidos, faltó la ‘atmósfera’. No se trata de acentuar localismo alguno al decir que hemos adolecido, para esto y para otras muchas cuestiones, de amor a lo nuestro, a lo del Puerto. Somos así, inquirimos a titulo de justificación y creemos vernos justificados. No rotundo a la postura, llena de convencionalismo, de malos aburguesamientos, producto único de mentalidades necias. Lo nuestro, sin dudarlo más, necesita de nosotros. Y debemos ser nosotros los que hagamos nuestras cosas o las mantengamos dignamente. Las ‘comparaciones’ suelen ser odiosas, y por eso vamos a pasarlos por alto, aunque ayudarían mucho en este momento para refrendar esta idea.
Hay un hecho evidente, sin embargo. CRUZADOS escaló la cota de los treinta, con mucho más calor general que en otros tiempos. Aquí en la Redacción no nos mostramos pesimistas. Lo prueba el hecho de atenernos al ‘slogan’ de festejar por todo lo alto, con efemérides, y festejarlo además colmados de esperanza, esa que nunca hemos querido perder, lo que nos ha hecho llegar con la cabeza muy alta a los treinta años y a los tres mil números. Si nos lo permiten, quizás podamos exteriorizar, como razonable, nuestra intima persuasión de altruismo.